El general Nuñez Zambruno fue gobernador militar de la plaza y provincia de
Sevilla, cuando Sevilla era cabecera de la Segunda Región Militar; cuando un gobernador
militar era un gobernador militar, y un gobernador civil era un gobernador civil. Los
militares de alta graduación y empleo suelen dar a la ciudad unos sevillanitos muy
curiosos. El coronel Cernuda, jefe del Regimiento de Ingenieros, le dio a Sevilla su mejor
poeta de todo el siglo XX. El coronel Romero Pérez de León le dio una esposa de
presidente del Gobierno. Y el general Núñez le dio un raro político para el final de
ese siglo XX, un arquitecto que cambió la seda del tablero de proyectos y de la cátedra
de la ETSA por el percal de la política: José Nuñez Castain, que se pronuncia
Pepenúñez.
La autonomía ha producido una
casta de burócratas de partido, casi todos ellos maestros de escuela elevados hasta el
límite de sus incapacidades. Un maestro de escuela, verbigracia, dirige la agricultura de
unas de las regiones agrarias más importantes de Europa, la del aceite, la del vino de
Jerez. No pertenece Nuñez a esa casta. Era persona y gente antes de que por la vía del
andalucismo llegara a la política. De momento, de maestro, nada: doctor. Doctor
arquitecto, y director del Departamento de Urbanística de la Escuela de Arquitectura de
Sevilla. Si Andalucía es un proyecto, nada mejor que un arquitecto para diseñarlo. Para
irse placeando, empezó toreando sin caballos como delegado de Urbanismo en la Sevilla del
92. Digo sin caballos porque el caballo del Ayuntamiento lo montaba siempre el que sale en
la foto, buscando el bronce de la posteridad del periódico del día... que mañana sirve
para liar el pescado.
Nuñez no es lo que se
entiende por un sevillano profesional y mucho menos un andalucista de plantilla. Nuñez es
de los que creen que el andalucismo se demuestra andando. En esta sociedad mediática y
finisecular, ha hecho por la unidad de Andalucía casi tanto como el Estatuto. Ya es una
raya en el agua que esté en Sevilla el escritorio de una consejería del Turismo que
tiene su mayor latifundio en Málaga y la Costa del Sol. De atar moscas por el rabo es su
taracea de la diversidad andaluza. Une en las imágenes (que valen más que mil discursos)
las velas de los surferos de Tarifa con las velas de la Virgen de las Angustias de
Granada, y el verde de los cultivos de primor de Almería con el verde de los campos de
golf de Sancti Petri. "Una sola Andalucía" es, desgraciadamente, un lema
turístico, que no político, en esta tierra donde todas las provincias acusan a Sevilla
de centralismo y donde la autonomía no ha conseguido transmitir una idea de unidad
regional, a pesar de que el Estatuto dice que somos una nación, pon, pon, gorrión...
Nuñez tiene altas
responsabilidades en las dos mayores industrias de Andalucía, a saber: la propia Junta y
el Turismo. En un gobierno ocupado por un partido con una concepción intervencionista del
Estado, sabe sin embargo que el turismo o lo hace la iniciativa privada o no se hace. Que
todo lo demás es ruinosa pérdida de parador nacional en el esquema totalitario de Fraga
Iribarne. Nuñez, que podía haberse dedicado a poner ventanillas a las iniciativas
turísticas, se ha limitado a ofrecerles la ventana de la promoción. Bien es cierto que
Bill Clinton le ha echado una manita importante con la puesta de sol de Granada. Pero ha
transmitido esa idea de "una sola Andalucía" hasta tal punto que los sevillanos
no nos hemos enfadado en absoluto con la puesta de sol de Granada-Clinton-Nuñez, cuando
nuestros atardeceres del Aljarafe son más hermosos. La que hubieran liado en Málaga si
Clinton hubiera venido al centralismo de la puesta de sol de Sevilla... Este es, por el
momento, un logro importante de Nuñez. Al menos en Sevilla creemos con este sevillano en
una sola Andalucía... desde la que ponen verde a la capital. Como la madre de la copla,
Andalucía no hay más que una y Nuñez se la encontró en la calle. En la difícil calle
donde cada momento tiene que tirar por la calle de enmedio para no aparecer como
deméstico de Chaves, colocado por las insaciables ansias de poder andaluz de uno que de
Andalucía se quedó con la peor parte: la del señorito saborío.
--------Puntas del Diamante-------
AUTOPISTAS DE INFORMACIÓN.- Si Bill Gates
fuese consejero de la Junta de Andalucía, sería tipo Pepenúñez. Desde hace muchos
años, Nuñez está instalado directamente en el siglo XXI. Nada de las nuevas
tecnologías le es ajeno. Pregúntenle por los cookies, los links y todo lo
que quieran. Se lo sabe para nota. Despacha con sus delegados provinciales por correo
electrónico. Lleva el ordenador portátil y el teléfono móvil, en mágico combi,
en el coche, en todos sus viajes por Andalucía. Si recibe usted una llamada de Nuñez,
puede que esté en la Alpujarra o en Isla Canela. Si recibe un correo electrónico, lo
más seguro es que vaya en el coche por la Autovía del 92. Es un decir. Nuñez va
directamente por las autopistas de la información. (Donde no hay socavones tipo
Cacerolo.)
UN YERNO COMO EDU.-
Aunque mi especialidad parezcan los suegros de los políticos, no me privo hablar del
padre político de Núñez, don Pedro Porras Ibáñez. Nuñez lo trata como padre, no como
padre político. Y más desde que don Pedro se quedó viudo. Dedica una especial atención
al que fue notario de Guadalcanal, Camas y Sevilla, su inseparable compañero del tendido
1 de la Maestranza. Para que el suegro no se sienta solo, Núñez también lo ha
incorporado a la modernidad. Le regaló un móvil, para estar siempre en contacto. No es
raro, en pleno Consejo de Gobierno de la Junta, que suene el móvil de Núñez: "Sí,
Pedro, ahora mismo te llamo... Es que estoy en el Consejo de Gobierno." Eso sí que
es un yerno Edu...
FOLLADOR CONSORTE.-
Perdón, pero no es un insulto. Ni una palabrota. Mucho menos adulación a Nuñez por sus
personales, masculinas capacidades. Pero el responsable de Turismo es follador consorte.
Si miran el Diccionario de Gentilicios Arrojadizos en el enfrentamiento fronterizo de
pueblos andaluces, los de Alanís llaman "folladores" a los de Guadalcanal, y
los de Guadalcanal dicen "mojinos" a los de Alanís. Como quiera que Núñez
está casado con una señora de Guadalcanal, de los Yanes de toda la vida, cualquier
mojino le dirá que es follador consorte. No se preocupen, ocurre en las mejores familias.
Un follador tan poco adicto al término como Antonio Fontán llegó a presidente del
Senado.
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ABEL
INFANZON "LA ESE 30"
