Aquel reivindicativo 28-F del colectivo
quejío, cuando se puso en pie un pueblo al que querían cantarle las cuarenta del
artículo 143, ha quedado en una fiesta oficial, un día de campo y playa, un puente. Y en
una tómbola. La mejor prueba de que el 28-F es una tómbola es que a Carmen Sevilla le ha
tocado el cuponsito de una Medalla de Andalucía. La medalla a los tópicos de
Andalucía. La medalla de Andalucía a los tópicos de "Filigrana", de "El
sueño de Andalucía", de "Un caballero andaluz", de "Violeta
imperiales", el ruiseñor que aprendió a suspirar con Luis Mariano, Dios mío, que
plumazo tenía el ruiseñor... Medalla a la Andalucía de españolada y pandereta,
"La bella de Cádiz", "La pícara molinera", "Congreso en
Sevilla". "Jalisco canta en Sevilla" con el consejo de gobierno de la Junta
como mariachi de Carmen García Galisteo. Si es por la Sevilla de su nombre
artístico, ahí está Lolita Sevilla sin medalla, americanos, os recibimos con
alegría. ¿Qué ha hecho Carmen Sevilla por Andalucía? Pues por un lado no sé y por
otro qué quieres que te diga. Desde luego, fue la más refinada de las del cuplé, que
esto de decirle copla es una moda de ayer por la mañana. La más internacional de
las folklóricas. La más exportable de todas las de Sevilla, y mira que Sevilla dio
artistas del cuplé. No era tan racial como Juanita Reina, tan desgarrada como Marifé,
tan corralera como Gracia de Triana, tan trianera como Paquita Rico. No sé si sabía
inglés. Carmen Sevilla tenía cara de no enterarse de nada... pero en inglés. Como era
mocita... Tuvo más suerte que todas sus compañeras, porque mientras otras iban subiendo
los escalones de la fama, ella estaba ya en el descansillo. De momento su primera
película la hizo con Jorge Negrete, mientras otras se tenían que aviar con un Miguel
Ligero lento ya de viejo. Luego hizo su particular vuelta a Francia en años de Loroño y
Bahamontes; películas con Luis Mariano y con Fernandel. "Nuestra estrella
internacional", decía entonces el "Siete Fechas" en los pies de sus
fotografías con vestidos de noche y ramos de flores en la mano, en los festivales de
cine, con el Vittorio de Sica de "Pan, amor y ... Andalucía". Que también se
la quiso llevar al huerto, como Yul Brinner y Frank Sinatra. Pero ella, mocita siempre...
Carmen Sevilla fue siempre una
folklórica de cine, a la que, muy inteligentemente llevada, le fueron quitando
progresivamente lo de folklórica y subrayñandole lo de actriz. Sobrevivió
artísticamente a todas sus contemporáneas y a su tiempo. Esta Carmen de la España de
Doña Carmen (Polo) y de Carmencita (Franco), llegó famosa a la España de Carmen
(Romero), tate, quizá le dan la medalla por tocaya y paisana de Carmen Romero. Incluso
hubo un momento de una Carmen Sevilla de Cine Club Vida, cuando Juan Antonio Bardem la
eligió para hacer 'La venganza". Cuando ahora, al hilo de su fama televisiva, han
sido reeditados los discos de sus cuplés, la mayoría de ellos casi nadie los recordaba.
Porque es Carmen Sevilla, Carmen de España para su exportación al mundo, y no la del
Merimée de la españolada de Cifesa. Claro que de aquel su cuplé más famoso se le
quedó la verdadera especialidad: no conocer al Escamillo ni tener idea de quien fuera Don
José. Y como quiera que el asesino siempre vuelve al lugar del crimen y la folklórica a
la españolada, cuando la creíamos actriz internacional, ¡hala!, "El balcón de la
Luna", con Paquita Rico y Lola Flores, cómo me la maravillaría yo. Y a aquella
virtuosa de la virginidad se la maravilló Augusto Algueró y su orquesta, con el violón,
que fue el que la llevó a los altares, eterna mocita del cine, del cuplé, del teatro y
de todo lo que le echaran. Pero en internacional.
Metida a productora de cine y
a actriz con las mayores pretensiones del mundo, el petardo que pegó fue tan grande que
le dijo a Algueró que se fuera con la música a otra parte y acabó en el campo de
"La venganza", pero ya sin sombrero de palma de segadora, y con Vicente Patuel,
contando ovejitas. Cuando iba a coger el sueño del olvido contando ovejitas, llegó
Lazarov, que fue su Lázaro, le dijo que se levantara y andó... Andó haciendo el
gilipollas en Tele 5 con el cuponcito, pero luego anduvo en la popularidad. Ahora, que
para cuponsito, el del la Junta.
-----------Puntas del Diamante-------
CON FIDEL EN LA HABANA.-
El día que entró Fidel Castro, La Habana estaba así de artistas sevillanas. Estaba
Juanita Reina, que al oír los tiros preguntó: "Hermana, hermana, ¿por qué
tirarán estos tíos tantos cohetes? ¿Qué fiesta será?" Lo de Carmen fue mejor.
También estaba allí. Ya en todo lo suyo. Recordó más tarde aquel día: "Yo viví
en directo la llegada de Fidel Castro a La Habana. No me di cuenta de nada..." Ole...
LA NIETA DE DON CECILIO.-
Carmen Sevilla tiene gracia por la suprema razón que decimos los sevillanos: "porque
la tiene". Quizá de cuna. Carmen García Galisteo es nieta de uno de los grandes
periodistas satíricos sevillanos: "Don Cecilio de Triana", José García Rufino
en el siglo del Teatro del Duque, donde se estrenaron docenas de sus sainetes y
apropósitos escritos para las grandes artistas de la época, como Raquel Meller. Y es
hija de "Kola", una especie de padre de Los Morancos anterior a Jorge y César,
autor de la letra de numerosos cuplés, que fue su primer mentor y mánayer.
CLÍNICA BUCHINGER Y LEPE.-
De la talla 58 a la 46 y viceversa, todo lo que Carmen Sevilla ganaba con las ovejitas,
dinero y kilos, se lo gastaba en la Clínica Buchinger de Marbella. Antes de su
lanzamiento al estrellato del Tele 5 de los ciegos y de su conversión en Sección
Femenina del Chiste de Leperos o del chiste de Fernando Morán. Cuantos kilos perdía en
Marbella, en plan manto de Penélope, los ganaba luego con las ovejitas o en el camerino
de Tele 5, ya cuando se hizo famosa por su peregrino lance del tetrapléjico y la
bicicleta. Ni Martes y Trece con la empanada de Encarna en Móstoles superaron a Carmen
Sevilla con la empanada del cuponcito. En la España del "aciertan cuando
rectifican", Carmen acertaba precisamente por no rectificar.
LOLA.- Gran amiga de
sus amigas, moría con Lola. No hay que decir qué Lola. Carmen de España y Lola de
España. Estando Lola en el lecho de muerte y animándola a que comiera, cuentan las
crónicas que Carmen Sevilla se zampó los bocadillos más grandes de la Historia Sagrada.
Ay, qué pena más grande, Lola... Y otra vez a la talla 58 de cabeza.
En "Memoria de Andalucía",
"Carmen Sevilla en la Guerra de Ifni"
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ABEL
INFANZON "LA ESE 30"
