EN Sevilla
había una especie de Condado de Treviño, una
jurisdicción exenta, por los alrededores de la
Alameda. Era la parroquia de San Juan de Acre, que ha
estudiado con su rigor y diligencia el bueno de Manuel
Márquez de Castro, modesto funcionario municipal que
salvó un día de las aguas de lluvia y de la dejadez
los fondos de la Hemeroteca, y que luego ha seguido
estudiando, en una loable labor de autodidacta,
aspectos poco conocidos de la Historia de Sevilla,
como el paseo romántico del Patín de las Damas o el
sanguinario asesinato del afrancesado Conde del
Águila. Desde la Conquista y Repartimiento
fernandinos, la parroquia de San Juan de Acre, situada
en pleno centro de la ciudad, no dependía ni del
Ayuntamiento en lo civil ni de la Mitra en lo
religioso, sino de la Orden Militar del Santo
Sepulcro. Y mantuvo este carácter de jurisdicción
exenta hasta la Desamortización de 1848, ratificada
por el Concordato de 1851. En cuanto al Condado de
Treviño, no tengo apenas que explicarles nada, pues
saben que este término municipal de la provincia de
Burgos se halla como un islote dentro de Álava.
Interesante institución territorial exenta, por la
cual Treviño y La Puebla de Arganzón son Castilla,
Castilla, Castilla dentro de las Vascongadas.
¿Que a qué vienen las jurisdicciones
exentas de San Juan de Acre en la Historia de Sevilla
o del Condado de Treviño en la realidad actual de
España? Pues que a las dos me recuerda un honestísimo
y profesionalizado programa de Canal Sur TV que ha
celebrado sus primeros diez años en
antena:«Contraportada». Lo que más me gusta de
«Contraportada» es lo mismo que me encanta del Condado
de Treviño con respecto a las Vascongadas: que aunque
esté dentro de Canal Sur TV, no lo parece y creo que
ni lo es. Entiendan por Canal Sur todo lo que
imaginarse pueden de tocarle el tambor a Chaves
mañana, noche y madrugada; de hacer de Zarrías un
monstruo de la política contemporánea; de manipular a
tutiplén; de fomentar los bajos instintos y las
pasiones desordenadas de una audiencia que luego se
corresponde con el voto mayoritario del PSOE, ejemplo,
los lamentables programas de las viejas verdes
buscando novio con paguita y coche.
Me encanta «Contraportada» porque es de
los poquísimos espacios de Canal Sur donde no sale
Chaves, ni dan la información según los argumentarios
de la Junta o del partido gobernante, sino que hacen
periodismo profesional y trabajado sobre actos y
personajes de nuestra tierra, famosos no por el mero
hecho de serlo, sino en cuanto artistas, pintores,
actrices, toreros, cantantes, creadores, escultores,
deportistas. Algo más que un careto con la alcachofa
de un paparachi o un papafriti detrás. Yo no diría que
«Contraportada» es un programa del corazón. Sobre todo
si por corazón se entiende, como es el uso, un espacio
donde una pelandusca de lujo, famosa porque un chufla
le hizo una barriga, cobra la tela marinera del telón
para explicar cómo se lo monta ahora con un maromo
cubano que tiene el ya me entiendes talla XXL.
«Contraportada» no es eso, sino una industria andaluza
de transformación. El 80% de los personajes populares
de la farándula española son andaluces, por el arte
que hay en nuestra tierra. El 60% de las noticias que
originan esos personajes populares (no diré famosos
con la fama como única profesión) se producen en
nuestra tierra. ¿Qué hace «Contraportada»? Pues
informar de nuestros famosos en nuestra propia tierra,
a pie de obra, poniendo en regadío y en rentabilidad
este inmenso latifundio andaluz de la popularidad.
«Contraportada» es, pues, como una industria de
transformación agropecuaria, pero con los productos
andaluces de la fama, la popularidad y las artes.
Industria que hace que su valor añadido se quede aquí
y que aquí cree puestos de trabajo. Y todo ello, con
elegancia y mesura, sin ordinarieces, sin cotillas en
nómina ni platós de traficantes en desgracias ajenas.
Ya digo: no parece de Canal Sur. Iba a pedir que
«Contraportada» volviera a su hora de siempre, en la
sobremesa, en vez de la hora de castigo que ahora
padece. Pero tras este elogio que os ha hecho Burgos,
querida Inmaculada Casal, queridos José Pablo Ruiz y
Sergio Morante, si no os quitan de la parrilla, ya
será un milagro. Un milagro de San Juan de Acre, por
supuesto.