Santa
Rufina lo ha demostrado. Como
ocurre con la General Motors en
los Estados Unidos pasa aquí con
Abengoa. Lo que es bueno para
Abengoa es magnífico para Sevilla.
Y viceversa. Todo el mundo está
felicitando a Abengoa por su
sentido social y cultural de la
propiedad de la tela marinera del
talón (no del telón), del talón de
12,4 millones de euros, que se
dice pronto, que va a pagar Focus
por Santa Rufina. A la que por fin
se le va a hacer justicia. Santa
Rufina era hasta ahora la hermana
pobre de las Santas Patronas.
Santa Justa tenía a su nombre
hasta la estación del Ave y Santa
Rufina, ni una parada del tranvía.
Todo el mundo felicita a Focus-Abengoa
porque se han echado para adelante
en la ciudad cobardona y más
agarrada que la pata del águila
del zanco de La Carretería. Han
tirado de talón y apoquinado la
tela, y, como otros se traen el
chaleco baratito de las rebajas de
Harrod´s, Juan Carlos Marset se ha
venido de Londres con la Santa
Rufina puesta. No sólo elogio a
Don Javier (el Benjumea de uso
externo) y a Don Felipe (el
Benjumea de uso interno), sino que
mi sahumerio llega más lejos que
nadie. Llega por lo menos a Palmas
Altas.
Yo,
señores, no solamente elogio la
Operación Santa Rufina, como está
mandado, sino que propongo
solemnemente que ni el PSOE ni el
PP ni el tío de la cachimba de la
bimba. Que lo mejor que podemos
hacer, a la vista de ese Marset
saliendo por la puerta grande de
Las Ventas de Sotheby´s, es
nombrar directamente a Abengoa de
alcalde. ¿No nos rige la
corporación municipal? ¿Pues qué
mejor corporación que una
corporación multinacional en plan
Ibex 35, tan saneada, lucrativa,
bien gestionada, exitosa y mundial
como Abengoa? Aquí estamos todos
fastidiados por el Metro y por la
tuneladora, y que se lo pregunten
a los vecinos de República
Argentina o de la Huerta de la
Salud, ¿no? Pues eso con Abengoa
de alcalde no ocurriría. A esta
Abengoa que hace plantas de
bioenergía en la Argentina,
carreteras en Arabia Saudí,
centrales eléctricas en el
Senegal, centros de comunicación
en México, y que es capaz de
construir un pantano en el
Sahara... y llenarlo, lo del Metro
le duraría cinco minutos. Si
hubiéramos elegido directamente
alcalde a Abengoa, y no a personas
interpuestas de la derecha o la
izquierda, Sevilla no sólo tendría
ya el Metro funcionando, sino que
daría gloria ver la fluidez de la
circulación por esa SE-35 y por la
SE-40. Y del anillo ferroviario de
cercanías por el Aljarafe, ni te
cuento.
Estamos perdiendo el tiempo.
Aprovechemos la collada de la
firma del Convenio de Santa Rufina,
tan sevillanísimo como el silencio
con que se ha pactado entre
Abengoa y el Ayuntamiento, de
espaldas a los ciudadanos, sin
cancha para la oposición, y hágase
en el acto de su firma el traspaso
de poderes. Que Abengoa coja la
alcaldía de Sevilla y sus técnicos
asuman las delegaciones y áreas.
Entonces sí que se va a hacer
realidad la Sevilla que todos
soñamos.
Abengoa le va a poner a Velázquez
no un piso, sino una casa. Cerró,
muerta de pena, la Casa de
Murillo, pero tendremos Casa de
Velázquez, en la Venerable Focus.
Ya no son Los Venerables: es la
Venerable Focus, que hoy está de
besahuevos. En la dual Sevilla de
Murillo frente a Velázquez,
Velázquez va de Sevilla F.C. y
Murillo, de Betis (pero sin
Cardiología y tós sus muertos).
Abengoa tiene tanto dinero que le
ha enmendado la plana a Velázquez.
No pintó su Santa Rufina para el
Marqués del Carpio, sino para el
Marqués de La Puebla de Cazalla,
que es mi admirado y querido don
Javier Benjumea Llorente. Aunque
se quedó corto en cuestión de
palmas. Velázquez pintó a Santa
Rufina con la palma de martirio en
una mano y un surtidito de loza
averiada de La Cartuja en la otra.
Sobra en el cuadro la cacharrería
y faltan palmas. En ese cuadro,
Santa Rufina debería tener al
menos una palma en cada mano, a
saber: la palma de martirio y las
Palmas Altas de gloria innovadora
de Abengoa, donde se van a colocar
tropecientos
mil universitarios sevillanos,
formadísimos en tecnologías.
Debemos nombrar a Santa Rufina,
pero ya mismo, Patrona de las
Recalificaciones. Es tan eficaz
Abengoa, tan perfecta, que gracias
a Palmas Altas los 12,4 millones
de euros del cuadrito son como 40
duros para usted. Por eso digo que
todo elogio es poco. Nada, nada:
me pido Abengoa de alcalde, a ver
si así el Metro echa a andar de
una vez y deja de dar por saco.