A usted quizá le
encantaría que Sevilla se alineara con
Seattle, con Newark, con Atlanta, con
Tokio, con Frankfurt, con Buenos
Aires, con Melbourne, con las ciudades
pujantes e innovadoras donde se tienen
que ir los jóvenes licenciados e
ingenieros sevillanos con un
curriculum demasiado preparado para
encontrar trabajo aquí, ¿no? A usted
quizá le encantaría que Sevilla se
alineara con París, con Viena, con Los
Ángeles, con Florencia, con las
capitales mundiales de la cultura,
¿no?
Pues si es así, métase sus deseos por
donde le quepan, porque ¿sabe usted
con quién nos han alineado los de IU,
los que con sólo 25.000 votos en las
municipales tienen cogido al alcalde
por los que se apoyan sobre el sillín
de la bicicleta? Pues nos han
alineado...¡con Casariche, con Pedrera
y con Marinaleda!
¿Qué dicen que venden estos pueblos
con los que Sevilla se alinea? Pues
venden demagogia tricolor. Y
republicanismo trasnochado. Algo tan
antiguo y que huele tanto a templo
quemado y a bombardeo de Casa Cornelio
como la República. Los de los 25.000
votos han integrado oficialmente al
Ayuntamiento de Sevilla en la llamada
Plataforma por la III República
Española.
-¿Y el alcalde, qué dice de esto?
-Eso digo yo. Espero que no aplique al
asunto la suprema ley española y
sevillana del No Passsa Nada, y que
exija saquen al Ayuntamiento cuanto
antes de esa tricolor merienda de
negros.
Han metido a nuestro Ayuntamiento en
esta plataforma radical y minoritaria
los mismos activistas del partido del
Cachimba de la Bimba que en la
trastienda de su caseta de la Velá
extendieron tan panchos la bandera
republicana sobre los malecones del
río, los muy malecones. ¿Se imaginan
ustedes la que habrían liado ellos
mismos si unos nostálgicos de signo
contrario hubieran puesto sobre los
malecones de la calle Betis, qué digo
yo, la bandera de España con el águila
de San Juan, la bandera de Falange o
la tradicionalista con la cruz de San
Andrés? ¿Se imaginan dónde habrían
llegado los gritos? Mientras no se
demuestre lo contrario, tan anti y
preconstitucional es la enseña
tricolor como la bandera que llaman
franquista. Los de Izquierda Unida no
enarbolan esa bandera por el lado de
la República civilizada de Martínez
Barrio y de Besteiro, no, sino de la
Revolución de Asturias y de la checa
de Bellas Artes, por no citar
Paracuellos. No se olvide que estos
señores son los que sirvieron al
estalinismo y los que siguen callando
ante la dictadura cubana, donde van de
vacaciones pagadas a por jineteras,
mojitos y guarachas en hoteles de
cinco estrellas.
Critican a Su Majestad, y se olvidan
que ese mismo Don Juan Carlos al que
ahora le escatiman las partidas
presupuestarias para la Casa del Rey
fue precisamente quien legalizó al
PCE.
Así de agradecidos son los mocitos...
Que van de anasagastitos sevillanos.
Han visto los trenes baratos de la
impune bazofia contra el Príncipe de
Asturias en la portada juevera, y han
escuchado lo de «impresentable
pandilla de vagos» que ha dicho
Anasagasti, el que se peina como una
ensaimada de Ochoa, y se han apuntado
al bombardeo. Al bombardeo contra la
Constitución. Está muy bien que un
partido, como tal, pida si quiere que
aquí tengamos una república
dictatorial como en la Cuba donde
mandan las carpas y los autobuses
viejos. Pero que no metan al
Ayuntamiento en su negocio. Si el Rey
lo es de todos los españoles, el
Ayuntamiento debe serlo de todos los
sevillanos. Y somos abrumadora mayoría
los sevillanos que defendemos la
Monarquía Constitucional frente a
estos gorrones salvajes del Caribe,
frente a estos anasagastitos
sevillanos que deben empezar
preguntándose cuánto nos cuestan
ellos, y si no serán más bien ellos la
pandilla de vagos que decía el de la
ensaimada. ¿Cuánto nos cuestan los
gastitos de estos anasagastitos? Y al
final, pero no lo último, espero que
el alcalde constitucional de Sevilla
desenganche oficialmente al
Ayuntamiento cuanto antes de la
plataforma de esa radical pandilla de
nostálgicos del servicio a la
dictadura de Stalin y de una
Sevilladonde ardía San Julián cada
lunes y cada martes y donde te pegaban
dos tiros si votabas a la CEDA, que
era como lo de Zoido ahora.