A unque no quiero
ponerme pesado con la ucronía
recurrente del eterno bolero político
de Machín, lo que pudo haber sido y no
fue, ¿se imaginan que el PP gobernara
en Cataluña y en Barcelona y en Madrid
y que se hubiera producido el apagón
de la Ciudad Condal? ¿Qué no habría
largado el PSOE con todo su aparato de
propaganda, sus terminales mediáticas
y sus entornos sociales y culturales
repitiendo como loritos las consignas
recibidas por correo electrónico y por
fax esta mañana con el insultario del
día y el broncario de la jornada? ¿No
están viendo a Pepiño Blanco, a
Rubalcaba, a la Fernández de la Vega
largando por esas boquitas sobre el
apagón de Barcelona en plan «Prestige»
o guerra de Irak? Y de las plataformas
de artistas e intelectuales, ni te
cuento. Qué pagetinas más lindas
habrían impreso, con qué lemas más
ingeniosos: «Que te paguen por el
apagón», «El que lo apaga, lo paga».
Pero, como siempre, No Passsa Nada. Yo
he escuchado con estos escamondados
oídos al tal Montilla o Moriles por la
radio y no me lo he creído. ¿Cómo es,
Moriles o Montilla? Bueno, ese
presidente charnego de la Generalidad
al que, a diferencia de Tarradellas y
de Pujol, nadie le llama «honorable»
ni por equivocación. Este tal Montilla
o Moriles dijo, y yo se lo oí por la
radio, que la Generalidad no se dedica
a producir kilovatios ni a transportar
energía eléctrica. Y que, por tanto,
nadie le puede reclamar nada del
apagón a la Generalidad, ni exigirle
responsabilidades políticas. Que la
culpa es de Fecsa-Endesa y de Red
Eléctrica. Esto es como si cuando el «Prestige»
el PP hubiera dicho que ellos no se
dedicaban al transporte de crudo ni
eran armadores de barco alguno, que
por tanto fuesen con las reclamaciones
directamente al maestro armero.
Con un añadido: con sus grupos
electrógenos de emergencia, el
Ejército ha sacado las castañas del
fuego de la ardiente oscuridad del
apagón a Barcelona. Al Ejército le
quitan Montjuich y le arrían allí la
bandera de España, pero mira cómo a la
hora de la desesperación lo llaman los
que no quieren ser españoles ni servir
a su honrosa bandera. Y me ha
extrañado no ver en Barcelona los
uniformes negros y las boinas
amarillas de la recién creada Unidad
Militar de Emergencias (UME). La que
desfiló el Día de las Fuerzas Armadas.
La que ya tiene sus Batallones de
Intervención acantonados en Morón,
Gando, Torrejón, Bétera, Zaragoza y
San Andrés de Rabanedo. ¿Para qué nos
hemos gastado una fortuna en la tal
UME, si a la zurrapa de los dos
primeros tapones, el chapapote del
«Don Pedro» en Ibiza y en el apagón de
Barcelona, no han aparecido los boinas
amarillas, amarillas además, con la
mala suerte que trae el amarillo? ¿Es
que la UME sólo sirve para los
incendios forestales? ¿Para qué esta
duplicidad de bomberos militares, con
la de bomberos civiles y guardas
forestales que hay?
Mas volvamos a Moriles o Montilla o
como se llame el gachó que aunque es
presidente de la Generalidad no tiene
nada que ver con el apagón, a él que
lo registren. Me recuerda la vieja
historia de la Marina mercante que se
cuenta por todos los mares y con todas
las compañías eléctricas españolas. Me
quedo con la versión histórica del
Beni de Cádiz, que la aplicaba a la
motonave «Poeta Arolas», a su capitán
Don Fernando, a Agustín el Melu como
electricista naval de ocasión, a un
viaje a la Meca para llevar a moros
notables del Protectorado para cumplir
con el precepto coránico y a un apagón
que sobrevino a bordo a la altura del
estrecho de Mesina. El capitán llamó a
Agustín el Melu, enrolado de
electricista sin tener ni idea.
Agustín hizo como el que miraba la
instalación, el cuadro, los fusibles,
y dictaminó rotundo: «Don Fernando, le
juro por mis niños que esta avería no
es del barco, que este apagón es de la
calle, de Sevillana». Agustín el Melu
de sí mismo, Montilla ha dicho igual:
«Este apagón no es del barco, esto es
de Fecsa-Endesa». Lo que pasa es que
El Beni lo contaba con mucha más
gracia que el malage de Montilla, un
vino que viaja tan mal que cuando
llega a la Generalidad, se remonta y
nunca tiene la culpa de nada.