COMO Sevilla es el único lugar del mundo donde hay estrenos dentro de las tradiciones y donde se inventan algunas de ayer por la mañana que pasan como si existieran desde tiempo inmemorial, el próximo Día de la Virgen podremos adecuar a las actuales circunstancias los ritos devotos del 15 de agosto, y ajustarlos a la realidad de la ciudad. Me refiero a Las Tres Gracias que se piden a la Virgen. Podemos tener un estreno dentro de esa devota tradición. El rito marca que hay que pedirle las Tres Gracias a la Virgen de los Reyes cuando su palio de tumbilla aparece por la Puerta de los Palos (que no «de Palos», que son Palos de la Frontera o Palos del Cante, pero nunca puerta catedralicia). El rito marca que cuando está la Virgen en la Puerta de los Palos, suena el repique a todo trapo de bronce desde los mástiles de la Giralda, se escucha la Marcha Real y... mire usted cómo se me están poniendo los vellos de punta, en ese preciso momento es cuando hay que pedirle a la Virgen las Tres Gracias.

Otros, más modernos, dicen que eso de la Puerta de los Palos era antes. Que como la tradición establecía que la petición a la Virgen había que cumplimentarla con la póliza del primer sol de su mañana dándole en la cara, ahora los tres ruegos hay que moverlos en el tiempo y en el espacio, y pasarlos por lo menos a la vuelta (vulgo revirá) de la Punta del Diamante. Que es donde verdaderamente le da el primer sol, por culpa, culpita del cambio de la hora de verano, que hace que cuando la Virgen sale sean las 6 de la mañana por la hora solar, y a las 6 de la mañana, como comprenderán, hasta el sol está todavía durmiendo y no se ha levantado por los alcores de Mairena y del Viso.

Yo soy más moderno todavía que los de las Tres Gracias por el rito de Starbuck, en La Punta del Diamante, vamos. A mí a Mayoría de Progreso no hay quien me gane. ¿Saben ustedes lo que propongo como quintaesencia del topicazo de aunar tradición y modernidad? Pues no pedirle nada a la Virgen ni en la Puerta de los Palos, ni cuando le dé el primer sol en su cara, sino cuando su palio de tumbilla esté debajo de la primera catenaria y Bejarano esté mandando a tierra los dos costeros por igual, por si las moscas y a ver qué pasa con el paso.

Rosamar Prieto ya ha hocicado ante los capillitas. Lo más granado e influyente del lobby cofradiero se ha reunido con ella, y ella ha entregado la cuchara, digo, el bastón de teniente de alcalde, reconociendo que las cofradías son un poder fáctico en Sevilla. Rosamar es una señora lista, que nada más llegar a la Delegación de Fiestas Mayores (y sueldos mayores todavía) ha aplicado la sentencia de don Santiago Montoto: «Ni fías, no porfías, ni cuestión con cofradía». ¿Que las cofradías quieren que les pele el perro? Pues pélelo usted. Traduzco: ¿que las cofradías quieren que les quiten las catenarias de la Avenida cuando llegue la Semana Santa, y que la carrera oficial esté como debería estar todo el año, sin esos mamarrachos monstruosos de los cables del tranvía, que ni siquiera tienen los partidarios de la chorrada del teleférico pepero y lepero de Tomares ? Pues se quitan las catenarias por Semana Santa, promete Martínez Salcedo. Otro que tampoco ha elegido nadie en las urnas y que como las cofradías es un poder fáctico en la ciudad de los poderes fácticos. Sevilla es el único lugar del mundo donde las fuerzas muertas siguen como fuerzas vivas.

Y como no tendremos, ay, en Semana Santa pasos bajo las catenarias, la procesión de la Virgen será interesantísima. Modelo para armar: así serían las cofradías por la Avenida con las catenarias. Por eso cuando la Virgen esté bajo la primera catenaria, a la altura de la esquina del Horno de San Buenaventura, le pediré allí este año las tres gracias de los nardos con catenarias. A saber:

1. Virgen mía, que Sevilla vuelva a parecerse a Sevilla.

2. Virgen mía, que no sigan derrochando nuestro dinero en ponernos esto como Dusseldorf.

3. Virgen mía, que antes de las próximas elecciones cambien la ley electoral, y que no sigan haciendo disparatones con Sevilla y con nuestro dinero unos nostálgicos del comunismo pro chino de la Joven Guardia Roja.