Vuelve el Betis donde solía. Ole. Toquemos madera. Madera del campo de las tablas verdes, por supuesto, a ver si el Centenario acaba mejor que como empezó. Empezó siendo un Centenario de garrafa. A ver si termina por lo menos VSPO, como el coñá de La Palma del Condado que dicen que puede echarse a pelear con todos los de Francia, que les gana por goleada. El Betis ha ganado el Trofeo. Lo digo a la gaditana. No el Carranza. El Carranza, en Cádiz, es el Estadio, no el Trofeo. El Trofeo, en Cádiz, no es otro que el Trofeo, no va a ser el Teresa Herrera, joé...

-- Oiga, usted perdone que le interrumpa: esta Teresa Herrera, ¿era tía de Carlos Herrera por un casual?

Sí, creo que era una tía que tenía Carlos por la parte de La Coruña, muy esaboría, y que prefería quedarse allí, en las rías bajas comiendo centollos, en vez de irse a Sanlúcar a convidar a sus amistades a langostinos de Bigote y a ortiguillas gritas de Balbino. Tía Teresa Herrera era más bien cortita y agarrada, y ni era amiga de Marvizón, ni de Naranjo, ni de Paco Robles, ni nada. Más gallega que un freidor era la joía...

Íbamos por el Trofeo por antonomasia. Lo ha ganado el Betis por quinta vez. Pentacampeones a la gaditana, cualquier cosa. Y venciendo al Real Madrid, que es el que gusta en Cádiz tela del telón desde aquel pasodoble de Paco Alba. Sobre todo a los catetos de la provincia. Cuando el Cádiz juega en el Carranza con el Real Madrid y le gana, y los forofos merengues que han venido a verlo desde la provincia abandonan el estadio con la bufanda morada entre las piernas, la afición gaditana, inventora de tantas cosas, los despide con un popurrí con música del Juan Tanamera de Chano Lobato: "Iros pal pueblo,/catetos, iros pal pueblo,/ iros pal pueblo,/catetos, iros pal pueblo".

El Betis es el pentacampeón del Trofeo. No sé si los cronistas deportivos han acuñado ya el neologismo verdiblanco para el Trofeo del estadio que bendice el pasodoble de Manolito Santander en cada rincón y cada escalón de mi Carranza. La voz nueva puede ser Pentacarranza: ea, ahí la lleva usted, Don Manué, gratis total, sin trincá y sin que tenga usted que negociar con mi representante.

El Betis es Pentacarranza gracias a algo que me he enterado ahora que se inventó precisamente en Cádiz: la tanda de penaltis. La tanda de penaltis no crean ustedes que es cosa de la Fifa, de la Uefa o de esas entidades gracias a las cuales viven a cuerpo de rey unos tíos que en su vida le han dado una patada al balón. La tanda de penaltis se inventó en Cádiz, en el Trofeo Carranza precisamente. Fue hace 45 años. Era la noche del 2 de septiembre de 1962. Final del Trofeo entre el Barsa de Kubala y el Zaragoza de los magníficos: el mismo Zaragoza al que el Betis Pentacarranza derrotó antier noche gracias a Doblas. El partido había acabado 1 a 1. Y en vez de decidir con prórrogas o a suerte el resultado, a alguien se le ocurrió lo de la tanda de penaltis. ¿A quién fue? Lástima que no viva el gran José Antonio Blázquez, notario mayor de las gestas del Carranza e inventor del Colombino junto con su compadre Martín Berrocal. Seguro que Blázquez fue testigo de la invención de la tanda de penaltis en aquel Cádiz de Don José León Carranza y de Vicente del Moral. La tanda de penaltis gaditana fue sano remedio contra el Fútbol Jartible. Por aquellos tiempos había Fútbol Fuerza y Fútbol Jartible, el de las interminables prórrogas de los partidos que acababan con empate, las más pesadas del mundo. Los penaltis son lo menos jartible que se despacha para resolver un empate empecinado, por eso la FIFA las adoptó para todo el orbe a mediados de los 70.

Hallazgo, pues, la tanda de penaltis que hay que añadir a la nómina de gloriosos inventos gaditanos, y por las que tendrían que pagar derechos a la Cuna de la Libertad. Cádiz inventó el parlamentarismo, la Constitución, la Lotería, la chirigota, el coro, el liberalismo, la libertad de imprenta, la soberanía nacional, el pelotazo, el unto sin sal, la patera de Mangoli, la barbacoa del Trofeo...y la tanda de penaltis. Cádiz es, pues, la Ciudad Más Antigua de Occidente, y debe lucir junto al escudo de Hércules con dos... leones sus más gloriosas divisas: Cuna de la Libertad y Cama de Matrimonio de la Tanda de Penaltis.