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 El fútbol será sin goles

ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


La baja maternal y la guarde

Tengo que ir a la FNAC, que seguro que lo tienen. Necesito urgentemente una pastilla de ampliación de mi capacidad de asombro. Igual que ampliaciones de memoria y de capacidad del disco duro, tiene que haber un chisme que te permita volver a gozar de aquellos tiempos maravillosos en que como tenías sitio libre, te asombrabas de las cosas. Y que conste que yo tenía una buena capacidad de asombro en mi disco duro. Casi tanta como de memoria: 750 megagigas de memoria (nada histórica, por supuesto) y 900 megagigas de capacidad de asombro. En la memoria sí me caben todavía bastantes cosas, pero tal como está España, la capacidad de asombro la tengo en plan «agotada, elija otro».
De modo que mientras no la amplíe, me pasa como al resto de los españoles. Como a los que igual que los peces del villancico beben y beben y vuelven a beber, votan y votan y vuelven a votar a los que nos están llevando a este desastre con euríbor: que no me sorprendo por nada y trago con todo. No Passsa Nada.
Si yo tuviera aún capacidad de asombro, me sorprendería que el regreso de S.A.R. la Princesa de Asturias a las actividades institucionales de la Corona tras la lactancia de la Infanta Doña Sofía sea presentado como «el fin de la baja maternal». Lo oigo en los programas del corazón, lo leo a los profesionales del cotilleo. Pero como aún no me he comprado en la FNAC el archiperre microinformático, no me sorprende nada no sólo que la Princesa de Asturias salga en el mismo programa y con el mismo tratamiento que ilustres damas de su Corte como Terelu o la Campanario, sino que además anuncien que ha terminado su «baja maternal». Como si la Princesa de Asturias fuera, ¿qué digo yo?, dependienta del Cortinglés o cajera de Zara, que son las que cogen bajas maternales. Ni me sorprendería, por tanto, que Doña Letizia, a sus amigas, les dijera:
-Este fin de semana, si hace buen tiempo, vamos a volver a Mallorca, porque la Casa aún me debe días...
La Casa de Su Majestad el Rey, naturalmente, en este entendimiento laboralista de la Corona, que ya no me sorprende nada. Por lo que, como comprenderán, me asombra menos todavía que S.A.R. la Infanta Doña Leonor vaya a tan temprana edad al cole, a la guarde. Y suerte tiene, que va a la guarde con la seño en Madrid. Porque si fuese, un poner, en Galicia, aprendería sólo la lengua de Castelao, utilísima como saben para las relaciones internacionales en esta sociedad globalizada que vivimos.
Pensándolo por otro lado, estoy encantado con tener agotada mi capacidad de asombro, y me está dando una pereza enorme ir a la FNAC a comprar la ampliación que necesito. Sofocones fuera, porque sigo leyendo lo del cole de la heredera del heredero y no sólo no me asombro, sino que ni me indigno ni nada. La Infantita irá a una guardería que más guardería no puede ser, como su mismo nombre indica: a la guardería de los hijos de los miembros de la Guardia Real. ¡Viva el igualitarismo de la Ciudadanía Borbón! Claro, como les coge tan cerca de casa, así papá no tiene que llevarla todos los días en el coche a la guarde antes de ir al trabajo. La puede llevar la tata andando. Aunque no sé yo si con este igualitarismo de baja maternal y guardería de empresa tendrán tata o no, y si al padre le corresponde baja maternal según convenio o no. Ni me importa: qué maravilla tener agotada la capacidad de asombro. Si no la tuviera, pensaría que de qué nos extrañamos luego de que les hayan perdido el respeto y que la Institución esté en perri y pregonada por los periódicos ingleses, ¿no quieren presentarse como «una familia normal»? Pues toma normalidad, hija mía, toma tomate, que si no me quisiste, pá qué me hablaste.
Pero ni me asombro, ni me cabreo, ni me indigno, ni nada. Ni porque sea noticia que un equipo español de fútbol, el Sevilla F.C., salga con la bandera nacional en su indumentaria. Ni que al bizarro alférez de complemento del Glorioso Ejército Español le pongan en su esquela mortuoria, como eximente: «No intervino en la guerra en 1936-1939». No hay nada mejor para tu colesterol que apuntarte a la España del No Passsa Nada. Así que me parece que no voy a ir a la FNAC a buscar una ampliación de capacidad de asombro. Tal como está el patio, sofocones, los mínimos...

 

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