ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


Carta a Pansequito

Inspirado y querido José Cortés: con este veraneo de antología que me he pegado en agosto, estaba yo en los baños, sin recado de escribir (ni ganitas de hacerlo), cuando leí en el ABC lo de vuestra protesta ante los nuevos señoritos del flamenco. Esto de que los sociatas de la Junta sean los nuevos señoritos que van de caballos blancos en el flamenco no es mío; se lo leí a un artista de los que te acompañaban de abajofirmantes para entregar en la Casa de Murillo los pliegos con la petición de a ver si hay trabajo para todos, no sólo para los cantaores del Régimen que tanto hablan del reparto.
No te engaño, José, si te digo que no me extraña nada de cuanto denunciáis. Salvo algunos que interpretáis los cantes libres de la independencia, no hay nada que le guste a un flamenco más que el poder. Sea el que fuere. Venga de donde venga. No voy a repetir, por sabido, el cante que aprendí de Manolo Barrios: "Desgraciaíto el que come/el pan por manita ajena,/siempre mirando a la cara,/si la pone mala o buena". El flamenco siempre comió por manita ajena, fueran los señoritos de la Restauración, los del reinado de Alfonso XIII, los de la República, los señoritos de Franco o los señoritos de los ayuntamientos de la dictadura que con Pulpón inventaron su negocio de los festivales flamencos, en el que Antonio Mairena, con todo lo que se las dio luego de rojo, partía y repartía el bacalao. Cuando en plena dictadura publiqué mi "Andalucía, ¿Tercer Mundo?", llamé "cantaores de Ayuntamiento" a toda aquella calaña de España, con don Antonio Cruz García y su golpe de llave de oro a la cabeza. Debemos seguir siendo Tercer Mundo manque la autonomía, porque ahora no sólo hay cantaores de Ayuntamiento, sino cantaores de Diputación, cantaores de Consejería y cantaores de Junta. Aquellos lodos del señorito Felipe González metiendo a los flamencos enchampelados como agradaores en su Bodeguiya de la Moncloa trajeron estos lodos de la doble genuflexión del cante ante los políticos. España no ha cambiado nada. ¿Qué más le da que sea el dictador Primo de Rivera el que paga a los flamencos en los reservados de Villa Rosa o sea, en la Bodeguiya, González con su mayoría absoluta, su GAL y su Filesa? Como comentó Calixto Sánchez en la protesta, para señoritos, los de antes, los de toda la vida, que por lo menos pagaban a los flamencos de su bolsillo, no con dinero público ni con Bodeguiyas ni Consejerìas de Cultura o Agencias de Desarrollo Flamenco. (¿No te jode, José, ponerle al Flamenco una Agencia de Desarrollo, como si fuera una industria química del Polo de Huelva dando caña con el humo?).
Choca, por tanto, José, esos cinco por vuestra justa protesta ante la perpetuación de los muy franquistas cantaores de Ayuntamiento, que algunos, como Fosforito, hasta siguen siendo los mismos con la dictadura que con el Régimen de Chaves y de Griñán que les da el pan.
Ahora, que me parece que habéis equivocado el camino si se trataba de trincar de la Junta y de pegar el mangazo con el arte con que lo hacéis los flamencos. José: teníais que haber dicho que erais, sí, flamencos, pero flamencos rosas. No flamencos mariquitas, a ver si me explico: flamencos rosas, de la laguna de Fuente Piedra o de Doñana, de los que protege la Junta, que para ésos sí que hay morterás de dinero y no les piden el carné. Si hubierais dicho que erais flamencos rosas, la Junta os hubiera puesto de subvenciones hasta la prima y el bordón. Así que ya lo sabes para otra vez. Ponme a los pies de tu señora, de Aurora Vargas, cuya mano beso y cuyo arte admiro tanto como el tuyo.

 

Articulos de días anteriores

Ir a página principal (Inicio) de www.antonioburgos.com

 

Para buscar dentro de El RedCuadro

 
    

 

Correo Correo

Clic para ir a la portada

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio