Estaba viendo con un buen sevillano en el libro de Jesús Martín Cartaya las fotos de la Sevilla destruida, y le dije:-
-- Mira, aquí desde el año del plano de Olavide de 1771 a la arriá del Tamarguillo de 1961 no se destruyó tanto como desde la arriá del Tamarguillo a nuestros días.
Y me comentó este sevillano con ejercicio y servidumbre, que cuida tanto su colesterol que no pisa La Encarnación para no tener que ver las jodidas setas:
-- El otro día tuve que pasar por la Avenida y hay que ver el disparatón que han organizado allí... La Avenida me recuerda cualquier cosa, menos Sevilla. No sé qué me recuerda.
Pues con el Sagrario sacado de brillo (con lo bonito que estaba con su verdina) y la fachada de Poniente de la Catedral en blanco Nuclear, a mí la Avenida me recuerda una de esas ciudades alemanas destruidas por los bombardeos aliados en la II Guerra Mundial que reconstruyeron con el Plan Marshall después de 1945. Lo que pasa es que aquí el bombardeo fue al revés: lo que bombardeó Sevilla fue el Plan Marshall del desarrollo franquista primero y de la modernidad sociata después...
Y pasas por Las Delicias Viejas y se ven ya desde allí las amarguras nuevas de esa Torre Pelli que Zoido no tiene co...nsenso de parar. Cuando llegó Monteseirín a la Alcaldía, lo primero que hizo fue parar el edificio de Moneo en El Prado, cuya licencia había dado Soledad Becerril. Lo hizo sin mayoría y con licencia. Y este Zoido, con 20 concejales, 20, anda mareando perdices de Icomos, Unescos, tribunales, ministerios y Túmbalas para no parar la Pelli, como Monteseirín paró el Moneo con menos papeles que una liebre. Fomento ha multado la Torre con 140.000 euros por invadir el espacio aéreo. Da igual. Otros 140.000 euros que se pulirá Pulido. No Passsa Nada tampoco con 20 concejales, 20. Allí siguen trabajando día y noche, a hechos consumados, en la cagada que el argentino Pelli colocó en Sevilla ad usum catetorum. Torre que es una fotocopia de las que Pelli va espurreando por el mundo, en China, en México, en Singapur. En Bilbao, los Reyes acaban de inaugurar la Torre Iberdrola, que es a la Pelli como la Kutubiya de Marrakesh o la Torre Hassan de Casablanca a la Giralda, pero en cateto. Como documentaba ayer El Francotirador en "El Mundo", las 41 plantas de los 165 metros de la Pelli de Bilbao han costado a Iberdrola 200 millones de euros. Aquí, en los 178 metros de las 43 plantas de la Pelli, Pulido se ha pulido 350 millones.
¿Tiene Sevilla posición para tirar el dinero de esta forma en la destrucción de la ciudad? Una Sevilla donde cada día te encuentras en las páginas de Economía de ABC un nuevo barquinazo, tras el efecto dominó de la burbuja inmobiliaria: ayer Merkamueble, el otro día Arance la Ballena, antier Marco Aldany, el anterior Urende. ¿Cómo con la crisis que hay y el dinero que debemos seguimos haciendo locuras y estrechando calles, como Sánchez Bedoya, como si siguiera Monteseirín? Y ahora, las Atarazanas. La Caixa destruirá las Atarazanas, con Vázquez Consuegra incorporado y el visto bueno de la Junta (que yo no sé qué pinta la Junta en Sevilla, Don Zoido). ¿Tenemos posición como para seguir con obras y venga obras hasta la total destrucción de Sevilla? La Caixa (a la que no se le ocurre tocar las Atarazanas de Barcelona) se va a gastar 25 millones de euros en destruir las de Sevilla. En vez de destruir Sevilla, ¿por que Cajasol y La Caixa no les prestaron mejor esos 375 millones a los autónomos y las pymes del barquinazo? Urende, Merkamueble o Arance la Ballena seguirían creando empleo y riqueza, en vez de esto de la Medalla de las Cajas: "Hoy destruyo Sevilla más que ayer, pero menos que mañana. Y No Passssa Nada".