ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


"Pó peó"

Esto de la amarga e inútil victoria del PP me ha recordado a aquel personaje de "Curro y los aparceros" de Jesús de las Cuevas. Tras una buena temporada de sequía meteorológica, como la presente, cayeron cuatro gotas en Arcos de la Frontera. Y llamó Jesús todo ilusionado al encargado de su finca para preguntarle si en el campo había llovido más:
-- Curro, ¿ha llovido mucho ahí?
-- Pues mire usted, don Jesús: llover, ha llovío. Pero llover, llover, llover, lo que se dice llover, no ha llovío.
Pues el PP, exactamente igual. Ganar, el PP ha ganado. Pero ganar, ganar, ganar, lo que se dice ganar, no ha ganado. Para que el PP hubiese gobernado, tenía que haber ocurrido como con la lluvia que no llegó al campo que Jesús de las Cuevas noveló tan bellamente en "Historia de una finca" o que no acaba de llegar a esta tierra nuestra seca, que de momento no ha recibido más riego que el jarro de agua fría electoral de anoche. Para que el PP hubiese gobernado tenía que ganar, ganar, ganar, lo que se dice ganar por mayoría absoluta. Lo de las elecciones de ayer no era una dilema: era una desgracia para la alternancia. Con la que hoy nos desayunamos. Si mi madre viviera, seguro que me decía:
-- Ea, hijo mío, pues ahora, ¡otros treinta añitos más de Régimen! -
Régimen que les parece de perlas a los andaluces. Es lo que me horroriza. Lo que las elecciones de ayer han tenido de plebiscito a favor de la corrupciòn y en contra de los recortes sociales, que han sido los dos grandes temas de la campaña, en la que no ha habido el menor debate sobre la propia Andalucía y sus problemas, ni sobre los modos de administrar una autonomía que sigo pensando que está por estrenar en la democrática alternancia de poderes. Dije ayer mismo que aquí hay que pensar que el Régimen ha conseguido que los gobernados sean tan corruptos como los gobernantes, o que al menos acepten ese desorden de cosas como lo más normal del mundo. Hoy me da horror tener que volver a pensarlo, y ahora con datos en la mano. Nada, que a la gente le parece bien que los chóferes de la Junta se dediquen a la compra de cocaína con el dinero de los parados. Que a la gente le parece bien que con los Eres se hagan mangas y capirotes, y más ahora que se acerca la Semana Santa. Nada, que a la gente le parecen bien el fondo de reptiles, el amiguismo, el clientelismo, la red de intereses. La trama del propio Régimen tejida a lo largo de 30 años es mucho más fuerte que la trama de los Eres, y a la vista está.
Y luego, lo que nos espera: el Gobierno del PSOE con Izquierda Unida. En el domingo de Pasión las torrijas, ay, han sido de Torrijos. Multipliquen por el presupuesto de la Junta lo ya ocurrido en el Ayuntamiento de Sevilla y verán lo que nos espera. Y como la Esperanza de la Macarena está ya en su paso, me he acordado de lo que me contaba Antonio Colón sobre la mujer del barrio que entró a la basílica y vio a la Virgen allí, esplendorosa, y se puso a decirle en voz alta, enloquecida en su devoción:
-- Ay, Virgen mía, si aquí eres tan Guapa y tan Divina, si eres la Madre de toda la Gracia, si eres la Esperanza nuestra, ¿cómo has de ser en el cielo en cuerpo y alma?
Y una gitana de Los Callejones que la estaba oyendo le respondió inmediatamente:
-- ¿Que cómo va a ser en el cielo? ¡Pó peó!
Lo de la Junta que nos espera es igual que lo de la devota de la Esperanza. ¿Cómo será la Junta con los del Partido de la Mariscada gobernando con el Partido de los Eres? ¿Cómo ha de ser? ¡"Pó peó" todavía que la de Chaves y la de Griñán!

 

 

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