ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


1 dívar = 12.996 euros

 
Cuando España empezó a tirar el dinero a troche y moche con la Exposición Universal de 1992 me inventé una unidad monetaria de medida del despilfarro: el pellón. Tomaba su nombre del hombre de Felipe González en la Expo. De Jacinto Pellón, ingeniero montañés de Dragados, a quien González envió a su tierra con plenos poderes porque no se fiaba de sus paisanos. Tanto dinero derrochó el tío que inventé el pellón, que equivalía a 10.000 millones de pesetas despilfarrados en inversiones no productivas. Bueno, sí, bastante productivas algunas para los del convoluto, la mangoleta y el por aquí te quiero ver.
Ahora acabo de inventarme otra unidad monetaria de medida. La unidad de medida del despilfarro o malversación de los que durante el referido Felipato eran "fondos reservados" y por cuyo mangazo a discreción más de uno pisó la cárcel, perdón, "ingresó en sede carcelaria", que es como se debe decir correctamente en tertulianés y en politiqués.
Esa medida monetaria de la malversación impune de fondos públicos es el dívar. Inspirado, naturalmente, en el dimitido presidente del CGPJ y del Supremo, que es igualito, igualito que Alfonso Paso, incluso con el título de "Enseñar a un sinvergüenza", que yo creo que iba por Garzón. El dívar suena a moneda mucho más que el pellón. Suena a dinar: a dinar tunecino, a dinar iraquí a dinar argelino. ¿A cuánto está el dívar? Ahí vienen las diversas cotizaciones. Como usted sabe, y venganzas filogarzonianas aparte, derrochar el dinero público no es lo mismo si lo hace un progresista o si lo hace un conservador. De ahí que igual que existen el dólar canadiense y el dólar americano, el dinar tunecino y el dinar argelino, hay un dívar conservador y un dívar progresista.
El dívar conservador está a 12.996 euros. Esa fue la cantidad que según recentísima sentencia absolutoria del Supremo se gastó Carlos Dívar en lo que le salió del níspero. Pues es sabido que el CGPJ tiene unas normas internas por las cuales sus vocales, miembros y miembras se pueden gastar el dinero público en lo que les salga del níspero, sin tener que justificar nada. Otras fuentes indican, empero, que el dívar conservador está a 28.000 euros, que fue la cantidad que el titular de la nueva moneda se gastó entre 2008 y 2012 en 32 viajes caribeños a Marbella y otros fines de semana con encanto. Tirado. Nos salió cada fin de semana largo en Marbella para dos personas, en hotel de 4 estrellas, a...¡875 euros!. Baratísimo. Vamos, yo que Isidoro Alvarez, fichaba a este tío como director de Viajes El Corte Inglés, qué virtuoso en sacar ofertas baratitas de fin de semana, ni las de Groupon.
Eso es el dívar conservador, que está baratísimo. Otra cosa es el dívar progresista, que está mucho más alto de cotización. Como quiera que los 20 vocales y el secretario del CGPJ se han gastado en 2011 cerca de 500.000 euros en lo mismo que Don Carlos, pero en plan amiguetes de Garzón, resulta que el dívar progresista está a 22.441 euros por cabeza. Pero a éstos no les dicen nada, porque despilfarran impunemente el dinero público de un modo absolutamente progresista y, además, que es lo importante, le comen en la mano a Garzón.
Miren ustedes: el problema no es el señor Dívar. El problema es que exista el dívar: que unos tíos puedan gastar el dinero público en lo que les plazca pegándose viajes de ensueño, sin tener que justificar nada. Y los que se han gastado en sus viajazos muchos más dívares que Dívar siguen en el machito, sin que dimita nadie... Vamos, que como Frau Merkel se entere de la existencia del dívar, nos saca del euro. El dívar generalizado es la causa de la ruina que tenemos en todo lo alto. De lo que tienen que rescatarnos es del dívar.


 

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