Crecer o
no crecer. He aquí el problema que nos tiene quitado el
sueño a todos, menos a los que siguen apalancados en sus
cargos inútiles, como los 17 Defensores del Pueblo, 17, ya
que aquí se recorta todo, menos las administraciones
públicas, las embajadas autonómicas de la Señorita Pepis y
esas tonterías. Tenemos quizá la solución mágica del
crecimiento al alcance de la mano. Tal como andan las cosas,
eso que en tertulianés se dice "con la que está cayendo",
con la industria hostelera criando telarañas, ¿usted se
imagina que haya que pedir recomendación para que en un
restaurante te reserven mesa para cenar con unos amigos?
¿Usted sabe lo que es que a finales de junio, cuando nadie
tiene ya un duro de la nómina del mes, una ciudad sin playa
registre un absoluto lleno hotelero? Pero no en fin de
semana ni en un puente, que no tendría mérito, sino un
lunes, que es lo maravillosamente excepcional. Sigo.
¿Usted sabe lo que es que 2.200 personas guarden cola no
para sacar la entrada de un espectáculo, sino para que les
den número de reserva de sitio a fin de que no haya muertos
en el asalto de las masas a las taquillas, y sin que las
localidades ansiadas, además, sean para ningún conjunto de
rock, ni para Madonna ni para Shakira, sino para un
reactivador producto nacional fabricado en la Comunidad de
Madrid y desde allí lanzado al mundo con la mejor campaña de
marketing que nunca se diseñó?
Bueno, pues a reserva de juicios en taurina materia (en los
que suscribo íntegramente y por su orden todas las tesis de
Andrés Amorós), esto es lo que acaba de ocurrir en Badajoz
con José Tomás. Los periódicos se han equivocado. Han dado
lo de Tomás en las páginas de Toros, cuando era asunto de la
sección de Economía. ¿No anda Rajoy buscando fórmulas de
crecimiento? Pues en Badajoz y con Tomás las ha habido de
sobra. Dicen que Tomás le ha metido a la economía de Badajoz
una inyección de 2,4 millones de euros, entre cargo de
taquilla, lleno en los hoteles, restaurantes a rebosar,
tiendas a revientacalderas y media Francia allí. Esa cifra
de 2,4 millones de euros no se la metían a la economía
pacense en un solo día ni cuando Franco inventó el Plan
Badajoz. Hablabas con los entusiasmados tomistas que habían
acudido a ganar el jubileo de Badajoz y te contaban tal
animación en la ciudad toda que dudadas que estuvieras en el
mismo país que ellos, con nuestra prima de riesgo, nuestros
bonos por las nubes, nuestra subida de IVA y nuestro pago de
las recetas del Seguro.
Y hay más, porque Huelva, como Badajoz, también habrá de
beneficiarse con la mejor de las Fiestas Colombinas. Que
será cuando el 3 de agosto toree mano a mano su rescate
económico con Morante de la Puebla. Otra ciudad entera con
el cartel de "No hay localidades" ni para dormir ni para
comer. Hasta a Nimes llegará la conmiseración de Tomás por
la crisis de los franceses, y aportará allí su Factor
Crecimiento en septiembre. Un total de 7 millones de euros
será el impacto económico de las tres actuaciones.
Ante lo cual, lo veo clarísimo. La solución contra la crisis
y la caída del consumo es José Tomás. Donde torea Tomás le
dan inmediatamente por saco a la crisis y los hoteles y
restaurantes se llenan. Ergo hay que conseguir que José
Tomás toree todos los días y donde vaya haciendo más falta.
¿Que el PIB de Castellón anda chungaleta? ¡Corrida de José
Tomás! ¿Que en Oviedo cierran los restaurantes uno tras
otro? ¡Corrida de José Tomás! ¿Que los hoteles de Algeciras
andan para pegar el cerrojazo? ¡Corrida de José Tomás! (Lo
único malo de las tardes de José Tomás como factor de
crecimiento económico es que luego viene Sánchez Dragó y te
lo cuenta...)
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