¿Quién dijo esa patraña de
que en Cataluña no se respetan por igual las dos
lenguas? En Cataluña se respeta por igual a las dos
lenguas: al catalán y al inglés. Por ejemplo, no multan
a Burger King ni a la Barcelona Fashion Week por no
poner los rótulos en catalán. Y ya lo vieron en la
manifestación de ese otro 11-S que quemó las columnas de
Hércules del escudo de España en la bandera como si
fueran las Torres Gemelas. Leerían las pancartas en la
lengua cooficial de Cataluña: "Catalonia is not Spain",
"Freedom por Catalonia"... y una catalina para quien no
sepa inglés. Pero me extraña que en cualquiera de las
dos lenguas del Imperio, catalán o inglés, no hubiese
una pancarta que pusiera: "Se necesita Estado". Porque
eso lo dijo después en el oprobioso y opresor Madrid ese
presidente que tienen los catalanes con apellido de
cadena de supermercados, Más, y con cara de anuncio de
loción para después del afeitado. ¿A que usted está
harto de ver a don Arturo Más en los anuncios del After
Shave, en inglés, claro, como a ellos les gusta?
¿Para qué necesita Cataluña un Estado? Lo que de verdad
necesita, como Andalucía o Valencia, es un rescate para
que sigan tirando el dinero en su separatista política
identitaria. Pero, claro, como ellos tienen siempre que
ser como su presidente, más, más que nadie, no van a
pedir simplemente un rescate, como Andalucía o Valencia.
Piden un rescate y un Estado. Que a mí lo que piden los
catalanes de una Patria y un Estado me trae muy malos
recuerdos: "Una Patria, España; un Estado, Nacional
Sindicalista; un Caudillo, Franco".
Hay cosas más urgentes que dar a Cataluña que el Estado
de la Señorita Pepis...pagándolo nosotros. La que de
verdad necesita un Estado es España, no Cataluña. Un
Estado fuerte, que no consienta ni permita todo lo que
está tragando de su Poder Judicial y de su Poder
Legislativo, ante la acomplejada blandenguería y
cobardía del Poder Ejecutivo. Un Estado que no ponga de
patitas en la calle a los etarras asesinos para anunciar
al día siguiente la cadena perpetua revisable para los
terroristas. Que no transija con el espectáculo
insolidario que sigue dando la clase política, donde los
altos cargos de la Junta de Andalucía dicen que ellos no
se rebajan el sueldo hasta el año que viene si Dios
quiere.
A eso que me suena a sellos emitidos en 1938 por mi
homónimo Gobierno de Burgos y que los separatistas
llaman "Estado Español" le sobran adjetivos y complejos
y le falta sustantividad y autoridad en su esencia.
Aquí, haciendo dejación muchas veces de las funciones
del Estado, hemos pasado del Estado de las Autonomías al
Estado del Bienestar. Mucho adjetivo y muy poco
sustantivo. El Estado de las Autonomías, ya ven en qué
ha devenido: en una duplicación innecesaria de la
burocracia y en trampas para cazar elefantes (en
Botswana, obviamente). El Estado del Bienestar, miren en
qué ha quedado: donde únicamente no llegan los recortes
del gasto social es a los comedores de Cáritas. Y más
adjetivos que le pusimos pomposamente al Estado. Como lo
de Estado de Derecho, que lo busco y no lo encuentro
cuando dividen a los jueces en progresistas y
conservadores, vamos, como si fueran colchoneros y
merengues, o gallistas y belmontistas.
El Estado anda en estado de emergencia, cuando no en
estado catatónico, a la vista de su estado de cuentas.
Menos mal que el presidente catalán con apellido de
supermercado y cara de anuncio de After Shave ha venido
a recordarlo. Insisto: Cataluña no necesita Estado; la
que lo necesita es España. Urgentemente. Entre otras
cosas, para que Cataluña no sea un Estado Libre
Asociado, algo así como Puerto Rico sin piña colada,
pero con el Barsa (y olé) jugando la Liga BBVA, que la
pela es la pela.