El PSOE ha llegado de Leire Pajín y de Carmen Calvo a Elena
Valenciano como el famoso banderillero de Juan Belmonte a
gobernador: degenerando. Me inquieta a mí, no sé a usted,
esta señora Elena Valenciano, su ausencia de finura, ese
tono bronco. Su nada fina estampa, que me recuerda bastante
la de Almudena Grandes. Elena Valenciano es como Almudena
Grandes sin vientos de Cádiz al fondo y con una
vicesecretaría general del PSOE. Acabo de decir que Elena
Valenciano me inquieta, pero añadiré en su favor que desde
luego muchísimo menos que las nekanes de Bildu. ¿Usted no ha
escuchado hablar de los perroflautas? Pues habrá que empezar
a hablar de las pelorratas de Bildu. Llamo pelorratas a
estas tías de Bildu que parece que se cortan el pelo con un
brazo de túrmix y que se lo tiñen con unos colores que dejan
como la más discreta armonía cromática a aquella a la que
"le llamaban La Caoba por su pelo colorao". Berrendo en
colorao es poco para la gama cromática de estas pelorratas.
Tengo que entrar un día por curiosidad en un Eroski, que
seguro que en el lineal de tintes de señora tienen toda la
paleta de colores de las pelorratas de Bildu. Que la noche
electoral daban miedo cuando salieron junto a la jefa de
ellas que daba la rueda de prensa para celebrar la solemne
llegada de los recuelos y posos de la ETA a las
instituciones. Muchos ciudadanos de las Vascongadas se
tenían que ir cuando la ETA mataba. Ahora quizá se tengan
que seguir yendo, porque la ETA dicen que ya no mata: ahora
las que te matan del susto son las nekanes pelorratas de
Bildu cuando ves a las tías con esas caras y esos pelos.
Digo todo esto de las pelorratas en beneficio y elogio de
Elena Valenciano, para que vean que todavía hay clases, por
aquello de cuentan de un sabio que un día. Elena Valenciano,
antes del medio hundimiento del Titánic del PSOE, que ha
perdido la presidencia de la autonomía vascongada y la mitad
de sus votos en Galicia, dijo que su partido va a ponerse al
frente de la injusta e innecesaria huelga del 14 de
noviembre porque "las cosas están mal". Cuando leí que Elena
Valenciano degradaba al PSOE a la categoría de piquete de
huelga porque "las cosas están mal", me dije:
-- Hombre, señora, las cosas están mal por culpa de su
partido de usted y del padre de las niñas de Zapatero, que
fue quien nos dejó a España hecha unos zorros, y digo esto
de zorros no porque a sus conmilitonas les encanten los
chaquetones de zorro, sino porque ustedes en el Gobierno
dejaron la economía como los bendos de un sacudidor.
Eso replicaron quizá muchos entonces a la señora Valenciano
cuando dijo esas palabras antes de las elecciones del
domingo. Lo que no sabíamos era que esas mismas palabras,
leídas ahora, cobran un significado muy distinto. Tras las
autonómicas del domingo miro sobre el escritorio el recorte
de la página de ABC donde viene la foto de la señora
Valenciano ante unos micrófonos a los que dice "Las cosas
están mal", y lo que pienso ahora es:
-- Y tan mal que están las cosas, señora. Sobre todo para
ustedes, con el fracaso de su estrategia de querer volver
las elecciones gallegas contra Rajoy como una segunda vuelta
de las generales y con el lamentable agotamiento del modelo
constitucional en las Vascongadas por culpa del otro Pachi
que escriben en castellano usando "tx" por "ch", a lo que me
niego...
Si a la altura del jueves pasado el PSOE se ponía al frente
de la huelga general porque "las cosas están mal" ahora
tendrá que ir a la huelga contra sí mismo, digo yo. Porque
mal, mal, lo que se dice mal, donde "las cosas están mal",
verdaderamente mal, es en el PSOE de Rubalcaba. Que
rubalcaba antes, pero que ya no rubalca nada.
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