Todo en esta vida tiene, como las hojas caídas de los
árboles de este otoño, su haz y su envés. Lo más opuesto a
ser vaca en la India o caballo en Jerez es ser perro, gato o
pájaro en Aracena. Yo no sé qué le habrán hecho los animales
al socialista casi tocayo de Alfonso Guerra González, a don
Manuel Guerra González, alcalde de Aracena, que ha decretado
como una cruzada contra especies que deberían ser tan
protegidas como el perro de piso, el gato casero y el pájaro
de jaula. No sé, quizá un día le mordería un perro, o le
arañaría un gato, o tiene alergia a las plumas de los
canarios... ¿Pues no que ha promulgado unas ordenanzas
municipales según las cuales los vecinos de Aracena que
vivan en bloques de pisos sólo podrán tener como animales
domésticos un perro, dos gatos y dos pájaros? Numerus
clausus, vamos...
A los pobres perros de piso de Aracena, don Manuel Guerra
los condena a cien años de soledad. ¿Pero no ha leído este
hombre la "Biblia del Perro", que existe igual que la
"Biblia del Oso", donde Dios, tras crear esa maravilla de
lealtad y fidelidad que es el perro, dijo "No es bueno que
el perro esté solo" y de una de sus costillas creó a las
perras, tan ilustres que hasta llegaron al sistema monetario
español de la Restauración, que si perra gorda, que si perra
chica?
Los gatos salen mejor parados. En la liga del antianimalismo
del alcalde de Aracena, los gatos les ganan a los perros por
2 a 1. Hombre, no es que jueguen la Chámpion de la atención
a animal tan importante como el gato de piso, pero algo es
algo. "¿Por qué los perrunos pueden tener sólo un perro en
su piso y a los gatunos os admiten dos?", nos dirán con toda
razón los caninohabientes a los felinoadictos. ¿Y los
pájaros? Los pobres pájaros de las jaulas de los balcones de
Aracena, los que tan contentos se ponen al hermoso sol de la
Sierra que compiten en su canto con la hermosura de las
estalagtitas de la Gruta de las Maravillas, ¿por qué son
condenados a la soledad de las rejas? Ahora sí que van a
cantar bien los canarios de Aracena... pero por carceleras.
¿Y los periquitos? ¿Quién encierra a un periquito en
soledad? ¿Cómo van a hacer crías los periquitos? ¡Este
hombre lo que quiere es lo mismo que la jueza Alaya, que no
quede un pájaro! Bueno, ni un perro, ni un gato, porque en
este mundo de las ayudas a la maternidad y del ecologismo,
si las hembras gatunas o perrunas dan a luz en más de una
ocasión, la vivienda "será considerada como centro de cría
y, por lo tanto, será sometida a los requisitos de estos
centros y deberá tener la correspondiente autorización
especial de los servicios municipales". O sea, que si su
gata tiene muchos novios y muchos encantadores gatitos,
váyase preparando para tener que contratar a un veterinario
de plantilla, porque lo suyo, para que usted se entere, es
un Centro de Cría, toma ya.
A quien Dios cría y a algunos no los junta y los deja más
solos que pájaros de Aracena en su jaula es a los alcaldes
especialistas en meterse en charcos, jardines y gilipolleces,
que con la cantidad de problemas gordos que hay se dedican a
las chorradas, como a este serrano que ha sacado estas
chuminadas adelante con los votos a favor del IU y en contra
del PP. Hasta ahora los gatos, perros y pájaros de Aracena
vivían divinamente. Mucho mejor que los parados de Aracena,
pongo por caso, sobre los que el alcalde no ha dicho
palabra. Esta Junta y estos sociatas no sólo le organizan la
vida dictatorialmente a la gente, sino a sus animales de
compañía. Aguanten la risa si pueden, pero en Aracena el
bando de guerra del alcalde Guerra contra los animales de
compañía ha prohibido que los perros ladren entre las 10 de
la noche y las 8 de la mañana. ¿Pues sabe usted lo que le
digo, señor alcalde de Aracena, en nombre de mis gatos de
piso? ¡Guau! (Que traducido resulta: "Un mojón de perro pá
tí"...)
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