Como aquí están pasando tantas cosas, tan gordas y tan de prisa, no me acordaba ya del petardazo que pegó el PP en las últimas elecciones andaluzas, cuando se creyó las encuestas que le daban a Javier Arenas la mayoría absoluta y luego resultó que tararí que te vi. La muy sensata y taurinísima entrevista de Juan Manuel Albendea ayer en ABC me ha recordado a ese tío de las encuestas de Arenas y me he dicho:
-- Tate, ya está: el tío que le hizo al Consejo de Cofradías la predicción de lluvias para el Vía Crucis Magno fue el mismo autor de las encuestas que le daban la mayoría absoluta a Javier Arenas.
El Vía Crucis se libró gracias a la Sevilla Salvaeventos. Pero ha dejado en evidencia a muchas instituciones y a mucha gente. En primer lugar, al actual y endeblito Consejo de Cofradías. Cuando estaba todo el follón de si se sale o no se sale, si Torreblanca quiere jugar a los pasitos y si en el Gran Poder aún quedan señores sensatos junto al Señor; cuando el Consejo estaba desbordado y se veía en su presidente la más estricta aplicación del Principio de Peter, un jondo sevillano con memoria y vergüenza me dijo:
-- Esto no le hubiera durado ni cinco minutos a Luis Rodríguez Caso...
Porque se ha demostrado que el Consejo ya no tiene en Sevilla la fuerza de antaño. Muchas cofradías no tienen señores hermanos mayores, sino niñatos hermanos mayores, que no es lo mismo. Antes el poder fáctico cofradiero era el Consejo; ahora, quien manda aquí es el Cecop. En la organización del Vía Crucis Magno ha mandado más el Cecop que el señor arzobispo, una persona seria que no va por ahí haciendo gracietas a costa del Espíritu Santo, como cierto vanidoso purpurado mediático que confunde el Cónclave con "Gran Hermano".
Y el Hombre del Tiempo. El Hombre del Tiempo ha mandado en el Vía Crucis Magno más que nadie. Más que el Cecop, más que el Consejo y más que Palacio. ¿Qué era? ¿El Vía Crucis del Año de la Fe en Dios o el Vía Crucis de la Fe en el Hombre del Tiempo que se equivoca más que Carmen Sevilla en el telecupón? Como los cofrades son muy creyentes, se creen hasta las paparruchas de predicciones del antiguo Servicio Meteorológico Nacional, al que el PP no le ha quitado el mote de AEMET que le puso Zapatero para no mosquear a los separatistas por lo de "nacional". AEMET suena a un organismo de los que tiene que crear el Ejército siguiendo normas de la OTAN. Y parece que la AEMET lo dirige un general, por el mando en plaza que tiene. En plaza cofradiera. Todo el mundo fiándose de lo que decía el tío de la AEMET que fue a San Gregorio a enseñar las predicciones y, ya vieron, apenas llovió: ná, cuatro gotitas a las 2. Luego, nada. Ni 60%, ni 80%, ni leches: se puso una tarde preciosa de cofradías con nublado.
¿Cómo es posible que en esta España donde se elige todo, quien haya mandado en Sevilla durante dos días haya sido el Hombre del Tiempo, al que no ha votado nadie y además se ha equivocado más que cuando predijo la mayoría absoluta de Javier Arenas? Porque para mí que es el mismo. Cuestión de Arenas. En Sevilla había dos Arenas: Javier Arenas de toda la vida y el otro Arenas, Adolfo, el que ganaba las elecciones, Arenas el del Consejo. Ambos han dimitido ya. Pero el Arenas del Consejo dejó de Hombre del Tiempo en San Gregorio al gachó de las encuestas electorales del otro Arenas, de Javier.
Con lo bonito que era antes, cuando había un Consejo de Cofradías con autoridad, sin tanto Cecop y tanto organigrama, y unos hermanos mayores que eran unos señores, y a la hora de salir la cofradía, sin AEMET ni niño muerto, se ponía la cruz de guía en la puerta. Si hacía buen tiempo, se salía. Si llovía, no, y se rezaba dentro del templo con el cuerpo de nazarenos formado. Sin necesidad de petardos de predicciones y encuestas.



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