Por las desgracias que trae la vida, dio con sus huesos en prisión preventiva cierto noble español con la merced de duque. Hombre depresivo, el director de la cárcel le puso en su misma celda a ese otro preso que suelen para que no dejen solo ni un minuto a los reclusos a quienes puede darles la ventolera de suicidarse. Intimaron ambos vecinos de chabolo y el duque preso compartía gustoso con su celador cuantas exquisiteces su familia le llevaba para hacerle más agradable la vida en cautividad: que si un televisor maravilloso; que si abundante tapeo de jamón del bueno y queso del mejor; que si chándales de marca para pasear por el patio, y por descontado que todo el dinero que le admitían como peculio, a fin de no privarse de capricho alguno en las compras del economato. Tan contento estaba el ducal acompañante, un chorizo sevillano con toda la gracia, que comiéndose un bocadillo de jamón tamaño XXL de los que al duque pagaba, le dijo con toda franqueza:
-- Hijo, Rodrigo, tú serás duque, pero desde luego aquí en el talego vives como un marqués...
Si el choricete del Sevilla 2 estuviera preso ahora, y tuviera que acompañar para evitar suicidios a otro noble encarcelado, a un marqués mismo, seguro que no le diría tal frase, sino esta otra:
-- Hijo, tú serás marqués, pero no vives como un marqués: vives como un lince de la Junta de Andalucía.
En la Andalucía de 1.442.600 parados, la Junta está preocuopadìsima...`por los linces. Los linces de la Junta viven como marqueses...de antes, no de los tiesos de ahora. Aunque hay quienes viven todavía mejor que los linces: los que cobran a costa del lince. ¡Qué negocio se tienen montado con el lince! Con lo que la Junta se lleva gastado en linces, yo le hubiera puesto ya un cascabel de plata de ley, querido Antonio Jiménez, y hasta un collar de brillantes de desayuno en Tyffany a cada uno de mis tres gatos, Remo, Rómulo y Romano. Y hasta podía haber comprado a cada uno de ellos un chalé en Sierra Morena, para que vivieran como marqueses, digo, como linces.
Usted ha oído hablar de la humanitaria y benéfica labor que hace el Banco de Alimentos, ¿no?, repartiendo comida entre los necesitados y surtiendo comedores sociales, ¿no? Bueno, pues la Junta de Andalucía tiene tan alto sentido social que ha puesto un Banco de Alimentos...de linces. La Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, a través de la Agencia de Medio Ambiente y Agua (¿será por organismos?) ha licitado un contrato por 36.000 euros para el suministro del menú destinado a la alimentación de los linces del Centro de Cría en Cautividad de Santa Elena (Jaén), en plena Sierra Morena. ¿Cómo se pueden gastar seis millones de pesetas en comida para linces? Echo las cuentas, y mis gatos deberían vivir siete mil veces sus siete vidas para poder comerse seis millones de pesetas en el pienso Royal Canin Obesity que gastan. Pero los linces funcionarios de la Junta, como todos tienen carné del PSOE, no comen esas ordinarieces del pienso. Cual buenos paniaguados de la Junta que son, lo suyo va de cinco tenedores y Mercado Gourmet. Ese dinero se lo gasta la Junta para comprar a los linces "ternera de primera sin partes grasas, pollo desviscerado sin piel y conejo desviscerado, también sin piel". Y aclara el concurso: "Los productos suministrados deben tener las mismas garantías sanitarias que los productos de origen animal destinados al consumo humano. Cuando sean transportadas al lugar de entrega, este transporte deberá ser en vehículo isotermo que garantice el control térmico en la cadena de transporte y envasado al vacío".
Y transcribiendo del BOJA estoy estas jodidas barbaridades, cuando mis tres gatunos me vienen en felina manifestación por el pasillo del escritorio, maullando tras su pancartita: "Queremos ser linces de la Junta".


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