En Sevilla, como en casi toda España, suelen llamar polígonos industriales a las antiguas parcelas agrícolas del alfoz donde el listillo especulador de turno compró varias hectáreas de secano, logró que las recalificaran (a veces por el procedimiento del por aquí te quiero ver con el unto sin sal), y pegó el pelotazo, vendiendo las fanegas a metro cuadrado para levantar naves. No sé en otros sitios, pero en Sevilla lo de polígono industrial suele estar muy mal puesto. En los polígonos industriales hay de todo, menos industrias: hasta mercadonas y eroskis. Hombre, yo llamaría Polígono Industrial de Hytasa a las naves donde se tejía el lienzo moreno que se vendía para las sábanas pobretonas de media España y donde vi el canto de la gallina cuando en la efervescencia autonómica del 4-D al 28-F históricos. Allí a nadie se le ocurrió tejer piezas con la bandera de Andalucía, y todas las que ondearon tuvimos que comprarlas en Cataluña. Queríamos ser como los catalanes...menos en las hilaturas y tejidos de banderas andaluzas, que había que seguir comprándolas en Tarrasa.

Yo llamaría polígono industrial a las que eran naves de la Algodonera, de la Azucarera de La Rinconada o de los Astilleros de Sevilla. Allí se fabricaban cosas, se transformaban productos del campo. Pero en los actuales y mal llamados polígonos industriales no se fabrica nada. Son, en el mejor de los casos, polígonos de servicios, de distribución de productos que se fabrican fuera, de lo que ahora llaman Logística, que suena así como militar. Los llamados polígonos industriales de Sevilla están llenos de almacenes de la famosa Pieza de Barcelona. Sí, la que cuando llevamos el coche a arreglar resulta que no la tienen en su almacén, y al distribuidor en Sevilla se le agotó, por lo que el jefe de taller nos da siempre como el pésame, diciéndonos:

-- Lo siento, pero hasta la semana que viene no va a poder estar su coche, porque la pieza que le falta no la tienen en el almacén, tiene que venir de Barcelona y como allí este jueves es fiesta, porque hacen puente...

Los polígonos industriales están llenos de almacenes de "La Pieza de Barcelona, S.A.", pero con pocas existencias. La nuestra, precisamente la nuestra, siempre se ha acabado. Y entre estos polígonos de servicios mal llamados industriales, el de la Carretera Amarilla está como especializado en cosas del motor. Su avenida principal, la de Montes Sierra, es como la Milla de Oro de los Concesionarios de Automóvil. ¿Es? No, era. ¿Usted ha pasado últimamente por la avenida de Montes Sierra? Pues como la burbuja automovilística está peor que la inmobiliaria, muchísimos concesionarios de coches han pegado el cerrojazo. Naves y naves cerradas. Yo he llegado a contar hasta seis naves, una junto a otra, consecutivas, cerradas. En la que no ponía "Se alquila" ponía "Disponible". O lo terrible del letrero de los polígonos industriales: "Edificio disponible". Todo enterito. Y si se meten por los polígonos de la carretera de Alcalá, compren todos los clínes que puedan al negro que los vende en la Cruz del Campo, porque el panorama de naves cerradas y abandonadas es para hartarse de llorar.

La Avenida de Montes Sierra, según el "Diccionario Histórico de las Calles de Sevilla", la rotularon en 1970 en memoria de José de Montes Sierra, muerto en 1918, que "fue presidente de Círculo Mercantil e Industrial, de la Cámara de Comercio y de diversas entidades sevillanas, así como de jefe de los republicanos en Sevilla". Habrá que ir pensando en cambiarle el nombre. Como los nombres de las calles los carga el diablo, Montes Sierra debe escribirse ahora con falta de ortografía, ceceando, Montes Cierra, porque casi todos los negocios del automóvil que allí había han cerrado y pegado el barquinazo y el cerrojazo. Montes Sierra es ahora la Avenida de Montes, Cierra y Apaga y Vámonos, ¡qué ruina más grande!