Es un libro de tres instituciones, a cuál más sevillana: la Real Maestranza de Caballería, su Plaza de los Toros y el ABC. Patrocinado por la Maestranza, el libro recoge la historia y evolución de su Real Plaza a través de los documentos gráficos del Archivo de ABC en sus 110 años de existencia en Madrid y 84 en Sevilla. No es un libro de toros, de fotos de figuras pegando muletazos, de los que hay siete mil millones de títulos. Ni es tampoco un libro sobre la historia de la Plaza de Toros de Sevilla, de los que, sin exagerar, calculo yo que hay por lo menos trescientos mil. O cuatrocientos mil. Es un libro sobre Sevilla. Sobre un aspecto de Sevilla hasta ahora inédito: la ciudad y su devenir histórico reflajado en la Plaza de Toros.

La Plaza del Arenal ha sido, junto con la de San Francisco, el escenario popular de mucha vida de la ciudad. La Plaza no sólo ha servido para dar corridas. Allí ha habido espectáculos de ópera flamenca, se han rodado películas, se han dado mítines políticos, ha habido acontecimientos religiosos, ha sido el lugar de montaje y salida de la Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo, han cantado Julio Iglesias o Rocío Jurado... Por sus palcos han ido pasando las autoridades de cada momento, fiel reflejo de la Historia de España y de las mentalidades dominantes. Una plaza en la que cada uno está en su sitio, como fósil vivo de una antigua sociedad estamental, donde el sol y la sombra marcan el contraste de las clases sociales... Una plaza que es Sevilla, la ciudad de los crueles silencios de indiferencia, la más terrible de las desaprobaciones.

Todo esto recoge el libro, obra muy bien ordenada por Alvaro Pastor Torres, que ha comentado y documentado todas estas fotografías que marcan la evolución de Sevilla contemplada y manifestada en su Plaza de Toros. En su presentación usé una metáfora a la que ahora recurro, por si he hablado mal de mi libro, de la Plaza de los Toros en el Archivo de ABC. ¿Recuerdan "La Venus del Espejo" de Velázquez"? En esa obra maestra, la diosa Venus que nos ofrece de espaldas la belleza de su desnudez se mira en un espejo que refleja su rostro. Un amorcillo sostiene ese espejo, enmarcado en caoba. Bueno, pues así como la Venus del Espejo se mira en el azogue que sostiene un amorcillo y que refleja su belleza, así Sevilla, la vieja y hermosa dama, se mira en el espejo de su plaza de toros. A ese espejo, como en el cuadro velazqueño, le faltaba un marco para resaltar tanta belleza. Ese marco ha sido a lo largo de la historia el ABC, en cuyo Archivo hemos encontrado ese espejo en "Modo Stendhal": el "espejo a lo largo del camino". En el mejor de los casos, Alvaro Pastor Torres y servidor (bastante más Alvaro Pastor que este guardia) hemos sido sólo los amorcillos que, eso sí, con mucho amor, hemos sujetado el marco de ese espejo para que Sevilla se mirara en su plaza de los toros. Gracias, pues, a la Real Maestranza de Caballería y a ABC por brindarnos esta oportunidad de levantar el mapa sentimental o la historia apasionada de la ciudad querida, reflejada a lo largo del tiempo en una tercera institución no menos sevillana: la Plaza de Toros.

--Cómo se ve que es usted hijo y hermano de comerciantes...

-- ¿Por qué lo dice, amigo?

-- Hombre, porque el otro venía a hablar de su libro, pero usted ha venido a venderlo, joé. Como que mañana me lo compro...