Sevilla, esta ciudad de la que decía don Santiago Montoto que es madrastra cruel para tantos de sus hijos, desperdicia los saberes históricos y el amor por nuestras tradiciones del profesor don Álvaro Pastor Torres. Tuve el honor de contar con él como banderillero de confianza o segundo capataz cuando lidiamos o sacamos a la calle (tome cada cual el símil que más le plazca) el libro que editó esta Casa con el patrocinio de la Real Maestranza: "La Plaza de Toros de Sevilla en el Archivo de ABC". Y ya antes había leído sus libros de sevillana materia, sus recopilaciones de artículos hispalenses o sabido de su labor de historiador en su hermandad de La Soledad que no hay que decir qué Soledad es: la que está cabe el Señor que tampoco hay que decir qué Señor es.
Como don Álvaro, por malas del demonio sevillano, no escribe en las hispalenses gacetas, dedícase ahora mayormente a la fotografía. Como no puede ir de Santiago Montoto o de Don Criterio, que sería lo suyo, el hombre tiene que ir de Serrano o de Arjona. Y en vez de ejercer la crítica taurina que borda cuando coge la pluma, se va por esas plazas con su cámara. O se va al mundo de las cofradías. Y nos obsequia a sus amigos con fotografías impresionantes, ora taurinas, ora cofradieras, ora de sevillanos paisajes. El, que es tan clásico, nos las envía por las modernísimas autopistas de la información. La última ha sido del besamanos de la Esperanza Macarena. Trátase de una fotografía del histórico y argénteo palio de cajón de Isaura que la Madre de Dios sacó en 1881. Pastor Torres lo retrata tal como estaba colgado sobre la Virgen en su besamanos, sin que aparezca Ella. Y le pone a esa foto un pie como de grabado de Goya: "Doctor: en ocasiones veo palios volando..."
Y más que se van a ver, don Álvaro, y más que se van a ver. Cuando fui a impresionarme ante la Esperanza en besamanos la verdad que no me fijé mucho en el palio volando ni en la labor de los priostes. Cuando está la Esperanza delante y La tienes cara a cara...¡para ver palios colgados del techo está uno! Fue luego, en casa, cuando me documenté que este palio lo encargó la cofradía a un taller de Barcelona, el de Francisco de Paula Isaura, en 1881. Este "palio de Isaura" lo sacó la hermandad en el paso de la Virgen durante diez años. Después pasó a Los Gitanos, y desde 1916 es propiedad de La Vera Cruz de Aracena.
-- ¡Buenos tocinos de cielo!
-- ¿Qué?
-- Que yo no sé de palios de Isaura, pero sí que en Aracena hay unos tocinos de cielo que tiembla el misterio.
Pues en ese cielo de la Aracena de los tocinos sale cada Semana Santa el palio de cajón con crestería que los priostes macarenos pusieron como si volara. Es natural. Cuando ves tan de cerca a la Esperanza es como si estuvieras en el Cielo. Y si en ese besamanos hay un palio, lo normal es que vuele por ese Cielo desde el que el poeta Caro Romero hizo bajar a la Esperanza para hacerla Macarena en su himno.
Junto al Arco los palios vuelan que dan gloria verlos, porque ni te fijas en ellos con La que tienes delante. Lo malo van a ser las imitaciones: cuando los priostes copiones los pongan a volar por esos pueblos. Siempre he sostenido que la Hermandad de la Macarena es la Madre y Maestra de las cofradías de capa, como El Silencio lo es de las de esparto. Lo que hace la Macarena es imitado inmediatamente por muchas otras, de Sevilla y de fuera de Sevilla. Sobre todo de fuera de Sevilla. ¿Cuántos priostes de pueblo no se quedaron extasiados ante el palio volador? Muchos pensarían:
-- ¡Anda que no va a quedar bonita ni ná nuestra Virgen de los Siete Dolores cuando le pongamos encima en el besamanos ese pedazo de palio escarlata que nos ha hecho Grande de León!
Advierto que los besamanos de las hermandades de los pueblos de toda la Baja Andalucía se van a llenar de palios volando, al macareno modo. Como que van a tener que llamar a los controladores aéreos del aeropuerto de San Pablo para que pongan orden a tantos palios voladores...
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