No han terminado las Pascuas. Han terminado las fiestas de Año Nuevo, la Pascua de Navidad y la Pascua de Reyes. En la que, por cierto, a la Convidá a Patria que el Ejército de Tierra hace en Capitanía con motivo de la Pascua Militar no fue ni la presidenta de Andalucía, ni el presidente del Parlamento Andaluz ni la delegada del Gobierno, sólo acudió Zoido. ¿Qué tendrían que hacer esos cuerpos a esa hora para no cumplir con los servidores de la Patria y hacerles ese feo? Sí, ya he leído en las gacetas adictas al Régimen Andaluz que Susana mandó al delegado de la Junta en Sevilla. Pero eso es como si Susana me invita a mí a un acto solemne en San Telmo y yo le mando al portero de mi bloque. Susana le ha hecho a los militares el mismo feo que El Juli a los maestrantes. El Juli mandó a su mozo de espadas a recoger el premio taurino de la Real Maestranza como triunfador de la Feria. Susana ha mandado a Capitanía a su mozo de espadas.
Digo que no han terminado las Pascuas porque ayer, hoy y hasta el domingo se celebra la Pascua de las Devoluciones de los regalos de los Reyes. Ayer y hoy son el Día de una Talla Menos o una Talla más del chaleco que nos trajeron los Reyes Magos, que no se acaban de enterar que la nuestra es la "M", no la "S". Es la Pascua del juguete electrónico de la llantina. El que por mucho que se afanó el padre en librarlo de su prisión de alambres y tornillos de estrella y de ponerle las pilas, no funcionaba ni a la de tres, y menuda llantina que cogió el chiquillo, pobre criatura, con la ilusión que tenía.
Tendrían los economistas que tomar como indicador de la crisis las devoluciones de hoy. Las cajas de Zara y del Cortinglés han estado con colas kilométricas en vísperas de Reyes para comprar los regalos, señal evidente de recuperación. Pero me cuentan que ayer estaban a reventar los mostradores de devolución porque el juguete no funciona o la rebequita era una talla mayor.
Y otro buen indicador económico serían las toneladas de cartones de juguetes, papeles de regalo y bolsas que han recogido los camiones de la basura de Lipasam. ¿No dicen las toneladas de basura que se han recogido en la Feria como índice de la animación, o las toneladas de cochambre que dejan los chavalotes cuando celebran la Fiesta de la Primavera o cualquier otra movida etílico-lúdica? Pues lo mismo debería anunciar ahora mi primo Jesús Maza Burgos como baranda máximo de Lipasam. Decir, por ejemplo: "Sevillanos, la crisis ha terminado, porque no vean la cantidad de camiones y camiones de cartones, de papel de regalo y de bolsas vacías del Cortinglés que hemos recogido tras los Reyes. Tropecientas mil toneladas más que el año pasado, cuando todos estábamos boquerones."
Sí, estos días no sólo son de Cuesta de Enero, sino de Resaca de las Pascuas. En la que Sevilla debe plantearse muy seriamente la seguridad en las bullas navideñas, esa Bulla sin Cofradías que ha inventado venturosamente Zoido. En muchos sitios daba miedo. Pánico. En la parte estrecha de San Eloy, por ejemplo, el cruce de dos carritos de niños chicos, y más si ambas madres se paraban para saludarse, provocaba atascos y tapones de auténtica angustia. La de Navidad es una bulla más peligrosa que la de Semana Santa. En Semana Santa las bullas están repartidas por toda Sevilla, pero las de Navidad están concentradas todas precisamente en lo que es más o menos la Carrera Oficial de las cofradías, más los añadidos de La Alameda y La Encarnación. La Plaza con el "mapping" da miedo: por eso no es descabellada la propuesta de los comerciantes, que sugieren que lo trasladen a la Plaza de España, más abierta y no una ratonera. ¿Se imaginan una estampida como la de aquella Madrugada tristemente famosa en estas bullas de la Navidad, con tantos niños y tantos carritos? Lo aviso con tiempo, ya que, por fortuna, parece que la tormenta de la crisis va para Carmona y estas Pascuas han sido el mejor exponente. Así que si este año no se podía dar un paso y aunque no tuvieras agorafobia te daba angustia la bullanga, imagínense el año que viene...
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