Siempre lo mantuve, y me lo acaban de confirmar las elecciones autonómicas catalanas que nos vendieron disfrazadas de "caganet" de plebiscito por la independencia. España no es una Monarquía Parlamentaria, ni una democracia constitucional: es una Guapocracia. Ganan las elecciones los guapitos pitos de cara, y acuérdense de Adolfo Suárez. Por eso los socialistas en su tiempo se opusieron al voto femenino que defendía Clara Campoamor: porque las señoras votan siempre al guapo.

-- ¡Y que se mueran los feos!

A eso voy: en las elecciones regionales catalanas se han muerto los feos y han revivido y tomado fuerza irresistible los guapos. Los arriolas de los separatistas catalanes deben de ser tan torpones como el de Rajoy, pues no han tenido en cuenta lo principal. No pueden ganar del tirón los independentistas, por muy separatistas que sean y por mucho odio que les hayan imbuido a España, a los españoles, a los Borbones, a los toros, a la paella y a los bocadillos de calamares, teniendo como cabeza de cartel a un tío tan horrorosos como el bizcotela Oriol Junqueras...

-- ¿Ha dicho Junqueras?

-- Sí, Junqueras...

-- Pues échate mano a la cartera, que te la quita. --

No puede ganar el separatismo contra nuestra gloriosa Patria llevando como cabeza de cartel a un Oriol Junqueras más feo que el molde de las caretas y a un caracartón o carataza como Arturo Mas. Como España es una Guapocracia, quienes les han parado los pies a los feos separatistas Junqueras y Mas han sido los guapos. Impolutas camisas blancas frente a zarrapastrosas camisas negras guarras y con olor a sudorina. A Pedro Sánchez le llamaban El Guapo en Madrid, pero ya hay que especificar. Ha habido otro guapito de cara, Alberto Rivera, que ha sacado en números redondos 200.000 votos más que el Sánchez, guapo oficial. ¿Ha sido el guapo o ha sido la guapa? Aunque me digan machista (machista-leninista, obviamente), creo que el triunfo y avance arrollador contra los separatistas y a favor de España y de su unidad patria se lo ha dado a Ciudadanos y al guapo Alberto Rivera la que llevaba de número 1: Inés Arrimada. Una señora espléndida. Más que guapa, con estilo. Veo la foto de la guapa Inés Arrimada junto al guapo Alberto Rivera y me explico perfectamente, en esta Guapocreacia que son España y sus regiones, el arreón y parada (por decirlo en términos de doma vaquera) que les han pegado a los dos feos separatistas horrorosos Y menos mal que no han sacado en la campaña a Ada Colau, y que la han escondido; si no, sacan menos votos separatistas todavía. ¿Qué tenía que hacer Ada Colau junto a Inés Arrimada? Absolutamente nada. Hasta a la Monja Jartible la han tenido tapadita. Inés Arrimada es de esas señoras espléndidas que te suenan no sabes si de podio de campeonas de natación o de modelo del último sarao organizado por el "¡Hola!" en diez páginas de retratos de gente glamurosa.

Los derrotados en estas elecciones regionales catalanas lo han sido porque sus asesores no han sabido elegir bien al candidato, con unos mínimos de guapeza. Eso es lo que le ha ocurrido al PP. ¿Saben por qué se ha derrumbado en Cataluña el PP tal como se hundió el Imperio Romano? Porque el dedo de Rajoy se creía que a los candidatos había que elegirlos no por guapos, sino por metros. Se equivocó la paloma, digo, la gaviota, y creyó que se trataba de jugar la NBA y no de derrotar a los separatistas antiespañoles en las urnas, y por eso pusieron a Javier García-Albiol. Que daría muy bien junto a Gasol en lo del baloncesto, pero que junto al Guapo del PSOE y al guapo y la guapa de Ciudadanos, como se ha visto, no podía vender una escoba. Y alerto de cara a las generales: atención a Ciudadanos. No por nada, sino porque entre el feísimo Rajoy y el guapo de Rivera, es que no hay color. Y como esto se ha demostrado que es una Guapocracia...

Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico  Correo

Tweet           Seguir a @AbeInfanzon