ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABCde Sevilla, 10 de octubre de 2015                 
                                
 

Defensa de San Pablo

Este San Pablo que quiero defender no es el que tiene una librería en la calle Sierpes. Ni la calle que desde Reyes Católicos va a La Magdalena, donde hay que ver la vuelta de La Quinta Angustia en las horas en que el Jueves Santo está rompiendo ya en Madrugada. No, no es esta calle San Pablo donde queda una de las tiendas clásicas, antiguas y dignas de toda protección, de cuyo nombre lamento no acordarme, donde hay de todo y en cuyo escaparate tienes artículos de ferretería, mercancías como de mercería, loza, cristal y hasta muñequitos con la túnica de San Gonzalo. Ni es tampoco el San Pablo que se cayó del caballo y se pegó un jardazo importante camino de Damasco. Donde no sé qué se le había perdido, pero sí lo que encontró: la verdadera Fe de Cristo, que le hizo Apóstol de los Gentiles. Una jangá: como si le hubiera encargado de que hiciera a todos los sevillistas socios del Betis.

El San Pablo que quiero defender es el aeropuerto de ídem. El que en los tiempos heroicos de un Tablada como un Cabo Kennedy de los primeros grandes vuelos y del inicio de la Aeronáutica, se construyó en terrenos donados por la familia Marañón. Que antes tenía allí un recuerdo que ya no se ve por parte ninguna, desde que en la locura colectiva de la Expo cerraron el viejo San Pablo, donde había dos preciosos murales cerámicos de Martínez de León que no sé tampoco qué fue de ellos. En la locura de la Expo, Sevilla construyó un mamarracho en forma de aeropuerto o un aeropuerto en forma de mamarracho, obra de Moneo, que te veo: que te veo que has hecho como una Mezquita de Córdoba para los que se van de Sevilla y, en cambio, una mangá como de embarque del ganao para quienes llegan y creen haberse equivocado y tomado el vuelo de Zambia.

Hay amores que matan. Y este repentino amor que le ha entrado a Sevilla por Málaga y viceversa, que sus respectivos alcaldes están todo el día pelando la pava, de momento puede darle la puntilla al ya languideciente aeropuerto de San Pablo. Donde en el 92 nos gastamos una billonada pá ná. Bueno, sí: para lucimiento del ego de Moneo. Con el Ave, San Pablo cada vez tiene menos conexiones con Madrid, que era de las que vivía. Pero es que, además, apenas tiene vuelos directos al extranjero sin escala en Madrid, Barcelona o Palma. El tablero de salidas de San Pablo cabe en una hojita de papel de fumar. Las compañías que operan, en una tarjeta de visita. No le pasa como a La Parra de Jerez, que tiene conexiones directas con docenas de ciudades alemanas y centroeuropeas y está siempre lleno de turistas que van y que vienen. Da gloria ver el mapamundi de sus tableros de salidas y llegadas.

Pues "rebus sic stantitbus", va el alcalde y dice: "Málaga será mi aeropuerto". ¡Toma yerbabuena de AENA! Es como, siendo más bético que Curro, hubiera dicho: "El Sevilla F.C. será mi equipo". Como señala Domínguez Arjona : "Yo apuesto por Espadas como alcalde de Málaga y que desde allí apueste por el aeropuerto de Sevilla". No, mire usted, don Juan. Me parece de perlas lo del eje de colaboración y armonía entre Sevilla y Málaga: que las ciudades estén por encima de los partidos distintos de sus alcaldes, PP y PSOE. Pero no está San Pablo (y los sevillanos que trabajan allí), como para que convirtamos al de Málaga en el aeropuerto de Sevilla. Entre otras cosas por su cercanía con todo el loable tinglado de Airbus Military y los nietos industriales de Construcciones Aeronáuticas y de la vieja y trianera Hispano Aviación. El alcalde de Sevilla, aparte de sembrar la concordia con las ciudades hermanas (como admirablemente está haciendo), tiene la obligación de conseguir el engrandecimiento del languideciente San Pablo y no dedicarse a dar más tráfico al aeropuerto de Málaga, que envidia nos da con sus vuelos directos a medio mundo. ¿Para eso nos gastamos una millonada en San Pablo cuando el 92? Ese San Pablo que hizo Rafael Moneo, al que le digo como El Libi a Teófila: "Moneo, Moneo, que hasta el nombre lo tienes feo". Y el aeropuerto incomodísimo, sin un solo pasillo rodante, que nos largaste, ni te cuento...

CorreoSi quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico  Correo

            

 

Artículos de días anteriores

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio