El día 30 se inaugura otro centro cultural. El nombre, completamente pulido y abrillantado, es de una cursilería que tira de espaldas: "Nuevo espacio expositivo". ¿Saben que significa eso? ¡Pues lo que toda la vida de Dios ha sido una sala de exposiciones, joé! Como la que tuvo que cerrar Juana Aizpuru, porque en Sevilla no hay mercado de compradores. Como la que tuvo que cerrar Pepe Cobo, por lo mismo. Como tantas y tantas. Y se inaugura esta pomposa sala de exposiciones con otra cursilería como un piano: "Obras emblemáticas". ¡Toma ya! Así que si quieren hablar Culturanés (que es como el Tertulianés, pero en asuntos de artes y letras), miren qué frases más lindas pueden decir para presumir:

-- ¿Te han invitado a la inauguración del nuevo espacio expositivo para obras emblemáticas?

-- Sí, y me parece una importante puesta en valor...

-- Como que estoy seguro que en Sevilla habrá un antes y un después de ese nuevo espacio.

¿Cuántos metros cuadrados dedicados a la cultura hay en Sevilla? Pues casi tantos como metros de aceras intransitables, okupados (con k) por los veladores dichosos. O casi tantos como locales de oficinas vacíos. ¿Será por espacios culturales? Lo malo es que la cultura interesa un pimiento. Son muy pocas las salas que se llenan para un acto cultural. Y eso que en las invitaciones hay como un señuelo para que entren ganas de ir: "Entrada libre hasta completar aforo". ¡Qué poquitos aforos se completan en Sevilla! Los únicos aforos que se completan, se atiborran, se empetan, se llenan y rebosan en Sevilla es cuando hay un paso de palio en la calle. Completar aforo, lo que se dice completar aforo, la Virgen macarena del Rosario en su procesión del domingo. O San Julián y los barrios que recorría la Virgen de la Hiniesta en los misterios dolorosos del recuerdo de los templos donde estuvo refugiada la cofradía las dos veces que los rojos le metieron fuego a la parroquia. Porque aquí, mucha Memoria Histórica, pero es pecado de lesa corrección política lo que recuerdo: que los rojos quemaron San Julián por dos veces. Y a la Virgen de la Hiniesta, por dos veces: la original atribuida a Martínez Montañés y la réplica que hizo Castillo.

Ojalá la cultura produjera en Sevilla los problemas de saturación de la Madrugada. Pero nanai. Sobran espacios culturales. Y a pesar de eso, quieren hacer más, ¿es que no os hartaís, autoridades? En la Fábrica de Artillería quieren hacer un espacio cultural. En las Atarazanas, otro espacio cultural. En las antiguas naves de locomotoras de Renfe en San Jerónimo, otro. En el antiguo Mercado de la Puerta de la Carne, otro espacio cultural. Me apunto a la tesis de Paco Robles: ¿por qué no hacemos mejor un Mercado de la Puerta de la Carne en el racionalista Mercado de la Puerta de la Carne, y lo quitamos de las instalaciones provisionales de la antigua Estación de San Bernardo, vulgo de Cádiz? Acuérdense de la plaza de abastos de La Encarnación antes de Las Setas. Derribada la que hizo el Rey José, aquel mercado estuvo hasta ayer por la mañana en un cobertizo donde ponía un letrero: "Mercado de la Encarnación, Instalaciones Provisionales, 1973". Camino de eso va la plaza de abastos de la antigua Estación de San Bernardo que, aviso, como no la pintan ni le dan una manita de minio, la cubierta de hierro se está pudriendo y oxidando y un día se viene abajo...

Así que mejor que la Puerta de la Carne siga siendo plaza de abastos, y que nos dejemos de tanto espacio cultural. ¿De dónde vamos a sacar público para tantos espacios culturales? ¿Y hay tanto interés en Sevilla por la cultura como para gastarse ríos de millones de dinero público en esos cambios de uso de edificios históricos que se están hundiendo? O que se van a hundir, porque la cosa no está para lujeríos de cultura. ¡Bares, venga, muchos bares, y muchos veladores, que eso es lo que verdaderamente interesa aquí y da dinero! La solución es el "Centro Cultural" del Barranco convertido en Bar Ranco. ¡Yes: gurmé, verigüé!

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