ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 19 de abril  de 2016               
                             
 

La ciudad sin medida

Que Sevilla está perdiendo el sentido de la medida no es nada nuevo. Lo perdió hace mucho. Y mira que algunos fuimos a buscarlo a la Oficina de Objetos Perdidos. Pero nada. Allí nada más que había paraguas olvidados, como amoríos del ligoteo de una noche de Feria. Y lo malo no es que Sevilla haya perdido el sentido de la medida. Tiene los papelitos perdíos. Lo digo todo esto en la resaca de la portátil de pueblo que pusieron el sábado en El Arenal, donde antaño estuvo la Real Plaza de Toros de Sevilla. Y por cuanto quiere hacer el alcalde con la Feria: "No la toques ya más, don Juan Espadas, que así es la rosa de la Feria". Por cierto, digo como los que llaman a Carlos Herrera a la radio, en plan fósforo, de cómo lo están haciendo de bien: "Norabuena por tu pograma, Juan Espadas; y norabuena por el tuyo, Juan Carlos Cabrera, delegado de Fiestas". Sin necesidad de 20 concejales, 20, la Feria les ha salido a Espadas y a Cabrera siete mil millones de veces mejor que a Zoido y a Serrano me das candela y yo te dije gaché. No han faltado ni las ya tradicionales vallas, en la noche de los fuegos artificiales. Por cierto, Micer Robles, apunte vuesarced este nuevo dual: la Feria empieza con la luz eléctrica del Alumbrao y acaba con la luz pirotécnica de los fuegos artificiales. Los fuegos artificiales quizá sean lo único auténtico de la Feria. Tan artificial toda de falsas amistades, de postureo que te veo y de pintamiento de mona exhibiéndose en un coche de caballos, al que llaman "enganche" como los madrileños le dicen "calesa".

¿Por dónde íbamos, que me he perdido? Porque ya han desmontado la Feria que, si no, me llevaban a la Caseta de los Niños Perdidos: que a mí me parece el homenaje que Sevilla le da a Utrera. Ah, sí, íbamos porque se ha perdido el sentido de la medida y el alcalde Espadas quiere hacer una Feria más larga que un Ave en doble composición o unos carteles del abono taurino. En los toros siempre se distinguió lo de "con farolillos" y "sin farolillos". Bueno, pues Espadas quiere que los días "sin farolillos" de los toros sean tardes de "con farolillos" en la Feria. Si me admiten el símil, es como si el Consejo de Cofradías decidiera admitir a todas las de Vísperas, y que la Semana Santa empezara con pasos haciendo estación de penitencia a la Catedral (o más bien de lucimiento a La Campana) el mismo Viernes de Dolores.

El alcalde quiere una Feria de sábado a sábado. ¿Y saben qué pasará? Pues que antes de ese sábado al que la quiere adelantar habrá nuevos días de vísperas. No nos gusta ná una víspera, un bando del día anterior a la procesión, un paseíto por los escaparates y los balcones adornados del Corpus... El sevillano es tan agonía que disfruta con las vísperas más que con las fiestas. En el Corpus pasa: la gente está hasta las mismas tantas viendo escaparates...y luego no se despierta temprano para la procesión; va directamente a la vuelta del paso de La Cena.

Puestos así, sin sentido de la medida, no hallados los papeles perdidos, ¿por qué no mejor quince o veinte días de Feria en vez de ocho? ¿No es un negocio para Sevilla esto de la Feria? Pues vamos a exprimirlo. Todo sea por el turismo. ¿Y no es otro negocio para la hostelería la Semana Santa? Pues pongamos una Semana Santa de quince días, metiendo a las de vísperas, a las piratas y a lo que haga falta. Total, ¿no sacan a los piratas por la Puerta del Príncipe? ¿Por qué no los vamos a llevar a la Catedral? Y en cuanto al Rocío, un camino y romería de una semana me parece poco. ¿Qué menos que veinte días de Rocío? Todo sea por el turismo, nuestra primera industria: que no es tal industria, la industria se desmanteló casi toda, Airbus aparte. Ah, y veladores. Muchos veladores. La primera Feria de Espadas y Cabrera ha estado muy bien, pero le ha faltado lo fundamental: veladores en las aceras. Porque una Sevilla sin veladores en las aceras para que los peatones no podamos pasar, ni es Sevilla ni es ná. Bueno, y si le ponen a la Feria el carril-bici es que ya sería el acabóse de sevillanía, de sentido de la medida y de tararí que te vi, ¡que voy, que mancho!

 

CorreoSi quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico  Correo

 

           

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio