De entrada he de confesarles que soy quironista. Partidario de Quirón a la hora de ir a una reparación de chapa y pintura, a un cambio de aceite o a una ITV a fondo. El caminito que va de casa al Sagrado Corazón no cría yerba. ¡Antier me voy a mudar! ¿Usted sabe la tranquilidad que da dormir sabiendo que tienes a menos de 100 metros una UVI por si te da un pemperrenque de madrugada, como a servidor le dio dos noches, dos? Sin que sea hipocondriaco profesional, me pasa como a Juan Ramón Jiménez, que siempre buscaba vivir cerca de su médico, y que se mudó varias veces en Madrid para no andar lejos de su Doctor Simarro. ¿No existe un colegio que se llama Entreolivos? ¿Y no existe la barriada Entrenúcleos? Pues yo vivo en Entrehospitales, en la antigua Dehesa de Tabladilla. Limito al Norte con el Hospital Virgen del Rocío y con ese nuevo centro del Sagrado Corazón que parece un barco y que debería llamarse (al modo del "Cabo Persianas" de La Magdalena) el "Costa Quirón": es talmente un transatlántico para cruceros. Limito al Sur con las consultas externas y la cirugía ambulatoria del Ave María. Y a Poniente, con la Clínica del Sagrado Corazón de toda la vida, la que fundó con tal nombre el Doctor Arduán y que ya no es clínica: ahora es Hospital. Hospital Sagrado Corazón. Que rima con Quirón.

Digo todo esto porque como quironista profeso me ha alegrado bastante que este grupo sanitario privado haya comprado la que fue "Cruz Roja de Triana". Ni hospital ni clínica: "la Cruz Roja de Triana". En la dual Sevilla, la Cruz Roja se dividía en dos: Cruz Roja de Triana y Cruz Roja de Capuchinos. No sé por qué, privatizaron la Cruz Roja de Triana. Y aunque la gente sigue llamándola así, empezaron a cambiarle el nombre un montón de veces. Primero fue Clínica Esperanza de Triana. Nombre que no cuajó, como no ha cuajado el de Santa Ángela de la Cruz para el Viamed. Después fue Hospital Infanta Luisa, en memoria de la augusta hija del Infante Don Carlos que lo protegió e inauguró bastante mejorado en 1927, como pone allí un azulejo de la época junto a otro nuevo, en el que se refleja la gran oportunidad que Galera et alii perdieron de que la reforma de la vieja Cruz Roja trianera fuera inaugurada por la nieta de la Infanta Doña Luisa, que vive aquí, en Santa María la Blanca: S.A.R.e I. la Princesa Doña María da Gloria de Orleáns Borbón, duquesa de Segorbe. Guardadlo para mejor ocasión, hijos.

Lo que ha comprado Quirón, pues, no es la Cruz Roja de Triana, ni la Clínica Esperanza de Triana, sino el Hospital Infanta Luisa. La palabra "clínica" parece que pinta menos la mona que "hospital". No hay clínica privada a la que no le hayan cambiado el nombre por "hospital". Junto al tristemente cerrado Puesto de los Monos, que era como su ambigú, no vean el pedazo de letrero de "Hospital" que le han puesto a la Clínica de Fátima de toda la vida, donde nacieron miles de sevillanos ya treintones o cuarentones. Hospital antes era palabra peyorativa: sonaba a Padrón Benéfico, a tisis, a hambre, a asistencia gratuita para pobres: Hospital Central, Hospital de la Santa Caridad, Hospital del Tomillar. Lo que molaba tela era la clínica: Clínica de la Montaña, Clínica San Ignacio, Clínica de la Salud, Clínica del Doctor Morote, Clínica del Doctor Guija. Incluso dentro del Hospital Central de las Cinco Llagas, el muy avanzado Doctor Bedoya le puso "Clínica de la Esperanza" a las dependencias de su servicio de Ginecología y Obstetricia, con su famosa sala "Torremolinos" con los butacones donde se pusieron en Sevilla los primeros goteos a las parturientas.

Pues nada, hijos, ya que no se lleva lo de "clínica" para los hospitales privados, por mí como si queréis volver a una antigua y hermosa palabra: "Dispensario". Se llame como se llame, Cruz Roja de Triana u Hospital Infanta Luisa, lo que quería decirles es que me alegro tela de que Quirón se haya quedado con ella. Falta hacía. Los cartillosos de Sanitas estamos contentísimos: ya tenemos los varios Quirones de Sevilla y el Quirón de Triana. ¿Será por echarle quirones a la problemática Sanidad privada?

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