ANTONIO BURGOS | ANTOLOGÍA DEL RECUADRO


 

ABC de Sevilla,  12 de enero de 1982
                             
 
Ressendi

No quiero que nada de lo humano de la ciudad sea ajeno al mundo del recuadro, y hago examen de conciencia y propósito de la enmienda y compruebo que tenía ciertamente abandonados los temas de pintura y artes plásticas, temas que prometo, palabrita del Niño Jesús, tratar más profusamente en este año que acaba de comenzar y que es, por cierto, el año de Murillo.

Y en esta atrición más o menos perfecta, veo que hay como un «boom» de Baldomero Romero Ressendi. Una mitología de Ressendi. Una leyenda de Ressendi, que está pidiendo a voces una crónica sentimental de nuestro último gran bohemio, protegido del general Rodríguez de Lecea en la Capitanía General del Aire de la calle San Vicente, dilapidador de fortunas, odiado por una Sevilla, amado por la otra, una jeringa que se clava en un brazo, que me lo contaba Antonio Bolaños, que fue su compañero en la Escuela de Bellas Artes, y un final del que todos cuentan, los cuadros en serie, la producción para los marchantes que lo devoraban...

Si Ressendi aún estuviera vivo, tendríamos que esperar a que se muriera para valorarlo. Estas son las cosas que ocurren en Sevilla. Realmente no eres nadie hasta que no te mueres. Ressendi, ya muerto, paseándose por la Avenida en coche de caballos su sombra esperpéntica de bohemio borracho, un Goya ad usum estraperlistas, un Velázquez que pintaba al aire de la España Imperial, ahora es cuando alcanza su gloria.

En los altos del Hernal solía cantar Machín. En los altos del Hernal, antes, había un día recibido Blas Infante a unos emisarios de un partido que se acababa de fundar y que se llamaba Falange Española, parece como una sombra trágica de España y de Sevilla aquel piso alto de Hernal, donde en 1946 va Baldomero Romero Ressendi y cuelga «Las tentaciones de San Jerónimo», una señora boca arriba, desnuda, con los pechos apuntando al cielo, y sobre ella, como desempernacándose, un señor con barbas, que resultaba, por el título, ser nada menos que San Jerónimo.

-—Un escándalo, Eminencia Reverendísima, lo que ha pintado ese pintor es un escándalo para las almas, representar a un santo en una actitud tan lasciva...

¿Qué representó «Las tentaciones de San Jerónimo» para aquella Sevilla tan hambrienta y triunfal de 1946? Cuentan que había colas para ver el cuadro de Ressendi, sobre todo tras la propaganda que le hizo Su Eminencia Reverendísima Pedro, Cardenal Segura y Saenz, Arzobispo de Sevilla, condenándolo en una exhortación pastoral. Las colas de Ressendi en los altos del Hernal eran como un anticipo de las colas del Guernica en la Sevilla de 1946. Alguien, de pronto, un jeringazo, una borrachera, un coche de caballos, había roto las reglas del juego en una ciudad dominada por las reglas del juego. Las colas del Hernal quizá fueran el único monumento a la tolerancia que se ha levantado alguna vez en Sevilla. Se iba a ver el cuadro de Ressendi como otros, décadas antes, habían acudido al Kursaal Internacional, hay un momento en que todo pintor andaluz, al pintar la mujer morena, se convierte en una edición clandestina del «Playboy»...

-—Me acuso, padre, de que he visto el cuadro de Ressendi...

¿Dónde estarán ahora «Las tentaciones de San Jerónimo»? Me dicen que en Estados Unidos. ¿Cuál fue la verdadera crónica de aquellos días de 1946? ¿Cuántas vestiduras se rasgaron en Sevilla?

Ahora ya, muerto Ressendi, todas las vestiduras están perfectamente zurcidas. Como que yo creo que las Mínimas de Triana viven de zurcir túnicas rasgadas por la biempensante e hispalense Sevilla...

 

CorreoSi quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico  Correo  

         
 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio