ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla,  24 de septiembre de 2016
                             
 
La Sevilla del CTV

Cualquiera que sepa una mijita siquiera de Historia de España en su Guerra Civil, cuando haya leído esto del CTV habrá pensado en los italianos que vinieron a ayudar a los nacionales. CTV eran las siglas de Corpo Truppe Volontarie (Cuerpo de Tropas Voluntarias), los que tajeralon tela en la Batalla de Guadalajara. Todavía están corriendo. Los que es leyenda que metieron sus tanquetas, tomándolo como garaje, en el entonces Stadium de la Exposición Iberoamericana, recién cedido al Real Betis, cuyo terreno de juego y sistema de drenaje dicen que se cargaron con los carros de combate. Los nacionales les tenían mucha tirria a los italianos, a pesar de que les habían ayudado a tomar Málaga. Mi alfayate, soldado de ametralladoras en el Batallón B de Ceriñola primero y luego sargento de Automovilismo en la 40 División, solía recordar:

-- Mussolini dejó a Roma sin betuneros, sin carteristas y sin rateros. ¡A todos nos los largó para España con el CTV!

Pero mi CTV es otro que el de los italianos a los que les cantaban de cachondeo un popurrí con música de su "Faceta Nera": "Decís que habéis tomado Adis Abeba/a ver cuándo tomáis Guadalajara..." El CTV es el que da de comer a Sevilla y en el que el Ayuntamiento tiene puestas todas sus complacencias: CTV es Ciclistas, Turistas y Veladores. Quien no tenga una bicicleta, no sea turista ni atiborre la acera con los veladores de su bar, que le den por saco. Que pague sus impuestos y que se calle, por facha, rancio, retrógrado...y automovilista, que es lo peor de lo peor. Este Ayuntamiento parece que gobierna pensando en los turistas, que la mayoría no deja aquí más euros que los de la entrada a la Catedral y al Alcázar, las dos grandes factorías de la llamada "Industria del Turismo". Antes, las grandes fábricas de Sevilla eran Hytasa y los Astilleros, ¿no? O la Hispano Aviación y Construcciones Aeronáuticas, ¿no? Bueno, pues ahora son la Catedral y el Alcázar. Por eso cuidamos tanto a los turistas y a los siete mil millones de fondas y pensiones que han abierto con rimbombantes títulos: "hotel con encanto", "hotel boutique"

-- ¡Anda, que eres más cursi que un hotel boutique!

No solamente nos exprimen a impuestos a los sevillanos, sino que los turistas se van con su estocá dada, de la entrada a la Catedral y al Alcázar. Hasta colas al sol hacen las criaturitas para apoquinar. El león cerámico que diseñó José Gestoso para la puerta de tal nombre es la gallina de los huevos de oro. Como a Espadas le ha dicho su propio partido desde la Junta que nanai de tasa turística, sube un euro la entrada del Alcázar y listo. Y dice que ese dinero se lo va a gastar en promoción turística de Sevilla. ¿Más turistas todavía? ¡No, por favor! Que ya los sevillanos nos sentimos extranjeros en nuestra propia tierra. Como los venecianos. La otra mañana, en el antiguo "Patio de Caballos" de Casa Morales, los únicos no guiris ni turistas éramos la Jefa de mi Casa y servidor, tomándonos allí sentados en las sillas de tijera de toda la vida las raciones que borda Reyes Morales en aquel Templo del Moyate tan bien conservado.

¿Y los ciclistas? ¿Y "nuestros amos y señores los ciclistas", por decirlo con palabras de Mañara? En su honor, limitan la velocidad de los coches en el centro y hasta inventan señales de circulación. Todo contra el coche y a favor de los ciclistas. Y al peatón, con tanto velador, que le den por saco. ¿Por qué no unas señales de circulación nuevas contra los veladores, para que se pueda pasar por la calle Albareda o por Mateos Gago sin echarse abajo de la acera? ¿Por qué no un Defensor del Peatón? Nada, aquí el Ayuntamiento y el alcalde están en manos del CTV sevillano. Que, a diferencia del CTV italiano, no retrocede ni un palmo. Y si lo hacen, es para tomar impulso y seguir conquistado Sevilla, con IU y Podemos teniendo a sus órdenes al alcalde que pusieron. Y a los automovilistas, a los peatones y a los sevillanos que no somos dueños de bares con veladores, que nos vayan dando por el mismísimo IBI.

 

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