ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 19 de enero de 2017
                               
 

Santos atrancados

Quizá se acuerden de aquellas pancartas en la Plaza de San Pedro de Roma cuando la muerte del Papa Juan Pablo II: "Santo súbito". Pedían al Vaticano que "oído, cocina: marchando una de santo para el Papa que acaba de morir". Y santo es ya. Como santo se le veía que era cuando se asomó al primer balcón de la Giralda. Un halo de santidad había sobre aquel Papa, el blanco de su sotana sobre la ladrillería de la torre mayor a la hora del Ángelus. Me parece que la visita fue cuando vino a beatificar a Sor Angela. Entonces fue el propio Papa el que sacó la pancarta de "Santa súbita" para la fundadora de las Hermanas de la Cruz, que ya está en los altares (con no mucho acierto en algunas de sus imágenes, todo sea dicho). Como lo está la Madre Purísima, general de la Compañía de la Cruz cuando la visita de aquel Papa. Ya lo dije en elogio de mis admiradas Hermanas de la Cruz: pocas congregaciones religiosas habrá en el mundo como esta querida institución sevillanísima, que con poco más de un siglo de existencia tenga ya dos santas, dos, entre sus religiosas.

Así que yo hoy, aniversario de la muerte del cardenal don Marcelo Spínola y Maestre en 1906, le pediría a las Hermanas de la Cruz que le prestaran la pancarta del "Santo súbito" a las Esclavas Concepcionistas, la congregación que con Celia Méndez fundó cuando era obispo de Coria-Cáceres, a ver si le damos más paso a esa trasera de la cuadrilla que en Roma se encarga de la causa de los santos y acelera la canonización del que fue arzobispo de Sevilla. Calle Cardenal Spínola aparte, el hijo de V Marqués de Spínola, aunque como su padre era marino de guerra nació en San Fernando, más sevillano no puede ser. Fue párroco de San Lorenzo de 1871 a 1879. Y en vez de ponerse contra las cofradías de la feligresía, cual muchos párrocos suelen, se hizo hermano del Gran Poder y de La Soledad. Fue el autor de la Concordia del Gran Poder con la Macarena. Por dos veces está su efigie recordada en San Lorenzo. En mármol, por la fachada que da a la plaza. Y en la trasera, por la calle Hernán Cortés, con los azulejos que reproducen una fotografía en la que aparece leyendo el periódico que fundó, "El Correo de Andalucía". Retablo cerámico que estaba en la sede del entonces diario católico en la calle Albareda; luego con Javierre pasó a la nueva sede del periódico en el Polígono de la Carretera Amarilla; y cuando cerró aquel edificio, menos mal que fue salvado y colocado en San Lorenzo, me parece que gracias a la hermandad de La Soledad.

Spínola, como obispo de Málaga y como arzobispo de Sevilla y luego Cardenal creado por el Papa Pío X, fue un adelantado de la doctrina social de la Iglesia. Y en una hambruna que padeció aquella Sevilla de los corrales y la miseria, no se le cayó su pastoral anillo por salir personalmente a recorrer las calles pidiendo dinero para los desamparados y los parados. Que un cardenal, con la talega petitoria, vaya en persona por la calle Sierpes pegando el sablazo a los señoritos de los casinos no me dirán si no es virtud heroica, en esta ciudad de las falsedades, las cobardías y el qué dirán.

Por eso yo pediría, con la Fundación Spínola y con las religiosas y alumnas de las Esclavas Concepcionistas que hoy, como todos los aniversarios de su muerte, visitarán su sepulcro en la Catedral de Sevilla, que unan mi oración a las suyas, ¿no, don José Luis de Castro?: a ver si Roma le pega un empujoncito y el Papa hace santo al que Sevilla reconoce hace mucho tiempo como tal, al Cardenal Spínola. Juan Pablo II lo beatificó en 1987, pero desde entonces... Le pasa a Spínola como a don Miguel Mañara, otro santo sevillano atrancado en la burocracia vaticana. Lo de Mañara es peor: no pasa de Venerable, ni siquiera ha sido beatificado. Y todo porque en Roma sigue resonando la leyenda de que era el mismísimo Don Juan Tenorio. Más mérito todavía. Fundar La Caridad y hacer tanto bien a sus "amos y señores los pobres" habiendo sido un señorito crápula trajinador de monjas tiene mucho más mérito. Así que yo saco ahora mi pancarta, la pongo mirando a Roma y pido el "Santo súbito" para Spínola y para Mañara.

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