Si escribo "Dominó de Madrugada", ¿a que, como Malena, suena a nombre de tango de Discépolo cantado por Carlos Gardel? Pero el Dominó de Madrugada no es un tango, sino el tangazo que nos quieren meter para hacernos creer en la falsa causa de los preocupantes sucesos de la Madrugada de 2017, que aventajaron en temor y en extensión por toda la ciudad a las tristemente famosas Carreritas del año 2000. Cada día aparece más claro lo que todo el que desgraciadamente lo vivió piensa: que no hubo nunca tal Efecto Dominó. Que el dominó está muy bien para jugarlo con unos amigos en las instalaciones deportivas del Labradores o en la Peña Trianera, pero no para justificar algo que se nos ha ido ya definitivamente de las manos, cual era la solemnidad, el respeto, el silencio, la colectiva compostura, el recogimiento, la devoción de la Madrugada. Hasta el punto de que, en los dalinianos relojes de cera de Sevilla, ahora para muchísimos la Madrugada empieza a las 5 de la mañana, que es cuando se echan a la calle para poder ver sin temor a gamberreos organizados, de regreso de la Catedral y antes de entrar en sus templos, a las tres cofradías de cola y esparto y a las otras tres de capa y cíngulo de la noche más hermosa, de la que todos salíamos, con Montesinos, medio locos y medio muertos, pero que ahora, como te descuides, sales lesionado por una avalancha de niñatos que van de botellona cuando pasa Sevilla, pasa la Madre de Dios.
Leo, asintiendo en cada frase, el informe que la Hermandad del Gran Poder ha redactado sobre esos tristes hechos que aún están esperando una justificación oficial. Ya saben que siempre he hablado de "los señores del Señor" cuando me he referido a los hermanos de esta cofradía. Y cuando "los señores del Señor" ponen en duda que todo se originara por una pelea de borrachucios en un bar de la calle Arfe es para que veamos que no andábamos descaminados ni éramos unos alarmistas ni unos mal pensados los sevillanos que, en inmensa mayoría, pensábamos que de Efecto Dominó, nada; que cuanto menos hay que pensar en un plan premeditado y muy bien diseñado, mediante el cual, a una hora exacta, las 4:12 de la Madrugada, en distintos lugares de Sevilla, grupos adiestrados y quién sabe si alquilones (o sea, pagados), forman la zapatiesta simultáneamente en todas y cada una de las seis cofradías que en ese momento están en la calle, en torno a la Carrera Oficial o dentro de ella.
Le doy un enorme valor a ese informe del Gran Poder sobre las avalanchas de la Madrugada por venir de quien viene. Y después, porque confirma lo que viví, precisamente viendo a la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso. Cuando su paso estaba parado ante la Puerta del Baptisterio de la Catedral, llegó a las sillas de la Avenida la avalancha. ¿Cómo va a llegar a la Avenida una avalancha producida por una riña de borrachos en la calle Arfe? ¿Cómo va a atravesar el Postigo del Aceite, si el Arco está "aforado", es decir, blindado con vallas, y por allí no hay quien pase? ¿Qué? ¿Dio la avalancha de la calle Arfe todo el rodeo por Dos de Mayo, Temprado, Santander y la Avenida para llegar a la Plaza del Triunfo y a Correos y desde allí avanzar por la Constitución hasta detenerse en los barandales del acotado de las sillas del Aero Club?
No andamos descaminados los sevillanos que pensamos, y somos muchos, que lo de la Madrugada todo fue un plan premeditado. Con una preparación del Estado Mayor de la Algarada que, vamos, ni el Desembarco en Normandía. ¿Cómo es posible la coincidencia en el tiempo de la avalancha del Postigo, presunto origen oficial, con la que se formó en lugar tan apartado como Los Gitanos pasando por la Casa de las Dueñas? Lo que no dice el informe del Gran Poder y lo añado yo es que fue un milagro más del Señor: que no hubiera muertos en esta triste maniobra organizada para cargarse la Madrugada, que inscribo en la cristianofobia que nos invade y rodea, y contra la que nadie se atreve, como hago, a levantar la voz.
SOBRE ESTE TEMA:
INFORME DE LA HERMANDAD DEL GRAN PODER SOBRE LAS AVALANCHAS DE LA MADRUGADA DE 2017
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