;  

 

  


ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla,10 de octubre de 2017
                               
 

El cobrador de la hermandad

Mi veterano amigo es compañero de juegos, de veraneo, hasta de haber aprendido a montar en bicicleta juntos. Éramos inseparables cuando llegaba la Semana Santa y, programa de "El Correo" en mano, no sólo nos las veíamos todas por la calle, con los itinerarios que allí recomendaban, sino que por las mañanas nos dedicábamos a ir a ver los pasos en los templos de los que a la tarde habrían de salir. Ni agujetas ni cansancio. Desde las 11 de la mañana a la 1 o las 2 de la madrugada viendo pasos y cofradías y al día siguiente, como una rosa, dispuestos otra vez a no perdernos una. Como no nos perdimos la primera salida de Santa Marta o las primeras gaitas en la banda de la Guardia Civil. Quiero decir que mi amigo, de cuyo nombre guardo el debido sigilo, sabe tela de cofradías desde que teníamos los dos pantalón corto; que el largo se estrenaba un Domingo de Ramos cuando ya se tenían muchos pelos en las piernas. Sí, los sevillanos, como las muchachas con sus fiestas, también nos "poníamos de largo". Con aquel primer pantalón largo que estrenábamos indefectiblemente con el trajecito nuevo de un Domingo de Ramos.

A mi amigo lo apuntó su padre en la cofradía del barrio. Yo creo que en su bautizo. O incluso antes de que el padrino le dijera a su madre: "Me lo diste moro y te lo devuelvo cristiano". Y que tirara luego el pelón preceptivo ante la chiquillería que aguardaba a la puerta de la parroquia. Ese día que mi amigo salía de nazareno en la cofradía de su barrio era el único que no íbamos juntos a callejear en las tardes de Semana Santa. En aquellos días aprendí que la mejor forma de ver las cofradías es uno solo, ese sentimiento único de tu propia soledad en la bulla. El caso es que me llamó el otro día y se me ocurrió preguntarle:

-- Tú tendrás ya un número muy bajo en tu cofradía, ¿no?

Se le cambió el tono de la voz, cuando me contestó, con mosqueo manifiesto:

-- Calla, calla, que cuando nos mudamos a Los Remedios, como en aquellos años estaba yo fuera y me llevé unas cuantas Semanas Santas sin salir de nazareno, mi padre no dijo en la hermandad el cambio de domicilio. Y el cobrador dejó de pasar a cobrar las cuotas, y ni se preocupo por preguntar por las señas nuevas en la casa que habíamos dejado. Y como no salía de nazareno, pues tampoco me ponía al corriente de las cuotas al sacar la papeleta de sitio. Total, para hacerte corto el relato: que cuando me di cuenta, me habían dado de baja como hermano por falta de pago. Y cuando me di de alta otra vez, porque ya empecé otra vez a salir de nazareno, ya casado, no me respetaron el número. Y no veas el cachondeo en la familia, que mis sobrinos tienen un número mucho más bajo que el mío. Y todo por el cobrador de la hermandad. Menos mal que con la domiciliación en el banco de la cuota ya no pasan estas cosas.

El cobrador de la hermandad... Nadie ha escrito el "ubi sunt" de la desaparición de esta figura institucional de las hermandades. Nadie le ha hecho justicia, quitado de la circulación por la domiciliación bancaria. El cobrador de la hermandad, sobre todo cuando llegaban elecciones de nueva junta, era un "lobby" unipersonal. Si quería, ponía y quitaba hermanos mayores, como ahora el voto de las cuadrillas de costaleros. El cobrador de la hermandad llegaba a tu casa y tu madre le ponía café si era por la tarde, o le daba una cervecita si era a mediodía. Se sentaba y contaba chismorreos de la hermandad a quien quisiera oírlos o anunciaba novelerías de estrenos en marcha. El cobrador y la función principal de instituto eran para muchos capiroteros su único nexo con la hermandad fuera del día de salida en Semana Santa. La domiciliación dichosa acabó con esta institución cofradiera, a la que yo ahora le pago la cuota del recuerdo. ¡Igualito pagar la cuota por el BBVA o por La Caixa que al cobrador de la hermandad después de la charlita en casa!

 

--

 

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio