ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


 

ABC de Sevilla, 19 de diciembre de 2017
                               
 

Bullas de Navidad

Me parece que ha sido Paco Robles quien ha acertado a decir que en Sevilla hemos inventado la bulla sin cofradías durante la Navidad, entre calles peatonales, iluminaciones, tranvía cortado en la Casa Lonja, bolas en la Plaza, decenas de chavales haciéndose selfis en la Puerta Jerez, coros de campanilleros donde menos te lo esperas, alguna banda de cornetas y tambores tocando por villancicos, compras para los regalos del árbol de Papá Noel, y todo el Aljarafe, Dos Hermanas, Alcalá de los Panaderos y Los Alcores metidos aquí a practicar el sevillano deporte del novelereo y de dar barzones sin rumbo fijo. Es la de Navidad una nueva que añadir al almanaque sevillano de las bullas. Estaban antes, comenzando el año, la bulla del Heraldo de los Reyes Magos y la bulla de la Cabalgata del Ateneo, pero ahora se ha añadido esta nueva. En la que he descubierto algo insólito. En la bulla de Semana Santa se va a ver cofradías, tras hartarse de ver pasar nazarenos. En la bulla de la Cabalgata se va al "Melchor, tira caramelos". En la bulla de la Virgen de los Reyes se va en silencio a pedir las tres gracias a la Patrona. En la bulla de Feria se va a la caseta donde sabes que el gañoteo está asegurado para todo gorrón que entra por esa puerta, en la que los muy decididos le dicen al portero vigilante de seguridad:

-- Buenas, soy Álvaro Pérez de Vivar y estos señores vienen conmigo.

Y, ¡hala, media docena larga de gorrones más que se cuelan en esa caseta donde dicen que dan gloria bendita, tanto en las mesas como en la trastienda! Pero en Navidad no es así. Ni es como en Semana Santa. En Navidad se va a la bulla para ver la propia bulla, para engloriarse con ella, más que para admirarse de las iluminaciones. Por eso algunos nos dedicamos en estos días a todo lo contrario: a descubrir el modo de ir en Sevilla de un lado a otro sin que, por una parte, te encuentres con la invasión de los guiris en horas diurnas, y, en las nocturnas, con las bullas de Navidad viendo las bullas de Navidad. ¿Hay forma de recuperar la soledad en Sevilla, la "soledad sonora" de Juan Ramón Jiménez? Hayla. Servidor al menos la ha descubierto. La bulla de Navidad se concentra en varias calles del centro, donde están las luces; en las calles adyacentes, incluso con iluminaciones, no suele haber nadie. Y lo mismo que en el campo la juanramoniana soledad sonora es que escuches cantos de chicharra por el verano o por el invierno el frío viento vareando la plata de los olivos con la aceituna ya apañada, en Sevilla, en estos días de bulla navideña, la soledad sonora es hallar calles desiertas a lo mejor a cincuenta metros de las del bullicio, donde puedes permitirte el supremo gozo: oír tus propios pasos.

Basta con tirar por donde no van las bullas. En vez de ir por Sierpes recto hacia la Catedral, entrar por Rivero y, por Cuna, Acetres y Lagar, salir a Lineros y llegar a la Plaza del Pan. Y tirar luego por una desierta calle Francos y, bajando por Chapineros, coger a la izquierda por Alvarez Quintero. Y para no salir a la Cuesta del Bacalao y a la bulla de veladores de guiris tomando paella espantosa sea la hora que fuere, girar a la derecha por la calle Alfayates (vulgo Rodríguez Zapata), y salir a Hernando Colón, donde no te encuentras ya a nadie hasta que llegas a Alemanes, donde, ay, es irremediable ya la bulla navideña.

Quedé la otra mañana con un amigo en la Plaza de la Virgen de los Reyes para ir a hacer un mandando en Santa María la Blanca. Elegimos uno de los que Gregorio Serrano llama en su Dirección General de Tráfico "itinerarios alternativos". Tiramos por Don Remondo, Segovias, Abades, la esquina de la Casa de los Pinelo, Guzmán el Bueno, la parte alta de Mateos Gago y por Fabiola bajamos a Santa María la Blanca. Sin nadie. Sin pisar Mateos Gago ni el Barrio de Santa Cruz. Sin un solo guiri, porque era de día. Si una sola bulla de copas de Navidad a la puerta de los bares. La hermosa soledad sonora de Sevilla. Igual que otros buscan la bulla, quedamos siete u ocho raritos que hemos descubierto cómo andar en estos días por Sevilla sin encontrarnos ni una sola aglomeración con un tío vendiendo globos. Porque una bulla sin tío vendiendo globos, ni es bulla ni es ná...

 

--

 

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio