Nunca por mucho trigo es mal año. Bueno, ya sé que el precio del trigo duro está muy bajo, como me cuentan mis amigos que tienen campo y no macetones de dama de noche como servidor. Lo digo porque ya ayer mi querido Paco Robles habló de las horas de la Feria. Y nos van a dar la una y las dos, como en la canción maravillosa de Sabina, porque yo voy a seguir hablando de ellas. Más bien del Meridiano de Sevilla. Que todas las ciudades tienen, como Paralelo, aunque sólo presuman de él en Barcelona los tíos de los lazos amarillos, con la mala suerte que da el amarillo, excepto para los cadistas y para el pasodoble inmortal de Manolito Santander.
Sevilla está en el Meridiano 6 de longitud Oeste. El mismo de Astorga, Avilés, la napoleónica Isla de Santa Elena o el condado inglés de Cornualles, cuyo título lleva la consorte del Príncipe de Gales. Pero mientras que otras ciudades están en un meridiano fijo, el de Sevilla parece extensible, móvil, que lo mismo se va para allá que para acá. Por algo tenemos como símbolo de la ciudad tornadiza una veleta, la Giralda, que se orienta la señora con los vientos conforme van soplando, como los que se hicieron del PSOE para tocar balón y verá usted lo que tardan en apuntarse a Ciudadanos como vean que va a ganar, aunque Albert Rivera demostrara en su visita a la Feria que de Sevilla tiene más bien ni pajolera idea. ¡Cuidado que decir que los sevillanos somos dignos de admiración por ir a la Feria tras la crisis! Los sevillanos vamos a la Feria en la crisis, antes de la crisis y después de la crisis.
Y vamos según un meridiano flexible. Ya saben que los meridianos determinan el huso horario de un lugar. Bueno, pues el meridiano de Sevilla hace cosas extrañísimas con los usos de su huso horario en sus dos grandes fiestas. Sevilla es el único lugar del mundo donde, en Semana Santa, la Madrugada termina a las 2 de la tarde. ¿Qué meridiano es ese? El Meridiano de las Cofradías de Capa de la Madrugada. Y Sevilla es el único lugar del mundo donde, en Feria, la mañana empieza a las 4 de la tarde. Como muy pronto. Para el nuevo "horario continuado" actual de Feria, que me recuerda al del Cortinglés, no cierran para almorzar y echarse la siestecita, y si vas a la Feria "por la mañana" no puedes ir a los toros, que son a las 6,30.
Aunque me llamen militarista (¿passsa algo?), quedé encantado con la Fuerza Terrestre al recibir de su jefe, el teniente general don Juan Gómez de Salazar Mínguez, cédula de convite para asistir a la recepción que la que los sevillanos seguimos llamando "Capitanía" daba en la caseta El Tronquito de la calle Pascual Márquez, 137. Era, naturalmente, ese nuevo tipo de acto obligado que ha surgido en la Feria, ya casi tan tradicional como los enganches, el baile por sevillanas o el conjunto que las canta en la caseta: la recepción. ¿Cuántas recepciones se han dado en la Feria? Verá usted que de crisis, nada, don Albert: que no te enteras, Rivera. Pero me gustó especialmente la Recepción de Capitanía porque iba por el estricto Meridiano Antiguo de la Feria. Según las horas del Prado, no de Los Remedios, cuando se iba a la Feria y comenzaba el paseo de caballistas a las 12 de la mañana. La recepción de la FUTER comenzaba a la 1 de la tarde, ¡óle! Y venía en la invitación algo que ponen siempre los americanos y aquí algunas veces en las de algún acto en el Alcázar: "Prevista finalización, 15:00 horas". No voy a decir que la FUTER despliegue sus efectivos por la Feria e imponga sus horarios racionales a la antigua usanza, pero como los admiramos en su disciplina y obediencia en el servicio a la Patria, deberíamos copiar a los militares en este comienzo de racionalidad para acabar con el disparatón de las actuales horas de la Feria, que llegas a las 3 de la tarde creyendo que vas a hora normal y nada más que te encuentras a los regadores y muy pocos enganches. O a los que vienen de la gratísima recepción de mi querido y respetado general Gómez de Salazar, el que no hay acto oficial en Capitanía donde en la copa final, no levante la suya con el honroso brindis que repito ahora alzando una caña de manzanilla desde el mismísimo Paralelo del Horario Antiguo de la Feria: "¡Por el Rey!".
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