Un viejo refrán sevillano, yo creo que de tiempos de la Restauración canovista, de cuando los partidos compraban la voluntad de los votantes por "un puro y un duro",afirmaba: "En época de elecciones, extrema tus atenciones". Esa frase no está olvidada, sino adaptada a nuestros tiempos. Y dirigida a los políticos, sobre todo a los municipales, como es el caso de mi querido y respetado don Juan Espadas, que no se me caen los anillos por decir que lo está haciendo muy bien, y que como continúe así, va a durar en la alcaldía más que un martillo en manteca. La frase sevillana en cuestión puesta al día le diría a don Juan Espadas: "Con elecciones a la vista, llama a los contratistas". Pon Sevilla patas arriba, para que los votantes vean que haces cosas, como esas calles cortadas de Los Remedios que son como la reedición en rústica de lo que ocurrió con Virgen de Luján, ruina de comerciantes y tormento de vecinos.
Como se acercan las elecciones, Espadas tiene a media Sevilla y parte de la otra media en obras, patas arriba. No sólo en el centro, como ha acabado de terminar la calle Amor de Dios, sino en los barrios. A veces la gente dice que nos cuestan muchos las campañas electorales; pero, ¿y estas campañas preelectorales de la ciudad en obras, cuánto nos cuestan?
Espadas está haciendo más obras que Zoido en todo su mandato. Cierto. Pero eso es una vieja ley, que en estos días estamos comprobando en cómo tira el dinero el Gobierno de izquierdas del Reino de España pagando a los separatistas catalanes y a los proetarras vascos la factura de haber votado la moción de censura que presentó Pedro Sánchez para conseguir ser presidente caiga quien caiga, con el paganini a los que quieren destruir a España, a los que les ha debido de prometer el oro y el moro y el acercamiento de los rebeldes sediciosos no sólo a las cárceles catalanas, sino incluso a sus propias salitas de estar, para que se harten de recibir doctrina impartida por esa TV3 que nos cuesta un riñón. En Sevilla ocurre lo mismo. La derecha siempre tiene que sanear la economía que la izquierda ha dejado hecha unos zorros. Terminado lo cual, la izquierda se las ingenia para volver al poder y seguir tirando el dinero público que Carmen Calvo dixit (y Pixie) que no es de nadie. Zoido se dedicó fundamentalmente a pagar las deudas que dejó Monteseirín, pero no supo venderlo. Por eso le lució tan poco el pelo a pesar de sus 20 concejales, 20: porque no hizo nada de cara a la galería, más que pagar facturas pendientes, de las que estaban los cajones llenos. Tras lo cual, vino Espadas, que se encontró una tesorería municipal bastante saneadita. Y, como es norma de la izquierda, se dedicó a gastar el dinero y a invertir en cosas que viera la gente, para que le dieran prestigio...y votos.
Pienso todo esto por la cantidad de obras electoreras absolutamente prescindibles en las que Espadas se está gastando un dineral. Verbigracia: en cambiar las señales de orientación al turismo sobre dónde están los monumentos y los hoteles se va a gastar 748.000 euros. ¿Tanta falta hacía cambiar esos carteles? Pero es que pasas por la acera del Paseo Colón, sempiternamente con un cajón de obras, y ves allí un letrero donde dice que en el arreglo de esa parte alta de Marqués del Contadero y del Muelle de la Sal se van a gastar no sé si 519.000 o 591.000 euros, no me quedé bien con la cifra ni me dio tiempo a hacerle desde el coche una foto con el teléfono móvil. Pero algo así. Así que sumen exclusivamente estas dos partidas, y tirando por bajo son más de 1.200.000 euros. ¿Tanta falta hacía gastar este dinero, y más anunciarlo para más recochineo en estas fechas en que tenemos al cobro los recibos del IBI para pagarlos antes del 2 de julio, tras haber apoquinado el IRPF anual? Por favor, alcalde Espadas: no gaste un duro más. Y menos en cosas tan secundarias. Lo está usted haciendo muy bien y tiene el voto asegurado sin levantar ni una calicata. No le hace falta que llame más contratistas con las elecciones a la vista. Seguro que le votamos. Entre otras cosas, para que saque mayoría absoluta y los de Podemos no le tengan, como ahora, cogido por los ya me entiendes.
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