ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  9 de mayo de 2019
                               
 

El acierto del error del himno de Pemán

Ya conocen el lance. Nápoles. La españolísima Nápoles. Teatro San Carlos, mandado levantar por Carlos III como Rey de Nápoles y Sicilia. Inauguración del XIII Simposio de la Fundación Cotec Europa, dedicado a debatir los retos de la Administración pública. Asisten los presidentes de Italia y de Portugal, y los Reyes de España, Don Juan Carlos I (q.D.g.) Y su augusto hijo Don Felipe VI, felizmente reinante. Al terminar el acto, la orquesta y coro de voces blancas de la Sanitansamble tocan el himno de Europa y después, el nacional de España. Y aquí vienen el que han llamado error, que a mí me parece un acierto de época. Para sorpresa de los propios Reyes, la orquesta inicia nuestro himno y el coro empieza a cantarlo. Pero no como en los partidos internacionales de fútbol, en plan "lo lo, lo lo", sino con la letra que en 1928 le encargaron a don José María Pemàn y Pemartín y le salió una hermosura dentro de su maestría para la hímnica civil, religiosa y militar. Como esa letra de Pemán es tan poco conocida como manipulada fue luego, no me resisto a transcribirla en su belleza lírica: "Viva España,/ alzad la frente, hijos del pueblo español,/ que vuelve a resurgir,/ gloria a la Patria que supo seguir,/ sobre el azul del mar/ el caminar del sol./ ¡Triunfa España! / Los yunques y las ruedas cantan al compás/ del himno de la fe. / Juntos con ellos cantemos de pie/ la vida nueva y fuerte del trabajo y paz."

Esta es la letra original de Pemán para la Marcha Real. La escribió en 1928, encargada por la Unión Patriótica del Gobierno del general Primo de Rivera, en el reinado de Don Alfonso XIII. Así que de franquista, nada. Pemán escribió su letra para la Marcha Real ocho años antes del franquismo: "cuando Franco era cabo". Lo que ocurre es que, durante la guerra fue manipulada ignominiosamente según la estética de la Falange. Y donde Pemán escribió "alzad la frente", le hicieron decir "alzad los brazos", en saludo a la romana, naturalmente. Y donde mentaba machadianamente "los yunques y las ruedas", sonaron con camisa azul "los yugos y las flechas". Pero en Nápoles fue cantado el himno como debería serlo oficialmente: en su pureza original, liberado de las adherencias totatilitarias. Una hermosura de himno. Con cierta voluntad hispanista. Por su fecha y sus circunstancias, me recuerda la letra del Himno de la Exposición Iberoamericana de 1929 que compusieron los hermanos Alvarez Quintero: "Salud, pueblos hermanos,/del mundo juventud". Esa estrofa tan lírica de "gloria a la Patria que supo seguir,/ sobre el azul del mar/ el caminar del sol" tiene algo, mucho, de Descubrimiento y Conquista de América, de Hispanidad del mejor cuño, en la órbita de Ramiro de Maeztu.

Lo que no acabo de explicarme es por qué tanto el presidente de Italia como el ministro de Jornada que acompañaba a los Reyes, Pedro Duque, el de Ciencia, el astronauta, se apresuraron a disculparse ante Don Juan Carlos y Don Felipe porque los niños, con sus preciosas voces blancas, cantaran esa maravilla de letra, tan lírica, tan poética como la de todos los otros muchos himnos de Pemán, cual el del Congreso Eucarístico de Barcelona de 1952 ("De rodillas, Señor, ante el sagrario"), el de la Armada Española o el del Ejército del Aire, que remata con una media verónica patriótica y lírica que ahí quedó: "La gloria infinita de ser español".

¿Por qué no se canta el himno con esta letra, si no es nada guerrera, ni amenaza a nadie, si es una expresión de patriotismo sin signo político alguno, de exaltación de la paz y del trabajo, un poco a lo Antonio Machado, "yunques y campanas"? ¿Se cantaría el himno si lo hubiera firmado Machado? ¡Naturalmente! Pero lo escribió, ay, Pemán. Y Pemán, aunque genial maestro, está proscrito, prohibido, tachado, borrado de la Historia de la Literatura y de España. Pero lo que nadie puede borrar es la hermosura lírica de su letra para la Marcha Real. Y lo triste es que cantan en los estadios la Marcha Real con el "lo lo, lo lo" y nadie protesta. Y cantan en Nápoles la maravilla pemaniana y hasta presentan excusas. Será por tanta belleza desperdiciada.

 

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