Uno de los más frecuentes tópicos sobre nuestra ciudad es que en Sevilla no hay sociedad civil. Que a la sociedad civil de Sevilla, de verdad de la buena, lo que le gusta es la religiosa: estar en la junta de una cofradía, salir de nazareno o en el Corpus para saludar gente y ser visto. Tan es así, que cuando Joaquín Moeckel movió Roma con Santiago y Palacio con la Casa Grande para promover la restauración de la iglesia del Salvador, que literalmente se caía a pedazos, dije que era "una sociedad civil unipersonal", como algunas mercantiles. Y si no hay sociedad civil, habrá sociedad militar, digo yo. Pues tampoco. Con lo que nos gusta un tambor y una corneta, el Ministerio de Defensa vendió la casi totalidad de los cuarteles de Sevilla, cerró la histórica Base de Tablada al tráfico aéreo y lo más cercano que dejó fue El Copero. Ha tenido que hacer muchos esfuerzos (y muy fructíferos por cierto) el teniente general don Juan Gómez de Salazar, jefe de la Fuerza Terrestre, vulgo capitán general, para promover una Cultura de Defensa y hacer viva la presencia de las Fuerzas Armadas, a las que se les quiere tela, y basta con escuchar los aplausos a la tropa que rinde honores a la Custodia y desfila en el Corpus.
En estas circunstancias, sin sociedad civil empujando, fue un milagro que tuviéramos la Exposición del 92 y el Ave. Algunos sostienen que por empeño de un sevillano que se fue a Madrid a hacer carrera política: Felipe González. Como también fue otro milagro la Exposición del 29, aplazada una y otra vez, desde antes de la I Guerra Mundial. Para que ambas salieran adelante, tuvieron que venir como comisarios señores de fuera; esto es, importar sociedad civil. La Exposición del 29 la hizo el cordobés Cruz Conde; la del 92, el difunto montañés Jacinto Pellón.
Para desmentir todos estos tópicos, vemos que la sociedad civil no sólo ha empezado a existir, sino que se ha puesto en pie de guerra. Todo lo contrario del "bueno, ¿qué le vamos a hacer?" ante las contrariedades y adversidades de la hasta ahora achantada sociedad civil. Cincuenta y tantas entidades civiles por los cuatro costados (por los dos costeros, la trasera y la delantera) se han puesto en pie de guerra para constituir la Plataforma "Por una Sevilla con Futuro", para pedir lo que nos corresponde. Como el "Teruel también existe", han lanzado el "Sevilla también existe", qué tanta Málaga ni tanta Málaga... En la plataforma están desde la CES a Aprocom, aparte las dos Universidades, la Hispalense y la Olavide, los sindicatos, las patronales y multitud de colegios profesionales y asociaciones. Con decir que está hasta El Aero creo que está dicho todo.
Lo que se pide es bien sencillo: que el Estado y la Junta hagan todas las infraestructuras pendientes, tantas veces prometidas y nunca realizadas. A saber: los túneles y la terminación de la SE-40; las líneas de Metro 2,3 y 4, para que sea un Metro de verdad, lo que se entiende por un Metro; el Ave de Sevilla a Málaga; la conexión por tren de cercanías de Santa Justa con el Aeropuerto, como Atocha está conectada con Barajas; y los corredores ferroviarios que nunca se hicieron.
-- ¿Y dos huevos duros no?
No, con que no nos sigan pegando patadas en ellos tenemos bastante para los objetivos de esta loable Plataforma Civil, que ha demostrado que la provincia de Sevilla cada vez recibe menos de los Presupuestos Generales del Estado: un 72% menos en 2018 con respecto a los de 2008, que se dice pronto.
¿Y quieren ustedes una idea, señores de la Plataforma Civil? Pues aquí va, gratis y "et amore", que ya está bien de trincar a costa de Sevilla para no hacer nada. Se habló una vez de que Sevilla merecería una Carta Especial en cuanto capital de Andalucía, a efectos de inversiones. Como eso se olvidó, y Sevilla es una señora, una vieja dama, digan que lo que el Estado y la Junta se traen con Sevilla en los presupuestos es maltrato a la mujer. Verán lo pronto que se arregla todo. No hay nada que esté más de moda que arrearle etopa a los que maltratan a la mujer. Y Sevilla es una mujer. ¡Y qué mujer!
Correo
Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico
