Casi el mismo día en que el debate de los cinco banderilleros en el redondel electoral tapa la preocupante subida de los datos del paro y las alarmas de la crisis a la que todavía, para negarla en plan Zapatero, el Gobierno llama desaceleración, vienen desde Huelva unas noticias que nos descubren la verdad del fraude colectivo que en muchos casos es el desempleo, que resumía aquel niño de un pueblo quien preguntaron:
-- ¿En qué trabaja tu padre?
-- Opá trabaja en el paro.
Algo falla, y gordo, en el paro y en su sistema de protección. Y nadie le mete mano. A pesar del paro, falta mano de obra en Huelva para recoger los frutos rojos, las fresas y los arándanos, y tienen que venir los inmigrantes africanos a apañarlos. A pesar del paro, falta mano de obra local para recoger estos frutos en los cultivos bajo plástico. Leo en un periódico especializado en asuntos agrícolas: "Viene siendo un clamor entre los productores de media España, y ahora se ha hecho todavía más patente de que algo se está haciendo mal con el empleo agrario y que se debe actuar de otra manera. La oferta de algo más de 10.000 plazas lanzada por el Servicio Andaluz de Empleo (SAE) para captar mano de obra local para la fase de recolección de la campaña de frutos rojos y cítricos de la provincia de Huelva apenas ha sido respondida por unas 200 personas. Esta oferta se realizó de forma conjunta a mitad de septiembre con las siete agrupaciones agrícolas con las que la Junta de Andalucía opera en la provincia onubense, y se podía acceder a ella a través de la plataforma Gestión de Empleo Agrario (GEA) del SAE."
¿Usted sabe cuántos parados agrícolas hay registrados en la provincia de Huelva? Pues 8.829. De ellos, sólo 200 están dispuestos a doblarla literalmente: a recoger agachados bajo los plásticos de los invernaderos las fresas, los arándanos y los frutos rojos a los que los empresarios agrícolas llaman genéricamente "berris", por la terminación de su nombre en inglés. Y habiendo más de ocho mil parados agrícolas locales, la mano de obra que falta se cubrirá casi totalmente importándola con contrataciones en Marruecos, pues se ha autorizado un contingente de 19.000 inmigrantes para que recojan los frutos en la campaña en la que los parados locales no quieren trabajar, porque es más fácil tener las peonadas cubiertas para cobrar el subsidio agrario y luego aumentar los ingresos haciendo chapuzas que se cobran en negro. Eso, eso: los negros y los marroquíes tienen que venir a hacer las faenas del campo en las que los subvencionados parados agrícolas que no quieren trabajar. Eso de que en Huelva sólo se presenten 200 personas para cubrir 10.000 empleos habiendo 8.829 parados profesionales es un escándalo que cruza todas las líneas rojas de un sistema clientelar, que tiene que solucionarse importando mano de obra. ¿Importar mano de obra inmigrante para hacer los trabajos que los parados rechazan? Un escándalo. Con el que no ha acabado el Gobierno del Cambio en la Junta.
Cuanto menos, cuando hay estas ofertas de empleo y los parados las rechazan, deberían revisarse los paternalistas sistemas de protección al desempleo. Se coge y se llama a los desempleados con su paguita asegurada y que no quieren trabajaren la fresa, y se les dice:
-- Usted, ¿qué? ¿Que no quiere deblarla para recoger la fresa, habiendo ahí todo el trabajo que se quiera? Pues muy bien, quédese en su casa y en el bar. Pero que sepa que a partir de hoy deja de cobrar el paro, ya que usted no trabaja, aparte de por flojo, porque es más cómodo seguir recibiendo el subsidio sin doblarla.
Esos campamentos de chabolas improvisadas de inmigrantes africanos en los pueblos agrícolas de la costa de Huelva que luego arden y quedan destruidos son la denuncia de todo un sistema al que ningún Gobierno quiere meter mano. Hablando pronto y claro: una auténtica vergüenza.
Correo
Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico
