A pesar de la irresistible ascensión de Vox, no sé si se han dado cuenta de que en las elecciones generales se ha seguido cumpliendo en Sevilla el verso de García Lorca en el "Romancero Gitano": "Señores guardias civiles,/aquí pasó lo de siempre". Es lógico que Vox, tan guardador de las esencias patrias y defensor de nuestras constantes patrióticas, no haya osado romper las que he advertido que existen: las tradiciones electorales de Sevilla en la elección de diputados y senadores para las Cortes Generales del Reino. En las municipales es distinto. Desde que Don Juan Carlos restauró la democracia, en la ciudad, tan tradicional, hemos tenido en las elecciones municipales de todos los cambios y novelerías. No existe una tradición, por ejemplo, del color político del alcalde. Los hemos tenido andalucistas, socialistas o populares. Y en las últimas autonómicas, se rompió la tradición inveterada de la ecuación "Junta = PSOE" y, claro, como es de Málaga y no está en estas claves nuestras, vino Moreno Bonilla a acabar con el cuadro y a ganar con el Gobierno del Cambio y mandar en San Telmo.
Pero en las generales, como escribía ayer con canción de Julio Iglesias, "la vida sigue igual". Hay en Sevilla unas tradiciones electorales que hasta Vox ha respetado: esto es el cortijo de los socialistas. Pase lo que pase, hagan lo que hagan, los del PSOE tienen asegurados sus cinco diputados por la provincia, por mucha corrupción que se destape, por mucho ERE, por mucho que se demuestre que el dinero de los parados se lo gastaban en el "Don Ángelo", que no era precisamente una librería, o por mucho que Chaves le haga a nada menos que a la sede de la soberanía autonómica andaluza, al Parlamento de las Cinco Llagas, el feo de levantarse y dar la "espantá", sin que los votos luego le hayan tirado una sola almohadilla ni silbado en plan paulista de "bronca en ambos". De los 11 distritos electorales de Sevilla, el PSOE mantiene sus siete. Sólo ha perdido Triana, pero por un puñado de votos de nada, por 63 papeletas. ¿Usted cree que esto es serio, cargarse la tradición de que Triana sea del PSOE por sólo 63 votos? No quiero ni pensar que haya sido Vox el culpable. Ese partido no es de esas cosas precisamente, sino de todo lo contrario: de defender las tradiciones, la caza, los toros, la unidad de España, la vergüenza... Pero es la excepción: la Macarena sigue siendo del PSOE, y El Cerro del Águila ni te cuento. Y Torreblanca, y Bellavista, ni te digo lo que hay. Tradición de tradiciones y todo tradición de "Sevilla la Roja" de la II República, ADN de la ciudad que quemó San Julián e hizo que tuvieran que meter a la Esperanza Macarena en el cajón.
Pero donde se ha visto de verdad cómo Vox respeta y defiende las tradiciones hispalenses más arraigadas es en los territorios electorales que siempre fueron del PP. Vox, defensor de las tradiciones, le ha mantenido al PP su supremacía en Los Remedios, distrito que cómo será de conservador que los socialistas más rabiosos, con las del beri, le llaman "Pijolandia". Y quien dice Los Remedios dice Casco Antiguo o Nervión, que tradicionalmente son del PP de toda la vida, aunque al principio de la democracia lo votaran disfrazado de UCD, pero era lo mismo: la tradición del voto conservador de Sevilla. A pesar de ser la Muy Novelera Ciudad de Sevilla, habrán visto que no se ha caído en estos distintos conservadores en la moda de alzar a Vox como remedio contra el desastre tan bien organizado al que Sánchez ha llevado a España, tragando con Cataluña. Ni ha influido el giro a la izquierda con su apoyo en Podemos que ha pegado últimamente el alcalde Espadas para sacar adelante los presupuestos.
Cómo será esto de las tradiciones electorales, que el PP también las ha cumplido escrupulosamente, con la puntualidad de la Cruz de guía del Silencio, que es la Santa Cruz en Jerusalén, en el palquillo del Consejo en La Campana durante la Madrugada en la Ciudad de Dios. Por 17 votos, 17, el PP ha mantenido la tradición de que Bellavista siga siendo del PSOE, y no ha osado ordeñar ni una papeleta más para que todo siga siendo como ha sido siempre en el barrio donde estaba la vaquería del padre de Felipe González.
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