<
  

 

  


ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 14 de marzo de 2020
                               
 

Dos lecciones de sensatez

Sevilla está cargada de símbolos, muchos de los cuales cuesta trabajo descifrarlos, pero al final te dan el ser y la esencia de la ciudad. Uno de ellos es el Pregón de la Semana Santa, que como saben ha sido suspendido por el Consejo de Cofradías sin que roce un guardabrisas, siguiendo las recomendaciones de las autoridades sanitarias ante la pandemia que padecemos, sufrimos y tememos con el terror del milenio. Y para mí que esta suspensión es un símbolo de muchas cosas que han de venir en los días del gozo, que como decía ayer Paco Robles pueden ser los días de la nostalgia de lo que este año no veremos. El Pregón de la Semana Santa, desde 1937, anuncia literariamente la que Peyré llamó "la Pasión según Sevilla". Que este año no se anuncie nada, vamos, que no haya Pregón, es, hoy por hoy, el símbolo mejor de que quizá no haya nada que anunciar, que queden suspendidas las estaciones de penitencia de las cofradías, aunque no, como dijimos ayer, la Semana Santa, que es ni más ni menos que la conmemoración de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor.

El tiempo pone las cosas en su sitio y las circunstancias adversas colocan a los hombres en el suyo. Lo digo por Julio Cuesta. Que como estuvo trabajando con los americanos en el Consulado y tiene experiencia en la previsión de las realidades, ya dijo, mucho antes de todo esto, de este miedo colectivo, de esta "bulla de histeria" que se ha instalado en Sevilla, que a la vista de cómo se iban rodando los terribles acontecimientos de la pandemia y de sus consecuencias en todos los ámbitos, empezando por una grave crisis económica y laboral, quizá tuviera dar un pregón virtual. Sí, el "streaming" hace milagros. Pero un Pregón sin Teatro de la Maestranza, sin atril, sin marcha "Amargura", sin la emoción del orador en la exaltación de Sevilla y sus cofradías, ni es Pregón ni es nada. Así que mejor vamos a dejarlo, como ha dicho muy prudentemente el Consejo de Cofradías. Y Julio Cuesta, que de momento se ha quedado con su Pregón escrito y colgado, ha reaccionado de un modo que le honra: "Es una sensación mixta, estoy desilusionado porque he venido trabajando mucho en el pregón, pero al mismo tiempo complacido, porque es una decisión para el bien común". Óle. Así se encajan las cosas, don Julio, y así no se aumenta el canguelo que todos tenemos encima, dar como normal lo que, de suyo, históricamente nunca ocurrió, cual que no hubiese Pregón.

Y si Julio Cuesta ha dado la talla y la medida de la responsabilidad del sevillano ante las actuales espantosas circunstancias (como una segunda edición de la peste de 1649), no se queda atrás el hermano mayor del Gran Poder, Félix Ríos. Que también ha sabido quitarnos de la cabeza locuras de insensatas novelerías contra el criterio de los técnicos en los preocupantes asuntos sanitarios que nos tienen con el alma en un puño, y más cuando Sánchez ha decretado el Estado de Alarma. Félix Ríos, con el estilo de los que llamé "los señores del Señor", ha quitado todo dramatismo efectista a lo que se está viendo venir, por más que el alcalde Espadas sea tan optimista sobre la salida de las cofradías. Lo de Félix Ríos es una sensatísima toma de postura, frente al empecinamiento de los van a hartarse de llorar si su cofradía, como en los días de lluvia, no sale. Ha dicho Ríos: "Emocionalmente y económicamente para Sevilla causaría un impacto, pero en términos religiosos las hermandades tienen vida los 365 días del año y la Basílica del Gran Poder tiene seis misas diarias. La Semana Santa como celebración para la Iglesia no se suspendería. Lo que se cancelaría serían las procesiones y manifestaciones públicas de Fe. Pese a que la Semana Santa es un acontecimiento muy importante en Sevilla, hay sentido común". Y remató con una media verónica que es una verdad que, aunque nos disguste en el alma, debemos aceptar en el peor de los casos de la que puede venir, porque de la salud de todos cuida el Gran Poder y también los que toman estas decisiones: "No sería un drama que no se celebraran las estaciones de penitencia de forma pública". Así que mi óle a Julkio Cuesta y a Félix Ríos, que han dado nos necesarias lecciones de sensatez en este tiempo de turbación que nos ha tocado vivir en estas semanas.

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio