ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  2 de mayo  de 2020
                               
 

La primera bulla

Óle con óle y olé. Esto sí que es primavera, a pesar del bicho malo que dejaron escapar los chinos sin que a ninguno se le ocurriera decir: "¡Cogerlo ahí!". Y a pesar de la jindama que tenemos todos en lo alto. Yo, la verdad, no sé qué me da más miedo. Si cuando escucho a un médico amigo, que me habla en confianza de posibles rebrotes del virus en otoño y de las precauciones que hay que tener, que todas son pocas. No sé si me da más miedo eso o cuando un empresario te habla de la situaciòn del mercado de su empresa, del hundimiento del PIB sin que suene la orquesta del "Titanic", de la crisis que nos espera, peor que la de 2008, de los parados que están por salir todavía en la EPA, de lo mal que se va a poner todo y de la recesión que se nos va a venir cuando superemos, Dios quiera que sea pronto, el dichoso virus.

Este es un dilema que tengo: si me mete más miedo en el cuerpo el amigo médico cuando se me sincera con los datos reales de la enfermedad que a tantos miles de españoles se ha llevado sin que Espadas declare luto oficial en Sevilla, o el amigo empresario cuando se abre de capa y te dice la cantidad de cosas a las que han tenido que renunciar en su sociedad y cómo se les ha venido abajo el mercado, que no saben ni cómo van a salir, a pesar de los ERTE y por muchos créditos ICO que les den como balones de oxígeno.

Y tengo otro dilema: qué es más complicado e ininteligible: si cuando el ministro Illa (el que no nos da las mascarillas) te explica las fases de la marcha hacia la que llaman "nueva normalidad" (que ni es nueva ni es normalidad) y eso de la ruinosa ocupación del 20 por ciento en las terrazas, o cuando te dice quiénes pueden a partir de hoy salir a pasear o a correr que se las pelan, en qué tramos y en qué líos, si eres deportista de bicicleta o carrerista de fondo. En lo que debes de tener mucho cuidado, no vayas a poner tal entusiasmo corriendo que te salgas del término municipal y antes de que sea la hora en que debes recluirte otra vez en tu confinamiento te hayas plantado en Las Pajanosas, y a ver ahora qué puñetas vas hacer tú en Las Pajanosas para volver a estar a tu hora en tu casa en Sevilla.

Igual que nos han echado una importantísima mano para las duras la nunca bien elogiada Unidad Militar de Emergencias, el Tercio de Armada de la Infantería de Marina, la Fuerza Terrestre que va a perder como jefe de Relaciones Institucionales a un caballerazo y a un patriota como el jinete español de Caballería, teniente coronel don Modesto Cabezas, que eso sale ganando la Junta, nombrándolo Jefe de Protocolo, y eso salen perdiendo Capitanía y el Ejército de Tierra... Igual que la Armada, el Ejército del Aire, y por supuesto la benemérita Guardia Civil y la leal Policía Nacional nos han echado una mano importante en los peores momentos, hoy, primer día que todos los recluidos y confinados vamos a dejar de ser de clausura y podremos darnos una vueltecita en plena libertad por la hasta ahora más que desierta e irreconocible Sevilla, por ahí por otros lugares no sé, pero aquí tenían que haber llamado al Centro de Coordinación Operativa, el mote que tiene puesto el muy cofradiero Cecop. Señores: después de habernos quedado sin Semana Santa y sin Feria, hoy tendemos la primera bulla de esta primavera atípica y malhadada: sevillanos de toda edad y condición, mayores y pequeñitos, hartándose de dar barzones en libertad. No vamos a caber. Cómo ser la cosa, qué bullas no tendrán ya previstas que se van a formar con nuestra novelería de poder salir a la calle, que ya han hecho provisionalmente peatonales las calles Águilas, San Pablo y Betis para evitar aglomeraciones. Águilas estará como si fuera a pasar San Benito, seguro. San Pablo, como si viniera la Esperanza de Triana. Y al Betis vamos a dejarlo, porque a lo tonto a lo tonto lleva más de 50 días sin perder un partido.

Hoy Sevilla, con esto de poder salir a pasear libremente, estrenará sus primeras bullas de esta primavera. ¡Con lo que nos gusta aquí una bulla! Como lo de "Rupert, te necesito" de aquel viejo anuncio del peluquero, hay que decir: "Cecop, te necesito". Afora la Avenida, por favor; y afora la calle Tetuán; y aforra todo lo aforable, como han hecho con Águilas, San Pablo y Betis. Es que no vamos a caber, por muchos turnos ininteligibles que haya.

 

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