ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  27 de julio  de 2020
                               
 

Ilusión de Cabalgata

Si hay una palabra consustancial a la centenaria Cabalgata de Reyes Magos del Ateneo de Sevilla es "ilusión". Tal era el seudónimo de su creador, José María Izquierdo, "Jacinto Ilusión". Pero esta vez hay que añadirle otra voz, más ilusionada todavía si cabe: "Esperanza". Estamos en vísperas de agosto, en el verano más extraño de nuestras vidas, en una Sevilla "sin" por culpa de la tragedia del Covid: sin cofradías en la calle por Semana Santa, sin Feria, sin Corpus, sin Velá de Santa Ana. Hasta tendremos un 15 de agosto sin la Virgen de los Reyes apareciendo en su palio de tumbilla a las 8 en punto de la mañana por la Puerta de los Palos para que le pidamos las tres gracias, que falta nos hacen. Pues bien, con ilusión y con esperanza, el Ateneo, como si nada pasara, o deseando que todo esto pase cuanto antes, ha anunciado lo que suele y con la antelación habitual: quiénes encarnaran a los Reyes Magos, quiénes serán el Heraldo y el Visir, quién el pregonero, quién pintará el cartel.

De modo que igual que otros años era la Cabalgata de la Ilusión: la de 2021 será la Ilusión de Cabalgata, que la pueda haber. La esperanza y convencida certeza de que todo habrá acabado para siempre, que no será necesario usar más las mascarillas, que podrá haber concentraciones y sevillanísimas bullas sin peligro de contagio, porque el mal habrá desaparecido. Es lo que más te conforta: que el Ateneo, al hacer su anuncio tradicional de quiénes encarnarán a los personajes clásicos de la Cabalgata y sus vísperas, dé por descontado de que todo esto habrá acabado cuando vengan los Reyes por el Arenal y tras la trasera de la carroza de Baltasar se adivine la primera impaciente cruz de guía. Cayendo mucho más cerca, el Ministerio de Defensa ha suprimido el desfile de la Fiesta Nacional de España del 12 de octubre, con la excusa del Covid. Es que el Ministerio de Defensa tiene bastante menos fe que el Ateneo en cómo se van a rodar las cosas, en cuándo va a venir la vacuna milagrosa y el virus va a pegar sus últimos coletazos. Por algo clarísimo: porque el Ministerio de Defensa no es heredero de Jacinto Ilusión, y de esperanza, de sevillanísima y verde esperanza anda cortito.

Me alegro, además, por quiénes con toda normalidad han sido designados Reyes Magos para 2021. De Melchor va una eminencia en lo que llaman "cirugía mínimamente invasiva" y los más profanos conocen ya por el nombre de "laparoscopia". Traduzco: eso de que por un agujerito de nada te operan sin tener que abrirte en canal. Melchor es el doctor Salvador Morales, jefe del Servicio de Cirugía del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, vulgo "el Sagrado Corazón". Una verdadera autoridad mundial en la materia, de modo que no da miedo alguno ponerse en sus manos, cosa que ha hecho servidor, por lo que todavía le doy las gracias al Rey Melchor, digo, al Doctor Morales. De Gaspar va un licenciado en Derecho, Ricardo Astorga Morano, que sabe tela de Derecho Mercantil y de economía de empresas, y que tal como están las cosas es como llevar un salvavidas, un salvanegocios y un salvamepleos. Y de Rey Negro, las cosas de Sevilla, alguien tan blanco sevillista como Monchi, director deportivo del club decano. Que gracias al nombramiento nos enteramos que se llama Ramón Rodríguez Verdejo. ¡Ay, lo de verdejo en alguien tan blanco y rojo, qué contradicción! Aparte del Gran Visir, que será don Juan Carlos Cabrera, el delegado de Fiestas Mayores del Ayuntamiento, eficaz y trabajador donde los haya, de la "cuadrilla del arte" que le lleva Sevilla a Espadas. Ah, y Rafa Almarcha, pregonero. Todos lo serán. Tengan la completa seguridad de que no nos quedaremos sin Cabalgata, como nos hemos quedado en esta primavera y en lo que va de verano sin tantas otras fiestas sevillanas. Cuando se tiene la confianza en la ilusión que ha demostrado el Ateneo con estos nombramientos es que no nos vamos a quedar con las ganas. Seguro que el cartel de María Elena Montero no va a quedar inédito, como lo fueron todos los de la primavera, incluido el mamarracho de Toros en Sevilla, que tiene ahora el interés anunciar unas corridas que nunca se celebraron.

 

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