ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  1 de febrero  de 2021
                               
 

Cuatro horas tontas

Todavía más que a Salvador Illa, que tenía puesta una parte de su flequillo (pequeña) en la lucha contra la pandemia de la que no se ocupaba y la otra (mayor) en las elecciones catalanas en las que ha acabado desembarcando y en las que Tezanos (¿quién, si no?) dice que va a ganar, para formalizar el tripartido con Ezquerra y afianzar así aún más a su señorito Sánchez en La Moncloa los años que hagan falta, tenían que haber quitado a Fernando Simón, vulgo el Tío de la Rebequita. Lo de este portavoz es un caso digno de estudio. Yo no he visto un portavoz con una voz menos firme, más quebrada. ¿Tiene algo en la garganta el pobre y por eso hay veces en que parece que no le sale la voz del cuerpo? ¿O es que igual que cuando Pinocho decía mentiras le crecía la nariz a este se le quiebra la voz? Porque mentiras se ha hartado de decir desde que lo venimos soportando desde marzo a todas horas y en todas las teles. ¿Cuántas horas de TV del Tío la Rebequita llevamos vistas? Más que de Isabel Pantoja en "Sálvame". Y además, mintiendo, desde aquello que nos dijo al principio de que las mascarillas no eran necesarias, y era porque callaba la verdad: que España se había quedado atrás en sus compras y las que le habían vendido estaban estropeadas. Después pasó, con la mayor cara del mundo, a pregonar la obligatoriedad de las mascarillas...cuando ya las había, claro. Y basta que diga que la curva está vencida para que las cosas se pongan peor todavía. Ha sido el portavoz que menos ha tranquilizado a la población, por su falta de convicción en cuanto decía y porque la gente ya lo tiene más que calado en su forma de mentir. Total, para este Gobierno la mentira y la verdad son la misma cosa. Demostradas por un comité de expertos... que son ellos mismos. Y una cuestión no menor: ¿cuántos modelitos de rebequitas y chalecos de punto ha sacado Simón, al que sólo le faltaba que se llamara Juan, que con la cantidad de miles de cajas de muertos por el virus, ya verían si le cuadraba la copla que cantaba Angelillo?

Como se ha dicho, ni comen ni dejan comer, son maestros en no gobernar ni dejar gobernar. No creo que la nueva ministra Darias vaya a cambiar el pasodoble. Señor: si dicen que hay cogobernanza, ¿por qué las autonomías no pueden poner el toque de queda a la hora que estimen conveniente? Lo digo por las cuatro horas tontas de Andalucía, que ni antes Illa ni ahora Darias permitan que sean un absurdo. Si en Sevilla todos los negocios cierran a las 6 de la tarde obligatoriamente, ¿porque no dejan estos señores de Madrid que se meten en todo, menos en lo que deben, que el toque de queda se adelante a las 8 de la tarde como quiere Juanma? Con dos horas hay más que suficientes para que la gente vuelva a su casa. Pues no. Hasta las 10 hay que estar por ahí. ¿Por dónde, si está todo ya cerrado, tiendas, bares, restaurantes, terrazas, grandes almacenes? ¿Qué quieren, que estemos dando barzones cuatro horas tontas y aumentando, por cierto, el riesgo de contagios en vez de estar en casita, donde todos los hemos hecho el PCR y somos negativos?

 

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