ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  20 de febrero  de 2021
                               
 

El 955 800 008

Mucho se habla, y con toda justicia y merecimiento, del personal sanitario en primera línea de frente de esta III Guerra Mundial que es la lucha contra el coronavirus. Todo elogio me parece corto, ante la entrega y riesgo de estas personas. Eso sí que es una vocación, ofrecerse como voluntario para las más arriesgadas tareas o incluso esos sanitarios ya jubilados que han vuelto a su currelo para echar una mano. Pero no se suele hablar tanto, y lo hago ahora, del personal sanitario de retaguardia. Los que no están en primera línea de frente con el mono de buzo o astronauta puesto en las unidades hospitalarias del covid, sino en funciones de segundo rango, muchas de ellas administrativas o simplemente logísticas. Gracias a este personal sanitario de apoyo de segunda línea pueden los héroes de la lucha contra el covid dedicarse exclusivamente en cuerpo y alma (sobre todo alma) a su benemérita tarea.

Digo esto por los que nadie elogia: los sanitarios de los centros de salud, de las dependencias administrativas del SAS, de las tareas cotidianas de velar por la salud de la poblaciòn que sufre unos males que por suerte para esos pacientes no son el covid, sino las enfermedades de siempre, que no dejan abandonadas. Y digo esto especialmente por el servicio telefónico portentoso que prestan los centros de salud del SAS. No creo que se haya elogiado hasta ahora convenientemente el trabajo de "Salud Responde" (donde cada vez descuelgan antes los teléfonos, por cierto) o el de "Clic Salud", que es lo mismo del teléfono pero en Internet, y que es portentoso, impensable hace unos años. Gracias a estos servicios, algo tan simple como renovar la vigencia de una prescripción farmacéutica en nuestra verde tarjeta del Servicio Andaluz de Salud puede hacerse desde casa, y sin tener que correr el riesgo de acudir donde van otros a mirarse si dan positivo en la prueba del virus. Eligiendo tú el día y la hora, "Salud Responde", a través de "Clic Salud", te llama y tu médico de cabecera (como me gusta llamar al que dicen "de familia") te renueva la medicina en el chip de tu tarjeta sanitaria sin necesidad de tener que ir por el ambulatorio y de guardar cola o estar media hora en la sala de espera.

Y además, ahora, sin la menor posibilidad de que confundas al SAS con la niña de Vodafone de la siesta, porque por el teléfono móvil te confirman la cita con un mensaje y te dicen el día y la hora en que te van a llamar. Hasta ahora lo hacían desde un número largo, de esos de siete mil cifras que cogen toda la pantalla del teléfono y que te da reparo descolgar, no vaya a ser un timo. Un número largo en el teléfono es tan sospechoso como lo de "número oculto". ¿Qué tendrán que esconder para no dar la cara con un número normal? Por eso, sobre todas las excelencias descritas y elogiadas, el SAS ahora, al utilísimo "Salud Responde" le ha quitado el número largo de centralita que a la gente da reparo descolgar y puesto un número normal: el 955 800 008. Lo malo es como se entere la niña de Vodafone y para estropearte la sagrada hora de la siesta se ponga también un número normal, como el meritorio "Salud Responde" del SAS.

 

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