ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla, 12 de septiembre  de 2021
                               
 

Patriotismo constitucional

No sé si será correcto, y me importa un rábano que no lo sea, pero como otros de clubes de fútbol, de toreros o de cantantes, me declaro partidario del magistrado don Carlos Lesmes, presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo. Su discurso del otro día en la apertura del Año Judicial bajo la presidencia del Rey fue modélico. Con todo respeto y sin ánimos de señalar, pero sí de mentar las cosas de modo que todo el mundo sabía por dónde iba, le pegó un repaso bastante elegante y justo a los partidos políticos. A todos. No se libró nadie, salvo los que creen que las críticas siempre son a otros, no a uno. Y citó un concepto que falta nos hace y que he visto anteriormente muchas veces enunciado, aunque con otros fines, partidistas e interesados, por supuesto: el "patriotismo constitucional". Bien faltos que estamos en España de patriotismo constitucional, porque cuando es patriotismo, no suele serlo constitucional, sino casi golpista, y cuando es constitucional, no suele ser patriotismo, sino separatismo.

El concepto de "patriotismo constitucional" dicen que lo acuñó el alemán Dolf Stemberg en 1979 y que divulgó y difundió en los años 80 el filosofo Jürgen Habermas. Aquí se cita mucho, pero a la vista está que muy pocos lo practican y lo llevan a la realidad de la acción política. Como la misma palabra "España", según denunciaba Alfonso Guerra, parece que la voz y, sobre todo, el sentimiento del patriotismo es algo facha, cuando no franquista, en esta nación que hace franquistas hasta a los Reyes Católicos y a su escudo de la unidad nacional de todos los reinos.

Aquí ocurre algo muy curioso. No sólo no hay patriotismo, y está mal vista la defensa de España y de sus valores históricos y por supuesto la Constitución de 1978, sino que, empezando por el Gobierno, se lleva bastante atacar y destruir cuando suena a nación y suena a Constitución. Los más respetables y sagrados símbolos de la Patria, recogidos y reconocidos por la Constitución, son tomados por el pito de un sereno, empezando por la propia forma de Estado en la Institución Monárquica, para seguir con las personas reales y continuar con la "indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles", en la que precisamente se fundamenta la Carta Magna. Cuanto más pones en duda todos estos valores constitucionales, más progresista eres. Pero no desde cualquier lado, desde la barra del "modernísimo bar", como cantaba el pasodoble publicitario del coñac Fundador, sino desde el propio Gobierno, cuya parte podemita ha llegado a convocar a los ciudadanos para que se echen a la calle para protestar contra una decisión del Consejo de Ministros del que ellos forman parte. La caraba en bicicleta. Y si es los nacionalismos, sí, son muy patriotas...pero sólo de sus propios territorios, que quieren separar de la Patria común. Patria y Constitución, pues, como nos recordaba Carlos Lesmes, deben ser una y la misma cosa. Algo que muchos olvidan y que si te lo oyen decir te llaman facha, como me imagino que es Lesmes, completamente facha.

 

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