ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  21 de octubre  de 2021
                               
 

La tercera vacuna

La tercera vacuna contra el virus maligno que todo lo ha cambiado viene acompañada de la antigripal de todos los otoños. Las dos juntas. Una en cada brazo. ¡Vengan vacunas! ¿Será por vacunas? No, inmunidad de rebaño sí que tenemos que estar cogiendo, por feo que suene lo de "rebaño": será que la gente va, vamos, a ponernos las vacunas como corderitos. A la tercera de Pfizer tiene que ir la vencida, según dicen todos los expertos. Los que, a diferencia de los del volcán de La Palma, no hablan, y les dejan las explicaciones y meteduras de pata a los políticos. Dijeron que no había que ponerse la tercera si se tenían bajos los antígenos, pero tras mucho discurrir los expertos de toda Europa, ya tenemos en Andalucía en marcha, y qué marcha, la tercera vacuna, a la que muchos, sin ser negacionistas, se resistían. Yo no soy negacionista, sino todo lo contrario. Algo así como "afirmacionista", ¿no? Y me he puesto la tercera vacuna.

-- ¿Pero la tercera no era para la población de riesgo?

-- Tenga usted en cuenta que soy población de riesgo.

-- ¿De qué riesgo?

--- Del riesgo de que me partan un día la cara por algo que haya escrito, como suelo, en discordancia con lo políticamente correcto, nadando contra corriente, como un "kamikaze" por la autopista del pensamiento único. Por eso he ido a ponerme la tercera vacuna, y me sorprende que seamos tan parcos en elogios de unos señores, como los dirigentes de la Junta y especialmente sus responsables de Salud, del consejero Aguirre a la última auxiliar. Que lo están haciendo de cine en materia de vacunas, aun teniendo en Madrid a un Ministerio d Sanidad de signo políticamente contrario, que le ha hecho la cusqui todas las veces que ha podido.

Fui a vacunarme a lo que iba a ser oficialmente "Vigil de Quiñones" y ya se ha quedado familiarmente como "el Hospital Militar". ¡Las cosas de Sevilla! Al hospital más civil, al que la Junta del Cambio rescató del desguace y del abandono de los socialistas y lo puso de dulce, dejándolo monográficamente dedicado al Covid, le llamamos "el Militar". Bueno, pues previa cita, allá que fui, al lugar del Civil Hospital Militar que me indicaron, al edificio anexo del Distrito Sanitario de Sevilla, donde una enfermera muy amable me pidió el nombre, lo miró en una lista, y junto a cinco asegurados del SAS más citados para esa hora, nos acompañó al interior, a que diera mi DNI y me asignaran un número para los pinchazos. Yo creía que iba a tener que esperar horas. Nada. Al instante salí de allí con mis dos vacunas puestas, tras hacerme esperar 15 minutos de precaución por si me deban reacción. Así que vayan todos los elogios para la labor de vacunación de la Junta. Que es la Junta la que te vacuna, ojo, Juanma y Aguirre, no Madrid. Y vayan especialmente estos justos elogios para los profesionales maravillosos al frente del Distrito Sanitario de Sevilla y para los que han conseguido que las vacunaciones en el Hospital Militar sean un modelo de eficacia y rapidez.

 

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