La Bolsa es machista. De otra forma no se explica el bajón que pegaron en el Ibex 35 las acciones de Inditex cuando Amancio Ortega anunció que dejaba el timón de la empresa a su hija Marta. ¿Quién mejor que la propia sangre, y no tener a extraños al frente de una sociedad familiar? La sociedad familiar es un tipo de compañía que representa el 88 por ciento del tejido empresarial español. La gente ve como lo más lógico que los padres dejen el timón de las compañías a sus hijos o herederos, como ocurrió con don Ramón Areces en El Corte Inglés o en Ferrovial. Lo que me extraña es que las feministas no se hayan pronunciado contra la Bolsa, por el hecho del bajón de valor de las acciones de Inditex cuando Amancio Ortega cedió a una mujer, a su propia hija, los trastos de crear empleo y riqueza, y de hacer obras humanitarias pagando carísimas máquinas de salvar vidas a los hospitales.
No saben los que quieren cambiar nuestra forma de Estado, y lo desconoce el tonto que aparece en todas las manifestaciones con la bandera republicana, pero en España el pueblo tiene un innato sentido dinástico. No hablo ya en el mundo de la empresa, donde el hijo del jefe es siempre el hijo del jefe, sino que podemos trasladarlo al del famoseo para que verlo con mayor claridad. En el mundo del famoseo se perpetúa el sentido dinástico del pueblo español. Las revistas del corazón y los programas televisivos del chismorreo viven de algo menos de una decena de dinastías de famosos, que se mantienen a lo largo de los años. Ni en la Centroeuropa anterior a la Primera Guerra Mundial hubo tantas ilustres dinastías como en el mundo del famoseo español. Cabezas de estirpe que transmiten la fama y la notoriedad no sólo a su cónyuge y a sus hijos, sino a toda la familia. Verbigracia: Julio Iglesias. Julio Iglesias es cabeza de estirpe de una dinastía del famoseo que sigue nutriendo las ansias de chismorreo de los españoles consumidores de cuché antes, de programas del corazón ahora. No sólo trasmitió la fama a Isabel Preysler en los años que estuvo casado con ella, sino a sus hijos y a los novios de su hija. Ves en un programa del corazón a un señor que presentan como muy famoso y al que no tienes el gusto de conocer, y te dicen, con extrañeza de que no sepas quién es:
-- Este es uno que fue novio de Tamara.
Y ya por eso es famoso. Nada digo de Isabel Pantoja, otra importantísima cabeza de estirpe en las dinastías del famoseo. Dejó la herencia de esa fama gratuita y absurda a toda la saga su difunto marido Paquirri. Es más difìcil hacer el árbol genealógico de todos los parientes que ha hecho famosos La Pantoja que reconstruir el de la Reina Victoria de Inglaterra. Dos días saliendo con alguien de esta rama ya imprime indeleble carácter de fama.
-- Esta es una que estuvo un tiempo con Canales Rivera.
Canales Rivera es más conocido que los gestores de Entrecanales, por este sentido dinástico. Por no hablar de la Casa Jesulín, donde hubo un difunto Humberto más famoso que el de Saboya, o de la Casa Mohedano. Y al español al que quieren cambiarle la forma de Estado le encantan las dinastías...
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