El pronunciamiento de la Junta sobre los recorridos de las cofradías en la hipotética Semana Santa de 2022 (que aún está por ver si se celebra o no), me ha recordado lo de la madre de Alfredo Kindelán, uno de los pioneros de la Aviación militar española. Cuando aquellos chalados empezaban a cruzar los cielos con sus viejos cacharros, la buena señora, muerta de miedo, dijo:
-- Hijo, volad si queréis, pero bajito y despacito.
Dicen los que saben que volar "bajito y despacito" es lo más peligroso que puede hacerse con un avión, y lo más seguro para estrellarse. Aquella buena señora, con toda su mejor intención, estaba invitando a su hijo a un mortal accidente aéreo. Bueno, pues la Junta, que de croarías creo yo que sabe bastante poco, o al menos de las de Sevilla, ha recomendado algo así. No ve mal que se celebre la Semana Santa en esta primavera, pero recomienda que las cofradías vayan por avenidas y calles anchas para evitar aglomeraciones y contagios. Perdónalos, Señor de Sevilla, porque no saben lo que dicen ni saben nada de cofradías. La propia esencia de las reglas de las cofradías impiden que pueda cumplirse la recomendación de la Junta. Las reglas mandan a las cofradías hacer anual estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral, no a la SE-30. Y, carrera oficial aparte, para poder ir a la Catedral, a la fuerza han de pasar las cofradías por las calles estrechas del casco antiguo. Sí, la de la Constitución es una ancha avenida para poder llegar a la Catedral. Pero, ¿y antes de la Avenida? ¿Y después? No hay más que estrecheces del viario histórico de la ciudad.
Con toda la razón, el alcalde Antonio Muñoz ha dicho que cumplir la recomendación de la Junta sería "desnaturalizar" la propia esencia de nuestra Semana Santa. No sé si lo que recomienda la Junta es posible en Málaga o en Almería, pero en Sevilla el alcalde ha insistido en lo que debo dicho: que la trama urbana tradicional de la ciudad no lo permite, y que las cofradías salen de sus templos precisamente para hacer estación en la Catedral por esa trama urbana. No hablemos de las cofradías establecidas en templos del casco antiguo, pero ni las cofradías de los barrios extramuros pueden cumplir con la recomendación de la Junta. La del Polígono o la del Cerro, por poner dos ejemplos, no tendrían problema en el comienzo de su itinerario, pero en cuanto crucen la ronda histórica ya no pueden ir por esas anchas avenidas que dice la Junta.
No recuerdo ahora quien ha dicho, me parece que el propio alcalde, que la Semana Santa o se celebra con todos sus avíos o se quedan las cofradías en casa, como en las dos últimas primaveras. El ejemplo puesto de la Cabalgata no vale. Las bullas de Semana Santa llenan las más anchas avenidas. Y además que eso de las grandes avenidas está muy bien para los desfiles militares, pero le quitan toda su gracia a las cofradías. La Junta quiere algo horroroso: los que en el pasado siglo llamaban "desfiles procesionales". Y las de Sevilla son estaciones de penitencia, no desfiles.
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