ANTONIO BURGOS | EL RECUADRO


ABC de Sevilla,  9 de marzo  de 2022
                               
 

Lo que tapó la guerra

Lo más preocupante es que ya decimos abiertamente "la guerra", y no la injusta e injustificable invasión de Ucrania por Rusia según la locura de ese Hitler en rústica con estampaciones de Stalin que es Putin, que hasta que reconstruya la URSS con sus peores consecuencias no va a parar. Esta guerra que ha despertado los mejores sentimientos de las gentes de bien ante tanto mal, ante la tragedia del millón de refugiados ucranianos que huyen de los misiles y de las bombas de racimo no sobre objetivos militares, sino sobre las zonas residenciales, la población civil y hasta las centrales nucleares. Yo admiro a esos españoles que toman su coche o una furgoneta y pagándolo de su bolsillo se encaminan a Polonia para recoger ucranianos refugiados en huida hacia la paz. Como envidio a los ucranianos que ven cómo se marchan con lo puesto su mujer y sus hijos, mientras ellos permanecen en su tierra, para defenderla. ¿Ocurriría igual en España? ¿Se quedaría un español bajo las bombas para defender a su nación, en vez de huir hacia zonas de paz, porque ese es el llamamiento de su sentimiento y de su pensamiento patrióticos? No contaba Putin con este patriotismo de los defensores de Ucrenia, y lo que iba a ser una "invasión relámpago" se ha convertido en el largo trueno de las conciencias, en una tormenta de solidaridad europea.

Ante la guerra, todo ha pasado a un segundo plano. Se ha establecido una forzada escala de nuevos valores. ¿Quién se acuerda ya de Casado, del aferramiento de Casado al poder de la calle Génova? Es más: ¿quién se acuerda del congreso de comienzos de abril en Sevilla para una nueva refundación del PP por Feijóo? ¿Quien se acuerda ya de si en Castilla y León el PP va a pactar con Vox o no va a pactar para seguir gobernando, o si se va a apoyar en los partidos de nueva planta de la España Vaciada? Hasta con el feliz horizonte del regreso de Don Juan Carlos a la España que nunca debió abandonar se pone ya en cuestión a la Corona, ni a los cimientos del régimen de la Constitución de 1978. Ante la suprema tragedia de la guerra, hasta nos hemos olvidado de la división interna del Gobierno entre el PSOE y Podemos, y casi no se tiene en cuenta la oposición de la ultraizquierda gobernante contra el envío por parte de España de armas defensivas para los invadidos ucranianos, como ha hecho la inmensa mayoría de los países de la Unión Europea.

Es la guerra cuyos misiles caen sobre nuestro IPC y es el olvido hasta del coronavirus. ¿Se ha dado usted cuenta de que hemos dejado de hablar del covid, de las cifras diarias de contagiados, de la tasa de casos por cada 100.000 habitantes, de la presión hospitalaria? Parece como si nunca hubiese habido pandemia de covid en España, como si ese riesgo hubiese desparecido. Y más cuando, como anuncian, las autoridades de Salud digan que ya no hay que usar mascarilla. Hablando de mascarillas, ¿quién se acuerda de las que compró el hermano de Isabel Díaz Ayuso? El miedo no es ahora al virus, sino al aumento de los precios como consecuencia de la guerra y a la ruina que nos espera. Y esto, no sólo en España. Hasta en Gran Bretaña han dejado de pedir responsabilidades a Boris Johnson por sus francachelas de en el 10 de Downing Street durante los peores días del confinamiento.

 

Correo Correo Si quiere usted enviar algún comentario sobre este artículo puede hacerlo a este correo electrónico

         

 

 

                                      Correo Correo            

Clic para ir a la portada

¿QUIÉN HACE ESTO?

Biografía de Antonio Burgos


 

 

Copyright © 1998 Arco del Postigo S.L. Sevilla, España. 
¿Qué puede encontrar en cada sección de El RedCuadro ?PINCHE AQUI PARA IR AL  "MAPA DE WEB"
 

 

 


 

Página principal-Inicio